El príncipe de Slytherin & la plebeya de Gryffindor

Capítulo 21* La batalla de Hogwarts

No me escondo, pero tampoco soy capaz de salir y seguir luchando, después de que Bella descubriera que ellos habían logrado entrar a su cámara había enloquecido. Pero yo ya no podía sentir nada que no fuera ese dolor agonizante de haberla dejado sufrir. Mi mente daba vueltas y no estaba estable. El día de la guerra había llegado, destellos de luz explotaban a mi alrededor, veía toda esta escena como si fuera a cámara lenta. La voz del señor tenebroso resonaba por todo el recinto cuando encontré a Snape.

-Draco... Debes asegurarte de una cosa: Potter debe ver mis recuerdos antes de encontrarse con el señor tenebroso. -Murmuro a toda prisa, entregándome un frasco pequeño. Yo asentí. Y para mi sorpresa él me abrazo. -Yo alguna vez amé a alguien como tú amas a Granger.

Se alejó de mí y suspiro, mi boca estaba seca. Sus palabras explicaban porque nos había ayudado todo este tiempo, pero seguían sin tener sentido para mí.

- ¿Puedo saber su nombre? - me salió de golpe.

-Su nombre era Lily... Lily Evans. -Su rostro se transformó en una mueca de dolor y asentí tejiendo el resto de la historia en mi mente. - Draco, no cometas el mismo error que yo. La deje ir porque no sabía si era suficientemente bueno, nunca luche por ella, luche por mantenerla a salvo, pero me aleje. La deje escurrirse entre mis dedos cuando alguien fue capaz incluso de morir por ella. En mi mente solamente estuvo la idea de ser capaz de matar por ella, no de morir si fuera necesario. Nunca fue una opción, debió serlo. Hubiera preferido morir por ella que estar muerto en vida desde que no está. - su voz transmitía emociones que anudaron mi garganta. Una lágrima se escurrió por su mejilla. - ¿Preferirías morir por ella o vivir sin ella?

Fue cuando empecé a pensar en ella, estar lejos de ella era aceptable comparado con un mundo donde ella ya no existiera, y entonces fue cuando lo supe. Dejaría de ser cobarde y si era necesario lucharía por ella, moriría por ella. Suspiré.

-Ya sé que debo hacer. - dije y lo abracé, de la manera más incómoda posible. - Gracias.

Y salí disparado en la dirección que mi corazón dictaba como la correcta.

Mis pies pesaban como plomo, a cada paso sentía un peso increíble tirar de mí, hasta que choqué con Potter. Su rostro echaba fuego de la furia que contenía. Trague saliva, pero antes de poder hablar siquiera, su varita ya me apuntaba. Me apartaba de él y echaba a correr de nuevo. Me vi obligado a seguirlo, temiendo saber a dónde iba. Crabbe y Goyle ya estaban ahí. Me quede pasmado viendo la persecución. El fuego inundaba la sala y uno de ellos había sido alcanzado por el fuego. Intente ayudar a mi compañero de casa, pero era imposible rescatarlo. Potter se dirigía hacia mí montado en una escoba.

-Si te atreves a lastimarla otra vez, te juro que te mato. – dijo en cuanto me volvió a poner en el suelo. Mis piernas flaquearon, no ante la amenaza sino ante lo que implicaba, él sabía todo lo que le había hecho. Era el único que lo sabía. – No estoy de acuerdo, pero se lo que sienten. Ambos. No tengo idea de que mierda le hiciste, pero supongo la razón. Si vas a protegerla ten el valor de hacerlo bien, Malfoy. – dijo en un susurro antes de salir corriendo otra vez.

Vague por los pasillos evitando a cualquier Mortifago e intentando ayudar a los que estaban defendiendo el colegio, pero con discreción. Escuche el mensaje de Voldemort, quien pedía a Harry en el bosque prohibido. Decidí ir a enfrentarlo, ayudar de alguna manera. En el camino iba buscando a Hermione, pero no la veía por ningún lado, en mi corazón rezaba porque nadie se hubiese atrevido a ponerle un dedo encima.

Mi corazón iba desbocado, intentando seguir el paso de mis piernas atravesando el bosque cuando me enfrente a uno de los Mortifagos, quien me acusaba de traidor. No repare en ello hasta después, pero la maldición imperdonable salió de mis labios sin ningún remordimiento, sin embargo, el mago había lanzado un hechizo que, si bien no me daño, me dejo inconsciente hasta más allá del amanecer.