Gotas De Lluvia Para Un Día Soleado.

La estrella sola del Firmamento.

Era la estrella sola del firmamento.
Era ella, y eran luego muchas más.
Brillaba su lamento por el gran universo.
Brillaba, distinta a las demás.

Era la estrella sola del firmamento.
A su alrededor todo creía fugaz,
hasta el polvo dorado podía mirar
desvanecerse en el gran océano negro.

Era ella, y brillaba sola.
Era verso, y era prosa.
Caminaba en luz en medio del cielo,
lloraba triste su pesado anhelo.

¿Dónde estaría su lugar
dentro de aquel inmenso mar?
Buscaba su respuesta en el más allá,
Admirando con dulzura a las demás.

Otras estrellas que volaban,
en lugar de descansar.
O a las que anillos decoraban
luces tenues al danzar.

Eran la vida de aquella nada,
la esperanza de tanta oscuridad.
Entre todas, el cielo abrazaban
y ella no hallaba su verdad.

Era la estrella sola del firmamento.
Acompañada únicamente por su soledad,
su brillo creía perder, lento,
sin percatarse de la realidad.

Atrapada en la negrura,
cambió su forma de ver.
Y en lugar de en el horizonte lejano,
sus pensamientos, se hicieron cercanos.

Descubrió, entre sus brazos,
girando alrededor, miles de astros.
Descubrió, en su cálida estela,
otras vidas, que vivían por ella.

Pues todo el tiempo perdido en la espera,
había olvidado buscar de cerca.
Olvidando que era ella el Sol
que daba vida a la Luna llena.