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Harry tartamudeaba, desde niño tenía ese problema, ese pequeño problemilla que tanto daño le causaba, por eso odiaba participar en clase, hablar con los demás o simplemente atreverse a decir algo.

Temía que se burlaran más de él.

Cada semana asistía con una psicóloga, a petición de su madre, su padrastro y su hermana.

Todos tenían la esperanza de que eso le ayudaría con su problema y lo hacía, pero muy poco, ahora ya no tartamudeaba como antes, pero seguía haciéndolo.

A Harry le parecía un poco estúpido, él no creía poder dejar de tartamudear, al menos no pronto, por un lado sentía que no le servía en lo absoluto ir con una psicóloga, por otro seguía asistiendo porque no quería decepcionar a sus padres y hermana. Si lo intentaba era por ellos y por Niall.

Aquel jueves Harry caminaba con Niall a la salida de la escuela, tenía cita con su psicóloga y Niall siempre lo acompañaba, desde que comenzó a asistir, sin falta, cada jueves Niall lo acompañaba, pero ese día, una cuadra más allá de la escuela, el rubio se despidió del rizado ya que debía volver a su casa pronto, pero prometió que la próxima semana iría con él a su cita, como siempre.

Harry sentía que no merecía un amigo como Niall, era demasiado bueno con él, Harry y Niall eran mejores amigos desde que tenían seis años, Niall siempre estaba ahí para ayudar y proteger a Harry.

Y Harry siempre estaba ahí para acompañar a Niall y, de vez en cuando, darle malos consejos. Pero siempre estando a su lado.

Media cuadra más adelante Harry escuchó pasos tras él, como si alguien lo estuviera siguiendo, temeroso volvió la vista pero no vio a nadie, siguió caminando y volvió a escuchar los pasos esta vez más cerca de él.

Volteó de nuevo pero no había nadie, comenzó a ponerse nervioso, no sería la primera vez que alguien lo sigue para hacerle cosas malas.

—S-Seas quien s-seas, déjame e-en paz —Habló apenas alto.

Dio dos pasos al frente y se giró logrando ver a Louis tras él.

—¿Louis? ¿Q-Qué ha-haces aquí?

El ojiazul, que observaba a Harry, desvío la mirada mientras hablaba.

—Venía caminando y te vi solo, decidí seguirte para cuidarte y saber que llegarías bien a donde sea que vayas.

—Oh... —Se sonrojó.

El ojiazul asintió, volviendo a ver al rizado.

—Y, ¿a dónde vas?

—Ah... B-bueno y-yo -titubeo-, y-yo voy a-al psicólogo —Bajo la vista.

Louis lo sabía, pero quería estar seguro, en alguna ocasión Gemma le había comentado que Harry asistía con una psicóloga debido a su problema al hablar, ella esperaba que su hermano menor dejará de tartamudear y pudiera expresarse mejor.

Sin embargo una cosa era escucharlo de Gemma y otra verlo y escucharlo directamente del joven de ojos verdes.

Pero Harry amaba escribir más que hablar, Harry sabía desenvolverse con las palabras. Claro que eso nadie lo sabía.

—Yo, este, ¿puedo acompañarte? —Preguntó después de un rato el castaño, temeroso de su respuesta.

La pregunta lo tomó por sorpresa, no se esperaba eso y menos viniendo de Louis.

Harry asintió no muy convencido, el ojiazul se posicionó a su lado y ambos comenzaron a caminar hasta el consultorio de la doctora Loreen en silencio.

El Mejor Amigo De Mi Hermana || L.S |EDITADA|Where stories live. Discover now