19

5K 509 109
                                    

** Tengo una psique mal educada que saca los mecanismos de defensa cuando no debe.
Mi mente se adelanta y a veces me arruina las jugadas **
--- • ---

Cuando estoy a unos pocos metros de la entrada de la aldea me volteo al no sentir la presencia de Itachi, y efectivamente no esta.

Por un segundo pienso en esperarlo o incluso ir a buscarlo, pero luego recuerdo lo que hizo y sigo caminando enojada.

Que se pudra, si quiere hacer la misión conmigo bien, y si no, me da igual. De todos modos sé que de poco le importa mi compañía, es un hombre solitario.

Al cabo de unos cinco minutos caminando me topo con algo inesperado, una especie de feria. Hay miles de mujeres y hombres vendiendo objetos, recuerdos, telas y ropas.

Me acerco curiosa a uno de ellos para dispersar mis dudas.

— Disculpe, señor— llamo la atención de un anciano que vende kimonos—  Esto que hacen ¿ Es habitual?

— Absolutamente — me responde con trato afable— lo hacemos para traer turistas a la aldea y ganar más dinero para nuestras familias.

— Ya veo— digo haciendo una vista panorámica del lugar— parece que les va muy bien.

— Si, afortunadamente vienen muchos viajeros— me mira con curiosidad y luego pregunta— ¿ Usted no es de aquí?

— No, vengo de la cuidad feudal— miento.

— ¡¿ De la cuidad feudal?!— exclama alarmado.

— Si, nos han mandado a fiscalizar el funcionamiento de la aldea.

— Oh, siento no haberla recibido como se debe— hace una reverencia.

— No, no es necesario. En serio.

— Acepte un regalo de mi parte, por favor.

— Pero...—< se supone que yo soy solo la sirvienta de Itachi-kun>

Escoja el kimono que más le gusta— dice extendiendo su mano por una series de kimonos de diversos colores y con diferentes formas, pero todos hermosos.

— No, yo no puedo aceptarlo.

— ¿ Qué tal este? Le sentaría bien— el toma un kimono con flores y me lo entrega en las manos— Pruebeselo.

Lo miro aproblemada sin saber que responderle. Realmente quiero aceptar el regalo, pero...

— No sea modesta y aceptelo — dice— si no lo hace pensaré que no le agrada la calidad de las telas.

—...Esta bien— acepto— muchas gracias.

El señor me conduce a un probador de ropa hecho de separadores japoneses y me entrega en kimono.

Me saco la ropa de Akatsuki y me pongo el Kimono. Al verme al espejo frente a mi no puedo evitar sonreír, es tan suave la tela y tan bello el color, jamás había usado ropas tan lindas y lujosas.

Salgo del probador y el señor me recibe con un prendedor para el cabello. Me arregla el pelo en un moño alto y luego me sonríe.

— Se parece a mi hija— comenta con voz nostálgica — ojalá siguiera viva.

— Lo lamento— digo conteniendo mis ganas de profundizar en el tema.

— Descuide, fue hace mucho — hace una pausa y me ira intrigado — ¿Ha venido sola?

— No, estaba con un compañero, pero se me ha perdido de vista.

— Entonces tome esto— me entrega un traje japones masculino de color azul— espero que le quede la talla.

— Muchas gracias — digo al borde de las lágrimas. Es tan amable y dulze su trato.

Luego de la conversación con aquel hombre, decido recorrer la feria en busca de información importante sobre el jinchuriki. Pero antes de comenzar una mano que se posa sobre mi hombro me detiene.

— Itachi-kun — digo algo sorprendida.

— No me llames así— pide en tono severo.

— Ah, verdad...lo siento mi señor— digo al recordar el lugar lleno de personas que deben creer que soy su sirviente.

— Ven conmigo.

Y a pesar de estar molesta con él  lo sigo dejando mi orgullo de lado. Nos detenemos en un lugar alejado de los aldeanos y donde no puedan oirnos.

— Recuerda que debes actuar como mi sirvienta— dice.

— Lo sé.

— Obedecer todas mis ordenes sin protestar.

— Lo sé.

— Y no hacer nada sin preguntármelo antes.

— Lo sé— digo con un tono más molesto. Todo me esta empezando a rebasar los limites de tolerancia.

— No debes ocupar tus habilidades ninjas ni...

— ¡ Lo se! Y ya deja de tratarme como si fuera idiota porque no lo soy— exploto de la ira — por si no lo recuerdas yo también he trabajado para ANBU. No te creas superior a mi.

Itachi me mira con curiosidad ante mi tan explosiva reacción y luego se forma una leve y  casi imperceptible sonrisa.

—  Al fin dejas salir tu enojo.

— ¿ Qué? — pregunto desconcertada.

<¿ Ha hecho todo esto a propósito para molestarme?>

— Necesitabas botar tu ira antes de ingresar a la aldea.

Los músculos de mi rostro se relajan dando paso a un sentimiento extraño.

Antes de que me decidiera si decirle “ idiota" o “ gracias". Él se me queda mirando de pies a cabeza.

— ¿ Qué haces vestida asi?

Me siento avergonzada al preocuparme tanto por recibir la aprobación de él. A pesar de que se que él no ve de la manera que yo quiero que lo haga.

— Me lo dio un señor allá en la feria— apunto su puesto — ¿ me veo demasiado extraña?

Itachi vuelve a escanearme y responde mirando a mis ojos

— Si.

Inmediatamente siento como si una nube negra pesara sobre mi. Es increíble como una simple palabra puede hacerme sentir mal. Hago un esfuerzo para que ese sentimiento no se note.

— También me dio esto para ti— le extiendo el kimono masculino azul.

Él se queda mirándolo con curiosidad y luego extiende su mano derecha para recibirlo.

— Será una buena idea cambiar de aspecto para que no nos reconozcan— afirma— esperame aquí.

Asiento con la cabeza y en cuestión de segundos su presencia desaparece.

Al cabo de unos minutos vuelve a aparecer frente a mi con la yukata azul. No puedo apartar la mirada de él. Se ve exageradamente guapo.

— ¿ Qué sucede con esa mirada tuya?— me pregunta.

— Ah,eh... Te queda bien— admito— pero falta una cosa para encubrirte.

Él me mira expectante, deseando saber de que estoy hablando.

Le entrego una sonrisa de confianza y lo rodeo hasta llegar a su espalda. Una vez allí, tomo su cabello amarrado en una coleta. Es sedoso y liso, incluso más saludable que el mio, y eso me causa algo de verguenza propia.

Quizás tengo una muy poca preocupación por mi aspecto> pienso.

— ¿ Qué haces?— me pregunta con voz ¿ nerviosa?

Amor Escarlata ( Itachi)Where stories live. Discover now