17.

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Anna.

Miro a Paola con una sonrisa y asiento para que suba las escaleras sigilosamente con su pistola de pintura.
Ahora mismo parecemos unas malditas espías en una de esas misiones súper importantes y quien nos viera se estaría riendo de nosotras.

-Una, dos y...-abro la puerta de la habitación de Jesús y dispara la pintura sin ni si quiera mirar.

Trago saliva cuando no oigo ni un grito, ni una queja, ni nada. Asomó la cabeza abriendo un poco la boca y me echo las manos a la cara nerviosa.

En la habitación no hay nadie y acabo de manchar la pared blanca, de un azul cielo muy raro.

-Ups.-digo viendo como Paola comienza a ríe analizando la tontería que acabamos a hacer y paso a la habitación para mirar la pared manchada.-¿Tampoco queda tan mal, no?

-No.-sonríe y suspira dejando la pistola en la cama.-¿Nos vamos al lago?-me pregunta y asiento.-Se supone que había ido al baño.

-Si, vamos.-comento.-Como Jesús esté ahí me voy a cagar en todo.

-¿Por qué?-se pregunta saliendo de la casa a paso rápido.

-Pues porque me la habrá tramado.-suspiro.-Parece que le divierta verme...-susurro callándome porque estoy hablando más de la cuenta y sin pensar.

-¿Verte como?-me mira picara y ruedo los ojos.-¿Celosa?

-No.-bufo sabiendo que es que si, pero soy una chica muy reservada y no cuentos mis cosas a nadie.

Veo de lejos a ambos gemelos y camino hacia ellos a paso ligero, buscando las palabras que decir.

-Hola.-sonrío sentándome al lado de Dani en el suelo.

-¿Dónde estabas?-dice Jesús divertido,haciendo que le mire mal unos segundos.

-Decorándote la habitación.-le contesto triunfante, dejándolo un poco sorprendido.

-¿Ves?-se acerca a mi.-Ahora sabes que puedes confiar en mí.

-¿Qué?-frunzo el ceño.

-Eso, te creías que iba a irme detrás de Cath de nuevo y no lo he echo.-se muerde el labio.-Quiero que confíes en mí y creo que te he dado un motivo para comenzar a hacerlo.

********

Dani.

Agarro a Anna del brazo cuando la veo con intenciones de entrar a la cafetería a por un helado y me mira con el ceño fruncido.

-¿Dani?-suspira.-¿Qué pasa?

-Mi hermano me ha contado lo de anoche.-le digo de repente consiguiendo que se ponga algo nerviosa.-Y tengo una pregunta existencial que hacerte.

-¿Cuál?-se cruza de brazos intentando calmar sus nerviosa.

-¿Por qué diablos no os besasteis?-digo pillándola por sorpresa.

Me mira durante unos segundos a los ojos y la veo morderse el labio sin saber qué decir. De repente me agarra la mano y tira de mí sin decir una palabra hasta dentro de la cafetería.

-No podía.-susurra y la miro durante unos segundos.-Dani, el problema es que no me conoce una mierda, que no me conocéis una mierda y...

-¿Querías hacerlo, no?-suspiro despeinándome nervioso.-¿Te gusta?

Se echa las manos a la cara mirando al suelo de nuevo y cuando vuelve a alzar la mirada se encoge de hombros.

-No tengo ni idea de mis putos sentimientos.-dice y se da la vuelta para comenzar a andar hacia el congelador que hay a un lateral.

-¿De qué mierdas tienes miedo, Anna?-me cruzo de brazos.-Ahora mismo en la sociedad que vivimos la gente se besa y luego se conoce, no se...

Para en seco y después de coger aire durante unos segundos y apretar los puños se vuelve a girar y viene hacia mí.

-¿Alguna vez te has preguntado porque las personas frías somos así?-susurra con dolor en la voz y niego débilmente con la cabeza.-Ven, siéntate.-me da la mano y tira de mí para acabar sentados en unas sillas.-Te voy a contar algo que no sabe absolutamente nadie, y espero que no salga de aquí porque si no te cortaré los huevos.

-Ya lo sé, confía un poco en mi anda.

-Eso estoy haciendo.-susurra y mira al techo unos segundos antes de hablar.-Las personas frías, bordes, sarcásticas, no nacemos siendo así, ¿sabes?-me mira.-Si lo somos es porque algo jodido nos ha pasado y ya no sabemos comportarnos de otra manera.-le miro fijamente y trago saliva porque lo que va a contarme va a hacer que la conozca un poco mejor y creo que eso es un paso que algún día tenía que dar.-A mí me jodieron viva.-susurra y noto como los ojos se le humedecen poco a poco al recordar esos momentos que para ella no fueron nada buenos.-Cuando empecé el instituto comencé a ir con las típicas chicas ricas, que parecen muñecas,populares...-asiento.-Y me sentía una de ellas hasta que comencé a notar como me controlaban como querían, Anna hazme los deberes, Anna hazme el examen, Anna cómprame el almuerzo, Anna esto, Anna lo otro.-enumera y vuelve a mirar al suelo.-Hasta que me negué por completo y ahí comenzaron a odiarme.-trago saliva.-Me controlaban más que a ti tus fans, y hacían todo lo posible para que no fuera feliz.-anuncia con una sonrisa sarcástica para luego borrarla.-Hasta que un día un chico de su pandilla se acercó a mí y me dijo que no entendía porque me hacían esto, que yo era mejor que ellas y que si no confiaba en él le daba igual porque él se quedaría conmigo siempre.-derrama una lagrima que no me da tiempo a retirarle porque lo hace ella.-Acabé por creerle y pasábamos muchísimo tiempo juntos, tanto, que acabé enamorándome de él como una tonta ilusa.-suspira.-Estuvimos un año saliendo, y en ese tiempo hicimos cosas de las que me arrepiento muchísimo.-derrama una lágrima de nuevo y enseguida otra sale detrás.-Yo siempre me refugiaba en la música cuando tenía problemas y él lo sabía, joder.-traga saliva.-A final de curso me convenció para que cantara en una de las audiciones y en cuanto salí al escenario empezó a sonar una música que yo no había elegido, no me sabia la canción por lo que me quedé en blanco y ahí fue cuando aparecieron ellas, me grabaron y se comenzaron a reír de mí, junto a todo el instituto, incluido él.-se echa las manos a la cara y se me encoge el corazón cuando la oigo intentar no sollozar.-Me acuerdo que fui hacia él y le canté las cuarenta, ¿y sabes lo que hizo?-niego con la cabeza.-Seguir riéndose.-susurra con dolor.-Ahí me confesó que ni de coña saldría con migo, que era una chica que daba asco, que me utilizó para que me pegara la hostia y que la caída fuera más gorda, que todo era una gran mentira.-se quita las lágrimas.-Y de ahí vienen mis complejos, mis desconfianzas, mi pánico escénico, mi frialdad.-susurra y clava sus cristalinos ojos en los míos.-¿Ahora entiendes cuando te digo que no puedo?-asiento y me levanto para arrodillarme delante de ella.-No quiero pillarme por ningún chico más porque sé que al final acabaré dándome de nuevo la hostia y no quiero, y sé que si es Jesús aún lo será más porque es un puto mujeriego al que solo le importa follar y que juega con el corazón de todas las chicas y...-le quito esta vez yo las lágrimas.-No quiero ser otra más en su larga lista, no podría soportarlo.

La abrazo con todas mis fuerzas, dándome cuenta de el tesoro que acabo de encontrar, de lo mucho que vale la pena esta chica y lo jodida que está. Me doy cuenta en este momento de que la suerte ha llegado a mi vida una vez más y ahora viene con su nombre. No podría haber encontrado mejor amiga.

-¿Sabes una cosa?-susurro.-Puede que Jesús sea todo lo que has dicho pero...-me separo de ella y le vuelvo a quitar las lágrimas.-Desde que te conoce no ha querido ni oír el nombre de otra chica, me habla de ti como si fueras un sueño y el jamás en su vida lo ha echo.-suspiro.-Ann, conozco a mi hermano y te juro que no estás siento una más en su larga lista.-traga saliva.-Que está en esos momentos en lo que casi todo le importa una mierda y...-ocho aire.-Ese "casi" eres tú.

CampPop. {GEMELIERS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora