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— ¡Hasta que por fin llegas!


Harry se acercó a su amigo y lo abrazó, mientras Niall le sonreía.


—Lo siento, fue culpa de Lexie.


Harry arqueó las cejas. —Esa chica siempre se confunde a la hora de mandar tus cartas, ¿Sabes? Me llegó una que era destinada a un tal O'Malley. Tienes suerte de que se la mandé yo.


Lexie era la mucama de Niall, desde hace ya unos meses. Niall ahora vivía solo, y tenía que hacerse cargo de muchas cosas en el negocio de los Horan, así que Lexie era también como su secretaria. Cuando sus padres le comunicaron que irían al Titanic, Niall no se quiso perder la oportunidad y les pidió un boleto extra para él.

Al parecer ya habían llevado el equipaje de Niall a su habitación, así que ambos se dirigieron a la cubierta para pasajeros de primera clase. Harry tenía la esperanza de encontrarse con aquel chico con el cual se tropezó antes. Pero por su forma de hablarle y como vestía, Harry estaba seguro de que era de tercera clase o parte de la tripulación en la sala de calderas.


—Creo que ya vamos a zarpar—dijo Niall. — ¿Irás hasta Estados Unidos o bajarás en alguna parada?


Ambos se colocaron en las barras de la cubierta, con los brazos cruzados y mirando todo con bastante perspectiva. La gente afuera se estaba despidiendo de sus familiares, con nada más que sonrisas en sus rostros.


—Si no me equivoco haremos paradas en Cherburgo y Queenstown, ¿Cierto?—preguntó Harry. El rubio asintió. —No bajaré. No creo que nadie baje, para ser sincero. Quieren llegar a Estados Unidos para poder decirle a todo el mundo que vinieron en el Titanic.


Niall asintió con aprobación y sacó sus lentes de su bolsillo izquierdo en los pantalones. Se los puso y suspiró con alivio, pues su vista era bastante mala y sus ojos le dolían por hacer mucho esfuerzo.

En ese momento, tres señoritas con abanicos pasaron al lado de Niall y Harry. Estos dos las observaron con sonrisas amables y luego no las miraron más. Pudieron escuchar las bocinas en ese momento, anunciando que zarparían en cinco minutos, llamando a los últimos pasajeros.



Louis

Louis encontró su habitación y tocó la puerta. Un chico de cabello negro le abrió y lo miró unos segundos. Louis se tomó la libertad de hacer lo mismo. El chico traía puesta una camisa crema a rayas horizontales, junto a unos pantalones marrones que parecían estar manchados con pintura.


— ¿Eres Louis, cierto?


Louis frunció el ceño un poco pero asintió, ahora mirándolo a la cara.


—Soy Zayn—extendió la mano y Louis la tomó, estrechándosela. —Trabajaré contigo. Casi me robas el último puesto, pero alguien se lesionó la rodilla a última hora y aquí me tienes. —explicó. —Entra.


Louis, ahora un poco más confiado, entró al cuarto y cerró la puerta detrás de él. Era bastante estrecho, pero Louis no se quejaba.

Titanic. {Larry Stylinson}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant