Capítulo 10 - Cuervo

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Capítulo 10 - Cuervo

-Ha entrado un cuervo en la tienda.

El aire estaba revuelto, y las manos de Antonio temblarón ante el comentario del hombre de mediana edad que se encontraba justo detrás de él cerrando las ventanas mientras Antonio terminaba de arreglar el ramo de flores.

-¿Disculpe?- la voz de Antonio tembló por un momento mientas se giraba para observar como el dueño de la tienda recogía un par de plumas negras del suelo.

-Cuervos, estas plumas son negras pero son brillantes, preciosas- sonrió el hombre colocando sus gafas apropiadamente mientras observaba detalladamente las brillantes y negras plumas -Una ave majestuosa que trae la muerte.

-Podría decirse que si- sonrió Antonio provocando que el hombre le mirase -Gracias por el aumento de sueldo y....en fin....todo...

El hombre soltó una sonora carcajada mientras le daba un par de palmaditas en la espalda.

-No sé cómo lo haces pero con el tiempo que consigues mantener las flores vivas hasta te pago poco, parece que cuando las cuidas las flores tienen ganas de ser eternas. Eres lo opuesto a un cuervo.

-No te creas, las flores que yo cuido también terminan muriendo.

-No en la tienda, lo cual me beneficia- se rió el hombre mirándole.

Antonio se rió suavemente mientas el dueño de la tienda le daba la vuelta al cartelito cambiándole el "abierto" por el "cerrado".

El español se quito el delantal y se giró para mirarle mientras sujetaba el ramo de flores contra su pecho.

-¿Qué te parece?- preguntó Antonio mirando al dueño de la tienda.

-Estas bien, andiamo Antonio, no hagas esperar al ragazzo- Sonrió el hombre abriendo la puerta de la tienda haciendo que una campanilla sonara.

-¿Seguro, Alessandro?- preguntó Antonio.

-¡Andiamo!

Antonio sonrió saliendo por la puerta de la tienda ante la atenta mirada de su jefe.

-Nos vemos mañana Alessandro.

-Adiós Antonio.

Tras despedirse de Alessandro Antonio bajo la cuesta lo más rápido que sus pies le permitían, no era momento para pensar en sus alas, no era momento de pensar en cuanto tiempo le quedaba.

-¡Lovino!- Antonio vio al italiano al final de la calle consultando algo en su teléfono móvil, el cual, al escuchar la voz del español, clavó su mirada en él.

El italiano esperó a que el español llegara hasta delante de él mientras metía su teléfono en el bolsillo de su gabardina.

-Siento haber llegado tarde, pensé que venia con tiempo- dijo intentando recuperar el aliento mientras le tendía a Lovino el ramo de flores.

Lovino sonrió suavemente agarrando las flores y besando a Antonio.

-Puede ser que yo llegase un poco antes porque no podía esperar a verte- susurró Lovino -Así que no te culpes, bastardo.

Antonio sonrío ampliamente envolviéndolo en un abrazo cargado de cariño.

-Eres lo mas adorable que he visto en mi vida.

Lovino intentó apartarle sin muchas ganas, su cara estaba ardiendo y no quería que Antonio lo viese así.

-Calla bastardo- susurró Lovino devolviendole el abrazo -Oye...

-Dime, cariño.

-No me llames así- se quejó Lovino hundiendo su cara en el pecho de Antonio.

-Lo siento- Antonio besó la mano de su novio dulcemente -Por favor, dime que quieres.

-¿Podemos ir a tu piso?- preguntó en un susurro apretando la camisa de Antonio.

-Sí ¿quieres quedarte a pasar la noche?- preguntó Antonio acariciándole la espalda a Lovino.

Lovino se sonrojo a más no poder apartándose de Antonio y agarrando su mano.

-Ya hablaremos, vamos- dijo entrelazando sus dedos con los del confuso español tirando de él.

-Por cierto, Matt vino ayer a la floristería y me dejo algo para ti- Antonio sacó de si bolsillo una carta doblada y se la dejó a Lovino.

El italiano le miró durante un par de segundos y después agarró el trozo de papel desdoblandolo.

Lo que se encontró fueron palabras que le felicitaban el año nuevo y un montón de dibujos torpemente dibujados y coloreados.

-Parece que quiere llevarse bien contigo- dijo Antonio sonriendo mientras depositaba un beso en el cuello de Lovino, beso que provocó que el italiano se tensara por un momento.

-Me cae bien, el pobre no tiene la culpa de que su novio fuese un cabrón de mierda- dijo doblando el papel y colocándolo en el bolsillo de su chaqueta -Lo que me molesta es que el subnormal ese fuera tan gilipollas como para salir conmigo cuando yo no le gustaba.

-Oye.

-Dime.

-No hables de otros hombres cuando estoy aquí o me voy a poner celoso- el español cubrió de besos las mejillas de Lovino.

-Quita tonto- se rió Lovino apartándose de Antonio pero sujetandole la mano mientras señalaba a la puerta del edificio donde estaba el piso del español -Abre.

Antonio abrió la puerta mientras rodeaba con una de sus manos la cintura de Lovino el cual repartía besos por la barbilla del español.

-¿Sabes qué?- preguntó Antonio besando a Lovino el cual mantuvo el beso hasta que Antonio lo rompió -Te quiero....no....Te amo.

-Yo también, te has convertido en alguien con el que realmente quiero estar.

-Eres todo lo que tengo y eres todo lo que quiero tener- Antonio mordió el labio inferior de Lovino suavemente.

-Parece que realmente conseguí a mi Romeo para tener el drama completo- Lovino se rió caminando hacia atrás, dejando que Antonio le guiará hasta las escaleras.

-Lo nuestro no es un drama, solo una historia fuera de lo común- Antonio depositó otro beso en la frente de Lovino.

-Y que lo digas.

-Entonces ¿quieres pasar la noche aquí?- preguntó Antonio mientras Lovino colocaba el cuello de su camisa y sonreía rodeando con sus brazos su cuello.

-Exactamente.

Anche se cado (SpaMano)Where stories live. Discover now