Daddy's kitten' |h.s|

o c h o

La desesperación entró en mí. Rara vez ocurría esto, que Devon, me halla enviado ése mensaje, no significaba nada bueno.

Él tenía varios problemas, problemas familiares. Él es un buen chico, sinceramente nunca cometió ningún maldito pecado como para que le pase tales cosas.

Comencé a colocarme mis zapatillas, lo más rápido que podía.

-¿Emily qué sucede? -pregunta Harry.

-Me tengo que ir -dije simplemente.

Sin saludarlo, salí de su departamento, escuchaba detrás mío sus llamados, pero los evitaba totalmente. Ahora él no me importaba, el único que estaba en mi mente ahora, era Devon.

Tomé el primer taxi que encontré. Le indiqué la dirección, a la cual iba habitualmente.

La casa del árbol.

Desde pequeños nos reuníamos con Devon, Matt y Jackson, nos quedábamos horas y horas, jugando a las pilladas, o juegos de varón, yo era uno mas de ellos prácticamente.

Traté de llamarlo pero no me atendió su teléfono. Ya estaba desesperada.

Comencé a comerme mis uñas, tanto que una sangraba.

Al llegar, le tire él dinero al conductor, y le dije "quédese con él cambio"

Al llegar, quedé sorprendida. Todo estaba igual, a cuando éramos pequeños.

Comencé a caminar un poco hasta llegar a la casa del árbol, comencé a subir las pequeñas maderitas que habíamos puesto hasta llegar a la casita y me encontré con Devon, en una posición fetal.

-Cariño -corrí hacia él -¿que ocurrió?

Él simplemente sollozaba.

-Dime cariño así te puedo ayudar -lo abracé.

Solo dijo dos palabra, que hicieron que mi corazón se estrujase y que mis lágrimas comenzaran a salir.

"Te necesito"

Llegaron Matt y Jackson.

-¿Hermano que está sucediendo? -preguntó Jackson.

-Devon -dijo Matt colocando su mano en su hombro.

-Lucy se me está yendo -dijo levantando su cabeza.

Se podía ver lo destruido que estaba.

Sus ojos achinados y colorados por llorar, su nariz levemente roja y sus labios, no estaban rojos como siempre, están pálidos, y lastimados.

Lucy es todo para él. Es su pequeña, su hermanita. Con tan solo nueve años, tiene una enfermedad terminal.

Leucemia.

Esa enfermedad de mierda, que hace que tu vida termine, en un abrir y cerrar de ojos. Él dolor que genera, era lo peor.

Ya hace dos años está con las quimioterapia, le hace efecto, pero al parecer ya no. Yo siempre acompaño a Devon y a Lucy a sus turnos. Tan solo tiene nueve años, es un angelito todavía, sin maldad, no sé que ha hecho para merecer tal atrocidad.

Los cuatro amigos nos encontrábamos abrazandonos.

(...)

Ya era tarde, seguro me agarraría la bronca con mi padre, pero en estos momentos no estoy para escuchar las mierdas que saldrán de su boca.

Al abrir la puerta, me encontré con mi padre, Stella y... Harry.