Mi esclavo, Mi perdición [Eunhae +18]

El otro hermano

Yesung entró a la habitación sin siquiera tocar.

-Señor Hyuk hoy...- su voz se fue apagando mientras veía la escena, y se quedó estático en su lugar.

-Yesung!- Hyuk Jae exclamó, quitando a Hae de sus piernas rápidamente, no podía permitir que alguien más viera un milímetro de su piel- Hae tápate- ordenó, éste obedeció inmediatamente, cubriéndose con las sábanas.

-¡Mi Señor!- alzó la voz el primer oficial, llevando su mano a su corazón -Mis disculpas, he entrado sin pensar.

Hyuk cerró los ojos y contó hasta 10

-¿Y por qué has irrumpido así en mi habitación?- cuestionó con toda su autoridad

-Hangeng >se hizo un silencio< señor, hoy es su liberación- el cuarto de pronto se volvió helado

Guardó silencio uno segundos, ordenando sus pensamientos -¿es hoy?- Hyuk estaba perplejo, Hangeng estaría libre esa misma tarde, eso era una mala noticia >exhaló forzadamente y volteó a mirar a su esclavo< -Donghae, haz lo que te plazca, tengo asuntos pendientes, por favor, come algo y descansa- el príncipe se paró de la cama y desapareció junto con Yesung detrás del umbral de la puerta.

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Eunhyuk como lo llamaban los chicos del castillo, era el tercer heredero al trono, fuerte, valiente, excelente en el combate, y extremadamente apuesto, pero, no todos aclamaban sus sobresalientes dones.

Se encontraba bañado en sangre, jadeante, con su respiración entrecortada, sus piernas ardían, y sus manos también, cada cortada era tan profunda y dolorosa que no podía evitar soltar quejidos, pero, solo quería una cosa, >degollar a su oponente<

Con una mirada furiosa, empuñó la espada y corrió furiosamente, la alzó en el aire, y chocó contra otra espada, hoja con hoja, el poder de ambos contrincantes se sentía en el acero.

No era lo correcto, pero para el joven de cabellos rojos fuego no había opción, era morir o matar, y de pronto, de un movimiento inhesperado de su oponente, el filo atravesó la suave piel de su espalda, gritó de dolor, pero no paró, volvió a empuñar su espada, preparándose para un nuevo ataque, sintiendo el odio quemarlo y consumirlo en brasas ardientes.

-¡TÚ! ¡¿CÓMO HAS PODIDO?!!- Gritó lleno de ira e impotencia -¡¿POR QUÉ?!-

-por que es mi lugar, mi derecho- el adversario contestó sin inmutarse de la rabia en el menor.

Corrió nuevamente listo para atacar, pero esta vez su acero atravesó el pecho del otro >hubo una pausa, un silencio en medio del campo de batalla< La sangre corría colina abajo, y el sol le quemaba en las heridas, Hangeng su hermano, estaba en un charco de sangre, con su espada clavada,>seguía sin pedir perdón<

-¿por qué?- con lágrimas en los ojos cuestionó, pero sin entregarse al llanto aún >al menos no totalmente<, ¿porque su hermano era malo? ¿Por qué había hecho eso?

Los guardias del palacio llegaron y alejaron a Hyuk de la escena, >el sólo observaba el cuerpo de su hermano, este le sonrió sínico<

-Nos veremos pronto, príncipe Eunhyuk- fueron solo unas palabras, que dejaron tras de sí una muerte.

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