Paula.
Veo como Jesús se acerca corriendo y doy un suspiro sujetando el botiquín.
Ann se estremece al notar el agua oxigenada en las heridas de su rodilla y cierra los ojos con fuerza para soportar el escozor.
-¿Qué ha pasado?-se pregunta mirando con los ojos muy abiertos a mi amiga.
-La guarra de Cath y sus intentos de ser graciosa.-informo tendiéndole una pequeña venda al monitor y ayudando a colocársela en una rodilla.-Se ha caído y se ha dado con una piedra.
-¿Estás bien?-le pregunta agarrándole la mano y ella asiente sonriendo de repente.
-¿Qué me he perdido?-pregunto sonriendo pícaramente y ambos se miran para luego reírse.-Esto...-les miro incomoda.-Creo que aquí sobro.-miro a Ann.-A las doce donde te he dicho, no te duermas.
Antes de que conteste ya he comenzado a caminar hacia mi tienda, son las once de la noche y ya nos han mandado a todos a dormir, y bueno, yo no tengo sueño.
-Tss.-susurra alguien impidiéndome que no entre a la tienda.-Paula.
-¿Dónde estás?-pregunto mirando para todos los lados sin conseguir ver a nadie.-¿Hola?
Una mano se posa en mi boca y tira de mi hacia el bosque, haciendo que comience a temblar de lo nerviosa que estoy. Jamás admitiré que tengo miedo, no, no lo haré.
Cuando me destapan la boca me giro con las intenciones de darle una buena hostia hasta que me encuentro a Dani y de lo único que tengo ganas es de comérmelo a besos.
-Me cago en tu existencia.-le digo enfadada.-Me estoy planteando seriamente lo de denunciarte por secuestro.
-¿Te he asustado?-se ríe divertido y niego con la cabeza obvia.-Te he asustado.
-¡Qué no!-alzo la voz pareciendo enfadada.-Hace falta mucho más para que yo me asuste.
-Puedo asustarte perfectamente.-se echa flores y me hace levantar las cejas sutilmente.
-No lo creo.
-¿Qué te apuestas?-sonríe arrogante y levanto las cejas.
-¿Otra apuesta, Oviedo?-suspiro.
-¿Qué tienes miedo a que la gane?-me da la mano.-Ya lo he echo una vez.
-¿Qué?-me río irónica.-Aún no has ganado nada, capullo.
-A ti sí.-se acerca a mi coqueto.
-¿Cómo estás tan seguro?-le vacilo sonriente.
-La Paula que conocí a principios de verano no se dejaría besar por un chico que no le gustase y tú lo has echo.-se ríe.-Eso quiere decir que te gusto.
-O no.-sonrío.
-Si lo hago.-se ríe contra mi boca, consiguiendo estremecerme.-¿Qué te apuestas a que si lo vuelvo a intentar no te apartas?
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Anna.
-Si, necesito tomar el aire, enseguida voy.-le digo a Jesús, que sin rechistar se mete en la tienda.
