Diescisiete

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Jack Gilinsky

Sentí los suaves labios de Johnson sobre los míos, ¿quién se creía que era?

Traté de romper el beso pero fue imposible. Sabía a fresa y quería besarlo una vez más. 

No fue hasta después que me di cuenta que aún seguía en el teléfono con Sam. Suspiré pesadamente y lo aparté.

— Sam, es mejor que te llame luego— dije nerviosamente y colgué antes de tener respuesta alguna.

— ¿Quién es él Jack?— preguntó triste.

— Alguien que conocí. Y probablemente mi futuro chico— sonreí.

—¿Qué hay de nosotros?

—Nunca hubo uno, ¿o sí?

— No puedes hacerme esto Jack— reprochó golpeando mi hombro.

— No te he hecho nada— reclamé.

— Entiendo que estés molesto por todo lo que pasó pero no es justo que juegues conmigo, me estás volviendo loco— explicó.

— ¿Qué jodida situación,no? Eso fue lo que hiciste conmigo— me defendí.

—¿Todo esto es por venganza?

— Venga Johnson, madura. No todo gira a tu alrededor.

— Eres un idiota— dijo antes de estampar la palma de su mano contra mi rostro.

Me quedé sin palabras. Esto se había vuelto una guerra sin si quiera intentarlo y ambos lucíamos completamente incompetentes.

No sentía que lo odiara, y tampoco me quedaban ganas de segur así . Me dejé caer y suspiré. ¿Qué estábamos haciendo?

(...)

— Tienes que hablar con él— propuso Taylor.

— Claro que no, Johnson es el que tiene que arreglar las cosas— Shawn se opuso.

La situación entre ellos había estado confusa, los veía peleando todo el tiempo. Shawn no sonreía con frecuencia como antes. Taylor desaparecía siempre. Cárter también se ausentaba la mayoría del tiempo y todo empezaba a resultar enfermizo.

— ¿Podrían explicarme qué es lo que pasa aquí?— vociferé.

— Resulta que Taylor no pudo ser feliz a mi lado y se buscó a otro mientras aún estábamos juntos— respondió Shawn con rabia. — Y lo peor fue que tuvo que ser con uno de nuestros mejores amigos— continuó el castaño.

— Sabes que lo siento— susurró Taylor.

— Estoy tan harto de toda esta mierda— farfulló Shawn yéndose.

(...)

Encendí el cigarro mientras lo colocaba en medio de mi dentadura. Me encontraba en la terraza como era costumbre cuando todo estaba mal. Miré hacia el cielo que se teñía de rosa, aspire el espeso humo para después sacarlo. 

— Después de todo, nada cambió— una voz conocida habló.

Me giré y vi al responsable de que estuviera aquí: Jack Johnson. Su cabello estaba alborotado y se le veía desganado.

— No realmente.

— Desde el primer momento en que te vi sabía que solo traerías problemas— suspiró y luego siguió.— Y a pesar de eso, también sentí que no habría manera de alejarme de ti, no te dejó de pensar y desde hace un tiempo, me siento raro si tú estás— declaró.

—Oh, Jack— susurré. — Aún tengo la sensación de estar en casa cuando estoy contigo, lo que ha pasado no me importa en realidad. Y tengo que ser sincero, siento algo muy intenso por Sam, sin embargo tú sigues ahí, no te puedo olvidar Johnson. No sé si pueda hacer que funcionemos juntos.

Junté su frente con la mía, jamás me había sentido tan bien, no dijo nada, solo se escuchaban nuestras respiraciones, el aire que soplaba y el latido de mi corazón. Su azul mirada se clavo en mi rostro como si estuviera tratando de memorizar a la perfección cada centímetro y juré que nadie me había mirado de aquella forma.

— No tenemos ningún sentido Jack— reí.— Siempre peleamos y luego actuamos como si nada hubiera pasado , me haces sentir loco, me desquicias, y aún así te tengo debajo de mi piel— farfullé.

—¿A caso no es es eso de lo que el amor se trata? — sonrío.

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Boarding School»JolinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora