C h a p t e r T w o

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En el transcurso del camino, Yukino, Sting, y Rogue hablaban, y reían como chicos normales.
Lo cual no eran nada normales.

Ver a Rogue reír así no se veía todos los días, Sting amaba ver a su Rogue así.

— Ya me canse.. ¿Cuándo llegaremos? —Suspiro Yukino, mientras comenzaba a caminar más lento que los dos gemelos.

— Yukino-Sama, no falta mucho. —Respondió Rogue. Sting actuó rápido y la cargo en su espalda.

— ¡Q-qué haces! —Yukino se sonrojó a más no poder, mientras abrazaba por el cuello a Sting.

— Te cargo, dijiste que te habías cansado. —Dijo serio, mientras miraba a Rogue sonriendo. Bien sabía que su emo se estaba muriendo de celos.

Rogue le dio un tic en el ojo, mientras bajaba a Yukino y la dejaba en el suelo.

— ¡Déjala! ¡No pidió tu ayuda! —Dijo Rogue mientras gritaba.

— ¡Pero tampoco dijo que no! —Respondió, mientras arqueaba una ceja.

— ¡Estupido! —Grito Rogue, Sting lo agarro de los cabellos jalándolo un poco.

Los dos chicos se siguieron peleando.
Rogue lo jalaba de las mejillas, y Sting del cabello.

— ¡Ya déjame! —Gritaba Sting, mientras rodaban en el suelo.

Yukino sólo miraba la pelea con una gotita en la cabeza, cruzada de brazos. Camino, dejándolos solos.

— ¿A dónde v.. –Dijo Rogue, no acabó al escuchar a su amigo interrumpirlo.

— Déjala.. Asi es ella. —Sonrío pervertido, se paró del suelo y se llevó a Rogue jalándolo de la mano.— Vamos con ella, debemos hacer la misión, pequeño.

Rogue se sorprendió, esta vez no le había dicho nada pervertido. Yukino era su única esperanza, si ella permanecía con ellos, nada malo pasaría.

— ¿Te gusto? —Dijo Sting, volteando a ver a Rogue. Ambos seguían tomados de las manos.

Rogue se perdió tanto en su pensamientos, que olvido que seguía agarrado de la mano de Sting, al ver, rápidamente la quito.

— ¡C-Claro que no! —Dijo casi en un grito, y desvío su mirada. A Sting se le hizo muy tierno.

— Que lindo. Te comería a besos, pero estamos en público. —Río, Rogue solo se súper sonrojó y volteo a ver a los lados. Para ver si nadie había escuchado lo que su rubio amigo había dicho.

— ¡E-eres un pervertido! ¡Ojalá te violen! —dijo mientras aceleró el paso.

— Si, que me violen. Pero tú. —Sonrío victorioso, tenía una forma de molestarlo para cada cosa que el dijera.

Rogue pensó, tenía una pequeña idea para vengarse del rubio.
Sin que el viera, corrió, para ponerse detrás de la espalda de Sting.

— Papuh.. —Susurró en el oído de Sting, el solo se sorprendió un poco y volteo rápidamente.

— ¡Violador! —Grito un poco sonrojado, Rogue empezó a carcajear mientras se tiraba al suelo.

Sting miró a Rogue un poco triste, mientras esté empezaba a lloriquear.

— ¡Tonto! —Grito mientras iba corriendo tras Yukino.

Rogue no dijo nada y se paró. Su insulto no podía ser más patético. Además.. ¿Cuánto tiempo llevaban caminando? Habían perdido la noción del tiempo, creyó que se habían perdido, casi llevaban dos horas.

»No quieras jugar contra fuego, Sting. Yo también puedo ser pervertido, más de lo que crees«.

Smut; StinGue.Where stories live. Discover now