29. capítulo

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Por fin el último capítulo.
Mañana un pequeñísimo epílogo. Y en unas semanas, la nueva novela. Un gran beso para todas.

Kai caminaba por el jardín del palacio. El enfado que sentía hasta hacía poco con Zuria empezaba a desaparecer. Aunque dudaba que pudiera ir a dormir esta noche con ella. Cuando André anunció el nuevo embarazo de Breena, la tristeza y la furia le habían dominado hasta el punto de tener que irse. Su lobo pedía a gritos salir, pero debía contenerlo. Seguramente mataría del susto a varias hadas si se transformaba. Así que había ido a refugiarse con su hijita. Así debía haber sido anunciada ella también. Con su propia ceremonia dentro de la manada, con alegría e ilusión. En cambio, la realidad era que, si no hubiese ido a buscar a Zuria, nunca se habría enterado de su existencia.


Un ruido a su espalda le sorprendió. Cuatro hadas le habían rodeado sin darse cuenta.


-Soy Lyam, alfa Kai-se presentó uno de ellos-hombre de confianza del rey.


-Lo sé, te recuerdo de la reunión. ¿Qué queréis?


-Tienes que acompañarnos-ordenó el hada.


Kai entrecerró los ojos.


- ¿Por qué? ¿Ha sucedido algo?


-Sólo tenemos orden de hacer lo necesario para llevarte dentro.


-Es decir, si me resisto me llevaréis a la fuerza.


El soldado no respondió, pero Kai entendió por su postura que así era. Suspiró y decidió obedecer. Después de todo, parecía que iba a tener que dejar salir a su lobo.


Bajaron la escalera hacia las mazmorras, pero las pasaron de largo y siguieron hasta una puerta que había al fondo del pasillo. Lyam abrió la puerta y cedió el paso al lobo que entró tras dudar un momento. Después hizo un gesto de despedida con la cabeza y salió cerrando la puerta y dejando sólo al lobo. Kai se sentó en la cama sin entender nada.




Zuria bajó nerviosa a las mazmorras. Cuando Anjana sugirió usar la habitación donde Alyan la había encerrado para hacer lo mismo con Kai le pareció buena idea. Pero ahora no lo tenía tan claro. ¿Qué iba a hacer si él seguía negándose a hablar?


-No se negará hada-le respondió Alexia cuando se lo preguntó al resto de mujeres.


-En cuanto te mire no podrá ni pensar-añadió Breena.


Así que se había bañado, perfumado y maquillado. Y se había puesto una de las túnicas de ceremonia que las hadas habían usado hasta hacía poco. Una prenda transparente que se cerraba sólo con un lazo en el cuello. Se puso una capa por encima y reuniendo valor bajó hasta la puerta donde la esperaba Anjana. Respiró varias veces para darse valor. Luego se quitó la capa e hizo un gesto a la reina.


-Suerte cuñadita-sonrió ésta abriendo la puerta.


Zuria se deslizó dentro con rapidez y Anjana volvió a cerrar. El ruido alertó al lobo que la miró sorprendido.


- ¿Qué haces aquí? -preguntó- ¿dónde está Gabi?


-Está bien. Jana y Breena se encargarán de ella.


- ¿Qué diablos está pasando, Zuria? Y ¿qué llevas puesto? -preguntó el chico tomando conciencia de repente del cuerpo casi desnudo del hada.


Zuria le miró sin saber cómo empezar. Luego se acercó a él y le acarició la mejilla.


-Necesitamos hablar, Kai.


-Diles que abran la puerta, Zuria. O la romperé.


Ella negó con la cabeza.

Zuria (saga hadas 2)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin