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** Quería gritar y destrozar todo, pero en vez de eso, me quedé callada y me destrozé el alma **
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Munemori me agarra bruscamente del antebrazo y me obliga a seguirlo.

— ¡ Hey, no! Espera — intento safarme, pero mis fuerzas no me acompañan. Además no puedo utilizar técnicas ninjas estando tan cerca de la Mizukage, no puedo levantar sospechas.

Él me lleva al interior de la casa y recorre los pasillos a toda rapidez ignorando a las sirvientas que me miran con algo de tristeza. Al parecer esta no es la primera vez que sucede algo así.

— ¡Me estas lastimando!, sueltame por favor— le pido.

Munemori se detiene de golpe ante una habitación.

— ¿ Q-qué estas haciendo?— le pregunto preocupada.

— ¿Recuerdas que dije que nos divertiriamos?— susurra a mi oído causandome escalofríos de temor — y ya te dije como me divierto.

— No, espera... Yo no quiero esto— forcejeo con él para impedir entrar a la habitación, pero nada sirve.

— Ya sé lo que quieres — dice mientras me empuja hacia la cama — no soy idiota.

Me quedo helada, sin reaccionar.

— Sé que buscas información — me dice — pues bien, te la daré... Pero no te saldrá gratis.

— ¿ Co- cómo lo sabes?

— Tu repentino interés en mi— sonríe malicioso y se arrodilla ante mi sujetando mis piernas, lo que me hace repelerlo — Seamos claros — asegura mis piernas con fuerza — si me complaces, yo te diré todo lo que quieras saber.

< ¿ En qué rayos me he metido?>

— ¿ Qué dices?— insiste. Su mano derecha empieza a subir por mi rodilla  hasta llegar a mi entrepierna.

— ¡¡No, sueltame!!— le pego con mi pie en em pecho y consigo alejarme de él.

Estoy aterrada.

— Que mal — sonríe y se pone de pie — he intentado ser amable contigo, pero me lo pones difícil.

— No te me acerques — le digo en tono amenazador.

— ¿O si no qué?— su burla de mi — ya es tarde para pedirme eso.

Munemori salta sobre mi y me obliga con toda su fuerza a recostarme bajo él. Grito y pataleo, pero es como si el terror me impide pensar con claridad. 

Él toma mis muñecas y las sujeta por sobre mi cabeza, dejándome imposibilitada de cualquier movimiento.

Besa y succiona la piel de mi cuello. Su tacto tan violento me provoca repulsión.

— ¡Sueltame, eres asqueroso!

— Esa boca maleduacda — inspecciona mi rostro y de manera repentina besa mis labios.

— ¡Ngh!— muevo mi rostro y deja de besarme.

— Tienes labios suaves y provocativos— vuelve a acercar sus labios sobre los mios por más que me esfuerzo en rehusarme. Su lengua entra en mi boca y jueguetea.

Sus manos suben de mis caderas por mi abdomen hasta llegar a mi pecho. Me aprieta con tal brusquedad que me hace soltar un grito de dolor.

— ¡ Ah! — exclamo y me retuerso bajo su cuerpo— sueltame... por favor.

— Quiero oír mas de tus gritos— sonríe con malicia.

Sus caricias violentas, mis lamentos, sus besos y mordidas en mi piel, mis ganas crecientes de romper a llorar. Todo es tan...horrendo, que mi mente se desconecta del momento como una manera de escapar del dolor y del tormento.

< ¡ Alguien que me ayude!>  pido en mi mente con todas mis fuerzas.

— Esto será placentero, lo prometo — susurra a mi oído.

—No, por favor...no— suplico cansada de seguir luchando y no conseguir nada.

— Para que veas que no soy tan malo, te daré una pista de lo que quieres saber— dice— el Jinchuriki está muy bien escondido, tanto que ni siquiera los cazadores ANBU lo pueden encontrar.

— Dejame ir — vuelvo a insitir.

— Te diré más si cooperas conmigo.

En un acto rápido me quita las bragas y baja sus pantalones dejando expuesta su humanidad. El terror, la desesperación y el miedo se apoderan de todo mi cuerpo.

< Por favor, ven a ayudarme Itachi-kun > exclama mi corazón.

— Te va a gustar — dice — abre tus piernas.

— ¡¡No!!— pongo todas mis fuerzas en impedir que haga lo que desea— ¡No!

Y luego... Todo sucede tan rápido.

Mis ojos se tornan púrpura y se fijan en los de él. En cuestión de segundos cae por el borde de la cama dando gritos de dolor y maldiciéndome.

— ¡¡¡ Que diablos eres, joder!!!

Espantada y llena de adrenalina, me visto y salgo corriendo del lugar. Ni siquiera me importan las preguntas y caras de preocupación de las personas a mi alrededor.

Con el miedo latente de que Munemori salga a buscar venganza, me escabulló fuera de la casa y me inmuscullo en el bosque.

Ya sin aliento me detengo cerca de un lago. Me tumbo en la orilla y me lavo la cara. Me siento sucia y sé que ese sentimiento no se irá tan fácilmente.

Miro el cielo a punto de oscurecer y, sin más, las lágrimas amenazan con  caer como río por mis mejillas.
 
< No llores ¡ No llores!>

Cierro mis parpador con fuerza para impedir que las lágrimas caigan y no se puedan detener. Se me forma un nudo salado en la garganta, pero me trago las lágrimas.

Acurruco mi rostro sobre las rodillas y me hago un ovillo. Deseo que la tierra me trague y así poder olvidar todo.

Estoy devastada...y sola. Por sobre todo sola. Siento que por cada segundo que pasa, el mundo se hace mas grande y yo más pequeña.

Amor Escarlata ( Itachi)Where stories live. Discover now