Esperando.

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"Llevo esperándote desde el día en que te fuiste, y aun no estás aquí como prometiste".

Habían pasado tres años desde que Samuel se había ido. Desde ese entonces Guillermo no había a vuelto a saber nada de él. Aún recuerda y mantiene guardado ese mensaje que Ruben le envió, de parte de Samuel.

"Dile a Guillermo que lo quiero, que volveré por él, lo prometo."

No había cumplido su promesa, lo había abandonado y eso nunca lo olvidaría ni perdonaría. Aun recordaba que después de la partida de Samuel él estuvo en la boca de todos los del instituto, todos lo miraban con lastima y hasta una vez creyó oír cómo se burlaban de él.

Su corazón aún mantenía la esperanza en ese entonces, pues habían pasado apenas dos meses.

Ruben y Miguel intentaban hacerlo sonreír, incluso cuando fueron a la universidad, ellos pidieron plaza en la suya, para no separarse nunca. Miguel decía que era porque no querían perder el contacto, pero Guillermo sabia la razón; era débil y todos lo sabían.

El primer año de universidad como profesor de arquitectura le ayudó bastante a olvidar todos sus problemas. Y entonces cayo de nuevo en las garras del amor, si es que se le puede llamar así. Su nombre era James y era realmente encantador. Todo iba de maravilla, llevan una relación de apenas tres meses cuando James le dijo que quería que su primera vez fuera con él.

Y Guillermo aceptó.

No obstante, cuando estaban a punto de hacerlo, Guillermo recordó aquella promesa de la que con el paso del tiempo se había olvidado. Aquella promesa que le hizo a Samuel cuando apenas llevaban una semana de noviazgo.

Estaban caminando por aquel extraño parque que se había hecho con la intención de que las parejas pudieran ir allí y pasar un momento agradable. Samuel tenía su mano con la de Guillermo, sus dedos entrelazados, balanceándola hacia delante y hacia atrás, suavemente.

Llegaron al parque y se sentaron en la banquita para dos personas, Samuel lo miraba enternecido, mientras que Guillermo miraba la fuente delante de él, sonriendo. La fuente era igual que las demás, solo que esta tenía algo especial; un corazón estaba en el centro, y las palabras: Amor eterno, resaltaban en negro mientras que el corazón, obviamente, era color rojo. La fuente estaba rodeada por una cerca de rejillas, y candados de diferentes colores y tamaños yacían cerrados entre los barandales.

—Espera aquí —le dijo Samuel, leyendo las intenciones de Guillermo, quien asintió y se levantó, acercándose a la fuente.

Samuel salió del pequeño parque y fue esta un puesto, que era atendido por una señorita de unos dieciocho años. La chica le sonrió, y el no pudo hacer nada más que devolverle la sonrisa.

Guillermo estaba parado mirando como la fuente nunca perdía su agua, cuando Samuel llegó, manteniendo sus manos en su espalda. Y cuando Guillermo le preguntó que tenía ahí, Samuel saco un candado bicolor, pues la muchacha con la que lo compro, intentaba hacer que los candados se parecieran a sus compradores, intentado así que ninguno de los candados se parezca a los otros. Las llaves eran iguales, plateadas, para que así nunca logres encontrar la tuya.

—Aquí dice que tenemos que cerrar el candado haciendo una promesa —dijo Samuel, entregándole el candado a Guillermo, quien lo miro fascinado. Y es que nunca pensó que una persona como Samuel haría algo así. Y es que vamos, Samuel parecía un chico malo con sus chaquetas de cuero negro—. Y después lanzamos la llave al agua... valla, nunca me imaginé haciendo algo así.

Y lo siguiente que supieron era que estaban cerrando el candado, juntos. Mientras hacían la promesa previamente acordada.

"Seremos la primera vez del otro, en todo lo que sea."

Y entonces no pudo hacerlo con James. Había sido estúpido de su parte en esos momentos, porque vamos, Samuel nunca llegaría por él. Samuel lo había olvidado y ahora él tenía que olvidarlo también.

—Lo siento, James —recordaba que le había dicho—. Pero no puedo.

—Está bien —dijo mientras se acostaba a su lado—. Te esperaré cuando estés listo, yo ya lo estoy y quiero que sea contigo.

Y entonces durmieron juntos, sin hacer nada malo.

Al día siguiente cuando Guillermo despertó, James ya no estaba a su lado. Y nunca más volvió a saber de él.

Aunque hoy en día ya no le dolía como antes, pues habían pasado dos años desde aquello y tres años desde que Samuel de fue, y desde entonces jamás volvió a pensar en él.

Lo había olvidado, y pareciera que era para siempre.

Su corazón había perdido la esperanza desde hace un año, cuando se dio cuenta de que el nunca volvería.

Dos años después.

Estaba cocinado con Ruben, en la casa de este. Habían decidido hacer pasta en crema con pollo en crema. Si, tal vez era demasiada crema. Pero no podía evitarlo, realmente Ruben era adicto a la crema.

—Se supone que en treinta minutos el agua empezará a hervir y la pasta estará lista —dijo Ruben, más para sí mismo que para Guillermo—. Después lo colamos para que el agua se valla y le echamos la crema, no están difícil, ¿cómo va el pollo?

—Estará listo en veinte —Guillermo dijo, sonriendo a Ruben—. Aunque creo que le falta sal y un poco de pimi...

Su voz se vio interrumpida cuando la puerta principal fue azotada extremadamente fuerte, seguida de un grito llamando a Guillermo. Miguel entro a la cocina, siguiendo él dulce aroma de la comida. Llevaba su típico traje que solía usar cuando bajaba.

— ¿Qué pasa, Mangel? —preguntó, revisando el pollo.

Guillermo sabía que Miguel a veces solía actuar así por algo que realmente no valía la pena. Estaba preparado para cualquier cosa que Miguel le dijera, como por ejemplo que la vecina lo había regañado al otra vez porque Ruben y el no recogían las popos de Thets.

—Samuel ha vuelto a la cuidad.

Guillermo lo miro ceñudo, ¿eso era todo?

— ¿Quién es Samuel?

Y, desafortunadamente, los recuerdos lo atacaron ahí, sin previo aviso.

Lo siguiente que supo, fue que la tierra temblaba bajo sus pies. Las personas gritaban a su alrededor. Las paredes se movían.

O eso pensó que sucedía antes de caer en la inconsciencia.

Amor A Primer Bostezo | Wigetta. (Primera version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora