Maraton 1/2 III

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(hot)

¿Y si Harry llegaba en cualquier momento y lo pillaba caminando tranquilamente de la mano de su hermano por toda la casa?

Odiaba tener que andar precavido, así no era él, él siempre solía no importarle lo que pensaban los demás de el, nadie solía meterse con el porque nunca le encontraban un punto débil para tomar ventaja y aprovecharse de este, el morocho era una persona sin sentimientos, pero después de que conoció al hermano de su mejor amigo, todo en su mundo cambio drásticamente, ahora debía preocuparle cualquier simplon de la vida porque ahora tenía una persona en su vida el cual amaba demasiado y debía proteger, tenía que alejar el mal de su vida.

Ahora tenía un punto débil y debía cuidarse la espalda si no quería perder a su niñito,

y que mejor que tenerlo rondando por su casa?

Lo podría besar y mimar donde a él se le diera maldita la gana, no tendría que andar angustiado por una pinche mata de pelo ruloso, andaría sin preocupaciones, limites o restricciones del maldito pelotudo de Harry.

Su cuerpo descansaba en el sofá, su cabeza recostada por encima del borde del espaldar, su nenito descansaba encima de su cuerpo sentado a horcadas de su novio, sus codos encima del espaldar a los costados de la cabeza del mayor, contemplando mediante cada beso que le daba a su nene, una preciosa peca o un hermosisimo lunar que se atravesaba por su camino.

—Que piensas, de quedarte esta noche conmigo —susurro de repente, la emoción de su buena idea irradiaban su rostro.

Niall río con dulzura, sin entender.

—Siempre me he quedado contigo.

—No, bonito. Te quiero robar por unos días, y si se puede, para siempre —susurro sin detenerse de besarlo, esta vez, empezando por todo su cuello—. Quiero que conozcas mi casa...mi alcoba...mi cama.. —gimió débilmente contra la piel del menor, erizando esta, sus manos vagaron hacia su pequeño pero adictivo trasero, el menor atrapo su labio entre sus dientes, frunciendo el ceño, joder no se podía estar quieto, y joderr, que tentador sonaba aquello.

—Suena muy bien conocer tu casa, amor —gimió con los ojos cerrados, disfrutando de los mimos irrespetuosos que su novio le estaba dando—, pero tengo que pedirle permiso a mi mami.

Eso fue como balde de agua fría para el mayor, solo quería llevárselo ya y sin ningún permiso ni limite ni restricción, él ya era su novio, no debía pedir permiso hasta para ir al baño y poder besarlo allí.

Pero mierda, si quería pasar con su nene debía agachar cabeza y morderse la lengua.

—Está bien, mi nene bonito —detuvo sus besos traviesos en un abrazo extremadamente profundo y lleno de amor.


Finalmente habían llegado, justo donde terminaba la carretera y comenzaba un caminito de barro a la izquierda.

La trayectoria había sido bastante larga y es que como no, su casa quedaba a las afueras de la ciudad en la punta de una colina escabullida entre pinos puntiagudos y árboles de grandes alturas, olía a madera y naturaleza en abundancia, una casa de madera y techos negros parecía una cabaña, no tan pequeña, a la medida justa.

Parqueo su motocicleta Harley al frente de su casa. La temperatura siempre solía ser fría así que Niall se acurrucó al sentirlo, Zayn lo noto y colocó su chaqueta encima de sus hombros, creyendo que el cuero lo iban a abrigar.

—Bienvenido a mi refugio —dijo el morocho.

Niall observó, por dentro era bastante moderna y el color negro abundaba, se esperaba de Zayn, y no contenía mucho, solo lo necesario y si mejor casi nada, así era el morocho, sencillo y descomplicado, pero lo que se notaba que nunca faltaba eran los cigarros y la colección de guitarras eléctricas y acústicas colgadas en las paredes de madera, donde también habían cantidades de vinilos de rock.

No era una casa de hogar, pero la calefacción y la madera la hacían sentir hogareña, no habían sillones, solo uno de cuero que daba hacia el gran ventanal, y una alfombra blanca y peluda por encima de la madera negra debajo del sillón, al lado muchas almohadas grandes y cómodas regadas por el suelo donde seguro sería la sala pero no, era la cama, se notaba que no mucha gente iba de visita, de echo, se veía que estaba echa solo para una persona, bastante moderna y lujosa, muy al estilo de soltero, solo que esta vez ahora habitaba Niall en su vida, así que sería la casa de él también.

Era simplemente tan precioso ante los ojos del menor, y aquella vista inmensa por el ventanal fue lo primero que llamó su atención, el morocho noto eso así que allí sería el primer lugar donde lo follaria, pensó.


Deposito las maletas de su niño. Su casa nunca se había sentido tan agradable en años, pero ahora que estaba Niall todo era tan distinto, se sentía tan bien, incluso se sentía muchísimo mejor que aquellos días cuando llovía y se encerraba en su casa, en su mundo depresivo a combinar algunos sonidos con sus guitarras y fumar unos cuantos muchos porros debido a su soledad y aburrimiento, pero ahora no lo estaba, tenía un novio y lo aprovecharía al máximo.

—Te gusta? —susurro por detrás, en su oído.

—Me encanta, amor —dijo, volteándose.

—Apenas llegas y ya quiero que vivas aquí, conmigo para siempre —susurro entre sus labios.

—Bésame —pidió con timidez pero mucha necesidad.

El pedir permiso para probar de sus labios con tanta desesperación era una de las cosas más favoritas para el morocho, quien obedeció y con muchísimo gusto, sediento de sus deliciosos labios que lo hacían desubicar de su órbita existencial.

Y nuevamente el rubio pagaría sus consecuencias por ser tan jodidamente precioso y adorable y generarle una ereccion al morocho.

Intensificó el beso, prácticamente succionado y desgarrando de sus delgados y débiles labios, posicionó sus manos bajo la camiseta en sus pequeñas caderas, sentía que estaba cometiendo un pecado, sentía que su niñito era tan puro que estaba haciendo mal tocarlo, no quería aprovecharse de el, no quería manosearlo, quería tratarlo con delicadeza, pero ya era tarde.

—No me tortures —gimió con debilidad—, tócame más —chillo el rubio.

El morocho gruño. Era una maldita batalla mental, quería complacer a su nenito, pero también quería dejarle en claro lo jodidamente débil, sumiso, enfermo, adicto y depravado que se sentía por el. Lo amaba tanto, tanto.

Esta vez lo beso con profundidad, Niall se encontraba más confundido que nunca, sin embargo estaba contento y muy excitado sin querer, porque su novio lo estaba tocando, lo estaba amando. Con tal de sentirlo cerca suyo, se sentía el niño más feliz, así que dejo que su novio tomará las riendas esta vez en el sentido del ritmo y las intensificaciónes de sus caricias, de su respiración, de su control corporal y de su orgasmo.

Joder, quería escuchar a su niño gritar, es que era tan inocente pero tan morboso, sucio y delicioso, joderr era tan aldksl.

Lo acorraló contra la encimera de la cocina, su niño jadeo al sentir el contacto frío en su espalda baja ya que no tenía camiseta, pego su cuerpo contra el de su nene, dejándolo prácticamente inmóvil, sus manos vagaron traviesamente por su nuca, aferrando de esta con un poco de fuerza y succionando con rudeza, Niall jadeo, parecía un muñeco de trapo entre sus manos.

A él le gusta que le partan el CULO | ZiallWhere stories live. Discover now