Capítulo 6

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  Luhan se queda mirando al monstruo con horror y miedo. No está seguro de que sea real, pero lo parece. Sus rugidos también, e incluso sus ojos enrojecidos moviéndose de Xiumin hacia Luhan. Pero aun así, no sabe qué creer, quizá porque sabe que criaturas así no existen, que lo que aparece frente a sus ojos sólo puede darse en las películas.

Pero ahí está ahora, frente él.

—¡¿Qué coño es eso?! —pregunta Xiumin a su lado.

—No lo sé —Luhan vigila los movimientos del monstruo y ve que avanza lentamente hacia ellos.

—Luhan... —comienza a decir Xiumin, retrocediendo—. ¿Qué sabes hacer?

—¿Cómo? —pregunta Luhan confundido.

—Esto es una prueba, ¿no? —dice Xiumin.

—Bueno, ¡desearía que fuese una prueba! —grita cuando ve que el monstruo comienza a acelerar el paso—. Xiumin, ¡¿qué hacemos?!

Pero éste no logra responder a la pregunta, ya que el monstruo se abalanza sobre él. Xiumin se lanza al suelo, evitando que las garras del monstruo lo alcancen.

—¡Xiumin! —grita Luhan. Su compañero se levanta y corre hacia él.

—Estoy bien —dice entre jadeos—. Pero pronto comenzará a atacarnos en serio.

Luhan observa cómo el monstruo sacude la cabeza en su dirección, con la saliva goteando entre sus dientes afilados.

—Luhan, ¿puedes paralizar cosas? —pregunta Xiumin sin apartar los ojos de la criatura.

—¿Qué? —se gira para mirarle.

—Yo intentaré congelarle las patas —dice Xiumin—. Necesito que lo retengas. Haz que deje de moverse.

Luhan mira al monstruo, que se dirige hacia ellos.

—Luhan, ¡necesito una respuesta ahora!

Él asiente.

—Sí, ¡lo intentaré!

Al escuchar su respuesta, Xiumin corre hacia el otro lado del monstruo y centra su atención en sus patas.

—¡Luhan! ¡Ahora!

Luhan estira los brazos frente a él, dirigiendo las palmas hacia el monstruo e intentando contenerlo. Parece como si el animal hubiese golpeado una pared y estuviera intentando derribarla, pero Luhan centra toda su atención en paralizarlo. El chico siente como si estuviese empujando contra algo y, a pesar de que comienza a notar un fuerte dolor de cabeza, no cede.

—¡Xiumin! —grita.

—¡Ya casi estoy!

Luhan desvía parte de su atención hacia Xiumin sin dejar de perder la concentración en el monstruo, que ahora está furioso por no poder atravesar la pared invisible. Xiumin corre por entre las patas del monstruo y lo congela al instante. Luhan se percata de que su compañero ha evolucionado más rápido que la mayoría de ellos; ahora es capaz de congelar grandes objetos sin que le ocurra lo mismo a sus manos, como antes. El monstruo ruge de nuevo, con las patas casi congeladas, y golpea la pared invisible de Luhan con sus zarpas. Éste siente como si alguien acabase de golpearlo en la cabeza con una botella y se encoge en el suelo, mareado.

—¡Luhan! —grita Xiumin; pero éste se incorpora rápidamente y vuelve a estirar los brazos para evitar que el monstruo se mueva, mientras intenta con todas sus fuerzas no perder la concentración. La criatura ruge ferozmente de frustración, pero Luhan es capaz de controlarla.

—Xiumin, ¡no creo que pueda aguantar mucho más! —dice entre jadeos. Todavía no tiene lo suficientemente desarrollados sus poderes y el esfuerzo de paralizar algo con tanta fuerza lo debilita más y más.

—¡Ya está! —grita Xiumin, y Luhan deja de luchar contra la inmensidad de la criatura. Xiumin se gira hacia él, orgulloso, cuando sus ojos se abren como platos.

—¡Estás sangrando! —le grita; Luhan se pasa rápidamente el dorso de la mano por la nariz y ve una mancha roja.

—Sólo me sangra la nariz —dice—. Estoy bien, no te preocupes.

Xiumin corre hacia él.

—¿Estás seguro? Porque...

—¡Xiumin, cuidado!

Luhan ve con horror como el hielo que mantiene congeladas las patas del monstruo empieza a romperse en pedazos y sacude el cuerpo, golpeando a Xiumin con la cola y lanzándolo por los aires hasta el otro extremo de la habitación. Tras golpearse con fuerza contra la pared, el chico cae al suelo.

—¡Xiumin! —grita Luhan corriendo hacia él.

Cuando gira su cuerpo y ve que su compañero no se mueve, se asusta.

—¡Xiumin, reacciona! —grita, sacudiéndolo; pero el monstruo ruge tan fuerte que se ve obligado a girarse para mirarlo.

La criatura se dirige hacia ellos, Luhan mira a su alrededor para buscar algo que pueda ayudarles y divisa una pequeña bombilla que cuelga del techo sobre la cabeza del monstruo. Utilizando sus poderes, hace que la bombilla explote y el animal se distrae unos segundos por culpa de los trozos de cristal que le caen en el ojo.

—¡Xiumin! —Luhan vuelve a sacudirlo, pero su compañero no reacciona. Con toda la fuerza que le queda, lo levanta echándole un brazo sobre sus hombros y utilizando su cintura para apoyarlo.

Mira a su alrededor en busca de una salida y avanza rápidamente hacia ella en cuanto la ve, arrastrando a Xiumin con él y girando el picaporte. Cuando se percata de que no gira, Luhan grita con frustración ya que sabe que le llevará tiempo arrancar la puerta.

El monstruo los ve huyendo y gira la cabeza en su dirección. Mientras tanto, Luhan deja a Xiumin en el suelo y decide enfrentarse él mismo a la bestia. Extiende los brazos una vez más y centra toda su energía en elevar a la enorme bestia para lanzarla al otro extremo de la habitación. Sabe que va más allá de sus capacidades, más allá de lo que sabe hacer, pero tiene que intentarlo, si no ni él ni Xiumin podrán huir.

El monstruo se percata de que el chico está tratando de controlarlo y lucha para oponer resistencia. Luhan nota que el dolor de cabeza se intensifica e intenta deshacerse de él, centrando toda su atención en el monstruo. La criatura vuelve a golpear con sus garras, cada vez más fuerte, y Luhan se rinde al punzante dolor de cabeza. Cae junto a Xiumin, con los ojos entreabiertos, y ve cómo el monstruo avanza hacia ellos, sabiéndose victorioso. Luhan sólo piensa en que desearía que la prueba se terminase ya, que Kris la suspendiese y los dejase descansar. Pero los segundos pasan y nadie hace nada. Al final cierra los ojos, esperando lo peor, cuando de repente se abren las puertas y una ráfaga de viento lo golpea con fuerza. La puerta se cierra, y Luhan observa débilmente cómo alguien entra lanzando al monstruo por los aires, como si se lo llevase el viento. La bestia choca contra la pared y se escucha un rugido furioso. Luhan intenta centrar la vista para ver de quién se trata y reconoce a Sehun.

—Experimento 4-1-2 —se escucha la voz de Kris a través de los altavoces—. No tienes permitida la entrada a este hangar.

Sehun lo ignora y camina hacia donde se encuentran Luhan y Xiumin, tumbados en el suelo.

—Experimento 4-1-2 —repite Kris—. Ésta no es tu área de pruebas.

Sehun sigue ignorándolo y mantiene el semblante serio, con la mirada clavada en Luhan. Éste le sostiene la mirada débilmente mientras yace en el suelo, preguntándose qué hace ahí, hasta que el monstruo vuelve a levantarse y comienza a correr hacia él.

—¡No! —grita con voz ronca; pero Sehun es veloz y Luhan es testigo por primera vez de cómo usa su propio poder para lidiar con el monstruo.

Una ráfaga de viento sopla de nuevo con fuerza y Luhan abraza a Xiumin en el suelo, junto a él. Intenta levantar la cabeza para ver lo que hace Sehun y observa cómo aplasta al enorme monstruo contra la pared. Sehun no usa las manos y es como si el viento hiciese flotar a la criatura en el aire, aun cuando el hangar permanece cerrado. Parece estar concentrándose en mantener a raya a la bestia y Luhan observa cómo mueve las manos, como si estuviera estrangulando el cuello del monstruo. La criatura tose, escupe e intenta alcanzar a Sehun con sus garras, pero está demasiado lejos como para tocarlo.

Luhan se percata de que para ser un chico muy delgado y de aspecto frágil, Sehun es muy poderoso; quizá por eso Kris lo usa para presionarlo a él, porque es fuerte y puede soportar cualquier tipo de dolor. Pero aun así, odia ver cómo lo torturan.

Sehun aprieta las manos como si estuviese estrangulando al monstruo, y aunque Luhan no es capaz de verlo con claridad ya que hay demasiado viento en el hangar, ve que efectivamente hay algo estrangulándolo. Como si el viento producido por Sehun estuviese rodeando su cuello y apretándolo con fuerza. El monstruo aguanta un rato antes de rendirse, pero al final pierde la respiración y cae inerte al suelo.

Luhan ve cómo Sehun cae de rodillas al suelo, débil tras haber agotado todas sus fuerzas, pero sabe que se encuentra bien. Sehun respira con dificultad y se incorpora lentamente sobre sus pies para dirigirse hacia la puerta y abrirla, permitiendo así la entrada a Lay.

—¡Xiumin! —grita el joven con los ojos muy abiertos al ver a Xiumin tirado en el suelo junto a Luhan—. Xiumin... —Lay lo gira y pasea su mirada por el cuerpo del chico, de la cabeza a los pies—. ¿Por qué no se mueve?

—Creo que se ha roto algo en la espalda —murmura Luhan lentamente, haciendo una mueca por culpa de su dolor de cabeza e intentando recuperar las fuerzas para poder sentarse—. Ha recibido un buen golpe.

Luhan escucha a alguien moverse tras él y sabe que es Sehun, pero lo ignora cuando ve que Lay extiende las palmas de las manos sobre el cuerpo magullado de Xiumin.

Lo cura en cuestión de segundos, y Luhan respira aliviado cuando lo escucha gimotear.

—¡Xiumin! —Lay lo abraza y cura los cortes y heridas de su rostro.

—Gracias —le dice Xiumin, y Lay asiente con la cabeza.

—Cúralo.

Luhan sabe que es Sehun el que acaba de dar la orden, pero el dolor de cabeza le impide distinguir sonidos.

—Estoy bien —protesta Luhan, pero se percata de la debilidad de su propia voz—. No tienes que...

—Cúralo —repite Sehun y Lay asiente, tomando su rostro entre las palmas de las manos.

Luhan no ve lo que le hace; quizá le haya detenido la hemorragia de la nariz o debilitado el dolor de su cuerpo. Pero aunque se siente un poco mejor, su dolor de cabeza permanece intacto. Lay lo ayuda a ponerse en pie, pero sus piernas no reaccionan, no tienen todavía la fuerza necesaria. Luhan siente las fuertes manos de Sehun sujetándolo desde atrás y recuesta la cabeza sobre su pecho, demasiado débil como para apartarse de él.

—¿Qué le pasa? —oye cómo pregunta Sehun.

—Está agotado —explica Xiumin, apoyándose en Lay para ponerse de pie—. Hoy ha utilizado la mayor parte de su poder.

—Pensaba que lo habías curado —Luhan escucha la acusación de Sehun y desea que pare, ya que la culpa no es de Lay.

—Lo he hecho —explica el chico—. Pero está sufriendo por algo sobre lo que yo no tengo control, lo sabes de sobra.

Luhan oye a Sehun gruñir de frustración y siente cómo lo coge en brazos. Él se deja llevar en su regazo sin saber a dónde se dirigen. Nadie los detiene mientras Sehun se lo lleva y él se encuentra demasiado mareado y desorientado como para cuestionarse qué está pasando.

Por fin nota que Sehun se detiene y su vista intenta ajustarse al nuevo entorno. Su vieja habitación.

Sehun lo recuesta sobre algo suave. Una cama, piensa mientras cierra los ojos al sentir una nueva punzada de dolor en la cabeza.

—Duele —gruñe, apretando los ojos, consciente de que está agarrando la mano de Sehun con demasiada fuerza.

La cama se hunde ligeramente y nota que se inclina sobre él, apartándole unos cuantos mechones de pelo de la cara.

—No debieron dejar que te enfrentases a esa bestia —susurra, y Luhan se siente confundido—. Todavía no estás preparado.

Luhan no sabe de qué está hablando y justo cuando está a punto de preguntárselo, nota los labios de Sehun apoderándose de los suyos.

—Sehun... —murmura suavemente; pero Sehun lo acalla.

—¿Hasta qué punto están desarrollados tus poderes? —pregunta, incorporándolo ligeramente para quitarle la ropa.

—No... no mucho... —Luhan rehúye el contacto de Sehun por primera vez, demasiado consciente de que él no lo mira ni una sola vez cuando están en la habitación con los demás. Pero Sehun le agarra el mentón con firmeza.

—Mírame.

Luhan no abre los ojos. Tiene demasiado miedo, se siente demasiado avergonzado y su dolor de cabeza persiste.

—Mírame —repite con firmeza y, esta vez, Luhan abre los ojos lentamente y ve a Sehun sobre él.

Éste lo contempla durante un buen rato, como si se estuviese deleitando en cada palmo de él o lo estuviese estudiando detenidamente. Está ahí, con él, y ahora puede verlo plenamente.

—Sehun... —comienza a decir, pero Sehun lo acalla presionando los labios sobre los suyos una vez más.

Luhan le corresponde con impaciencia y Sehun se apodera de sus labios como si también estuviese hambriento y desesperado por sus caricias. Luhan lo abraza con más fuerza, deseando que no se detenga, y sabe que Sehun siente como antes, como si fuese consdiente de él y temiese hacer algo que lo involucrase, pero su cuerpo parece traicionarlo. Luhan lo nota. Es diferente cuando están el uno frente al otro, así.

Luhan siente la erección de Sehun presionando contra su muslo y tira de él. Sehun se deshace de la ropa de ambos en cuestión de segundos y regresa a por Luhan, dejando que su boca deambule por su cuello y su pecho.

Esa noche Luhan se rinde a Sehun, gritando por fin su nombre al llegar al orgasmo.

* * *

Luhan se despierta y se gira con la esperanza de ver a Sehun pero, una vez más, no está. Exhalando un profundo suspiro, se entierra bajo la delgada manta.

La noche anterior...

Sehun lo había salvado la noche anterior. Él fue quien lo sacó de allí y quien le había hecho el amor. Hizo que Luhan gimiese su nombre hasta la saciedad, que alcanzase el orgasmo dos veces y, entretanto, Luhan podría jurar que su dolor de cabeza había desaparecido. Cree que es divertido pensar en ello ahora, pero entonces es cuando recuerda lo que Lay le había dicho.

Parejas vinculadas... Se hacen más fuertes el uno al otro.

Es nauseabundo y una locura y entrañable al mismo tiempo, y eso no hace sino confundirlo más aún.

Luhan se incorpora, sentándose en la cama, y mira a su alrededor. Ve a Xiumin todavía dormido y a Lay junto a él, acariciándole el pelo. Luhan vuelve a recostarse para no interrumpirlos y vuelve a quedarse dormido con facilidad.

Cuando se despierta, minutos más tarde, ve que ambos ya están despiertos.

—Buenos días —lo saluda Lay, y él asiente.

—Buenos días.

—¿Te encuentras bien? —pregunta, y él vuelve a asentir.

—Gracias por haberme curado ayer —le dice, y Lay sonríe.

—No ha sido nada.

—Me alegra ver que tanto tú como Xiumin estáis bien.

Luhan mira a Xiumin y, por primera vez, ve que él le devuelve la sonrisa.

Cuando está a punto de preguntarle cómo se siente, se abre la puerta y entra Kris. Esta vez no lo acompaña ninguno de sus ayudantes.

—Buenos días —les dice a modo de saludo, y Luhan se percata de que... parece estar de muy buen humor—. Me alegra veros a todos despiertos.

Luhan nota que Xiumin tiene las manos cerradas en puños y que Lay intenta calmarlo.

—Hoy tendréis todos una reunión —informa Kris, ignorando la mirada sombría de Xiumin—. Os estaré esperando en el área de pruebas dentro de quince minutos.

Tras decir eso se va y los tres permanecen en silencio, preguntándose qué pasará.

* * *

Quince minutos más tarde, Luhan se encuentra en el área de pruebas, ahora convertida en una sala de conferencias, con Lay y Xiumin acompañándole. Frente a él está el chico de fuego, Chanyeol; el nuevo, Baekhyun; Sehun y otros dos más que nunca ha visto. Uno permanece sentado cerca de Luhan, mientras que el otro está sentado atrás de todo, con la cabeza gacha.

Luhan observa a Sehun e intenta descifrar si lo que había pasado el día anterior le ha dejado secuelas, pero ve que está bien, aunque no le dirige la mirada.

Suho y Kris entran y se sientan al frente, captando la atención de todos los presentes. Luhan espera sentado en su sitio con ansiedad mientras escucha lo que ambos tienen que decir.

—Os hemos reunido aquí a todos porque nos gustaría felicitaros por lo bien que lo habéis estado haciendo, tanto en las áreas de prueba como de entrenamiento —les dice Suho—. Kris y yo hemos estado trabajando muy duro para que sacaseis y desarrollaseis vuestros poderes, y es maravilloso veros conseguir tan excelentes resultados.

Luhan los mira como si estuviesen locos; sus palabras hacen que se sienta asqueado y repugnado. Es como si estuviesen hablando con experimentos en vez de con humanos.

Bueno, somos experimentos, piensa Luhan exhalando un suspiro.

—Por lo tanto, nos gustaría ofreceros a todos... —Kris considera sus palabras— una recompensa, o algo por el estilo.

Luhan escucha con atención.

—Os vamos a trasladar a todos a unas instalaciones más grandes —dice Suho con tono alegre, mientras Luhan se desploma en su asiento—. Mejores.

—Viviréis todos juntos —continúa Kris—. No más paredes, no más medidas estrechas de seguridad.

Luhan levanta la mirada al escuchar eso.

—Bueno, las medidas de seguridad de las nuevas instalaciones no serán tan rígidas como habéis visto hasta ahora, pero aun así seguiréis estando vigilados. Huir no es una opción.

—Dejadnos en libertad.

Quien habla es Chanyeol, y Suho le dedica una triste sonrisa.

—Lo siento, pero no podemos hacer eso.

—¿Por qué no? —pregunta Xiumin, y Kris lo mira.

—Quizás ahora no entendáis nada, pero lo que hemos hecho es lo mejor.

Luhan está a punto de preguntarles cómo es posible que encerrarles sea lo mejor, pero Kris y Suho se giran para abandonar la sala y les dan la orden de seguirlos. Luhan se levanta con rapidez de su asiento y sigue a Lay y Xiumin.

Sehun lo sigue a él. Luhan lo sabe porque ha intentado estar pendiente de él, preguntándose si está recuperado de lo sucedido el día anterior. Sehun sigue sin mirarlo y Luhan vuelve a preguntarse qué ha hecho para que lo trate así.

Los conducen más y más hacia arriba por los pasillos. Todo reluce a blanco y limpio y se asemeja a un hospital, pero Luhan sabe que no lo es. Al pasar ven al personal trabajando con mascarillas quirúrgicas en experimentos químicos, y Luhan quiere saber con qué están tratando en el interior del laboratorio.

Se detienen frente a una enorme puerta y ven cómo Kris presiona unos cuantos códigos para abrirla. En cuanto lo hace, Luhan se queda boquiabierto al ver un enorme espacio dentro que no parece para nada que esté dentro de un laboratorio. Hay hierba, cielo azul, nubes blancas esponjosas sobre ellos y Luhan disfruta con la luz del sol. Siente el aire a su alrededor y eso hace que sus ojos se humedezcan un poco. Hace mucho tiempo que no ha visto nada más que las cuatro paredes de su blanca habitación.

Hay un jardín, un gimnasio y un pequeño laboratorio a un lado.

—Este será vuestro nuevo hogar —les dice Suho; y todos entran, asombrados. Luhan se percata de que incluso Sehun camina mirando a su alrededor, sin poder creérselo.

—Todo es artificial, claro —dice Kris, y Suho le propina un codazo—. ¿Qué? Sólo les estoy diciendo la verdad.

A Luhan no le importa si es artificial. Al menos, por ahora. Está demasiado emocionado y abrumado con todo lo que ve a su alrededor.

—Como sea... —Suho suspira—. Todos viviréis aquí.

—En este laboratorio hay cuatro habitaciones —dice Kris, y Luhan se gira para mirarlo, preguntándose por qué sólo cuatro—. Una para cada pareja vinculada —explica.

—¡¿Qué?!

El chico que estaba sentado en la parte más alejada de la sala de conferencias lo pregunta como si no pudiese creerlo.

—Sí, Kai —dice Suho—. Tendrás que compartir habitación con Kyungsoo.

Kai lo mira, parpadeando.

—¿Cómo? No lo entiendo.

—Misma regla para todos —le dice Suho y el joven cierra los ojos, como si lo que acaba de escuchar lo frustrase. El chico que antes se sentaba junto a Luhan, el que al parecer es Kyungsoo, se da la vuelta y se aleja.

Compartir una habitación con Sehun... El corazón de Luhan empieza a latir ferozmente al pensarlo. ¿Por qué todo se seguía complicando? Pero, al mismo tiempo, no puede evitar sentir alivio porque así podría estar pendiente de él.

—Aquí tenéis las llaves de vuestras habitaciones —Kris les da las tarjetas llave—. Los desayunos, las comidas y las cenas se servirán a la misma hora que antes en el comedor común. Podéis moveros por donde queráis dentro de esta área, pero no se os permite salir a menos que se os llame para hacer pruebas.

—Podéis usar vuestros poderes cuando queráis —añade Suho—. De hecho, nos gustaría que los usarais tanto como podáis, pero mantenedlos bajo control.

Luhan los mira a todos y ve que ellos también están abrumados y ansiosos por el nuevo lugar.

—¿Alguna pregunta? —dice Kris, y Kai habla inmediatamente.

—¿Podemos hablar? ¿En privado?

Kris le hace un gesto a Suho.

—Es tu experimento...

Suho asiente.

—Ven. Los demás, acomodaos.

Kai sigue a Kris y Suho hacia fuera mientras el resto se quedan parados en el centro de las nuevas instalaciones durante unos segundos. Ninguno de ellos se mueve e intentan acostumbrarse al nuevo cambio, sin decidirse a empezar a moverse. Tras observar con inquietud como Lay le pasa a Sehun la tarjeta de su habitación, Luhan lo sigue con torpeza.

Cuando entra en su habitación, ve que todo es muy acogedor. Las paredes están pintadas de color azul claro y hay ventanas, lo que es algo nuevo para él después de mucho tiempo. Hay una pequeña estantería llena de libros y el joven se percata de que todos tratan de naturaleza. También hay un escritorio, situado en una esquina, y un pequeño sofá en la otra. Hay un baño y una enorme cama. Luhan la observa maldiciendo en voz baja, ya que hace que la situación sea más incómoda.

Parece como si Sehun lo estuviese asimilando todo y permanece de pie, inmóvil, dándole la espalda. Sus hombros parecen tensos y Luhan lo mira mientras observa todo a su alrededor. Las ventanas, la cama, los cuadros y después, lentamente, ve que su mirada se dirige al baño.

—¿Quieres ir tú primero? —le pregunta Luhan con prudencia, pero Sehun ni lo mira. Pasan unos segundos antes de que muestre algún signo de respuesta. Pero cuando lo hace, se dirige a la puerta que conduce al exterior de su habitación.

Luhan se enfurece con él por ni siquiera responderle y corre a bloquearle el paso, poniendo la mano en el vano de la puerta. Sehun se detiene, pero sigue sin mirarlo a la cara.

—¿Cuál es tu problema? —le pregunta sin hacer el mínimo intento por ocultar el enfado en su voz. Está desesperado por su atención, desesperado por que hable sobre ellos. No se han hablado ni una sola vez, excepto las veces en las que han tenido sexo y Luhan sabe que eso ni siquiera cuenta.

Sehun sigue sin responderle, e incluso parece imperturbable ante la explosión de rabia de Luhan.

—Mira... —Luhan suspira, apartando el brazo de la puerta— si vamos a vivir juntos, al menos deberíamos hablarnos.

Sehun está cerca de él y, por un segundo, Luhan desea poder tocarlo. Abrazarlo. De hecho, sabe que puede hacerlo, pero todo le resulta demasiado confuso, al menos para ellos dos, y no quiere estropearlo todo aún más.

—Sehun... —comienza, pero él lo interrumpe de inmediato.

—Deberías ir a descansar un poco.

Luhan se queda mirándole mientras se aleja, deseando que mire hacia atrás, pero Sehun sale de su habitación rápidamente, dejándolo solo.  

[EXO-fic / TRAD] RevolutionWhere stories live. Discover now