Capítulo XXII

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~ Erótico ~

Cuando llegamos al teatro, había una larga cola para entrar. Quienes nos rodeaban iban vestidos también para la ocasión. Todos los hombres llevaban traje, y alcancé a ver las ricas telas que se asomaban por debajo de los gruesos abrigos de algunas mujeres.

-Hemos llegado -Harry se acercó directamente a la puerta, pasando por delante de los demás.

-Un momento -lo detuve-. ¿No tendríamos que hacer cola, como todos?

Sonrió.

-Eso no

Me colé en la fila con los brazos cruzados por la vergüenza. Nunca me había gustado saltarme colas, y no entendía por qué Harry estaba tan seguro de poder ahorrarse la espera. Pero cuando llegamos a la boletería, Harry dio su nombre en voz baja al empleado, cuyo rostro se iluminó al reconocerlo. Otro empleado se acercó a toda prisa. Nos guio entre la multitud, y unas copas de champán burbujeante aparecieron en nuestras manos. Mientras seguíamos al hombre por un largo pasillo rojo, tomé un pequeño sorbo de champán y las burbujas me hicieron cosquillas en la nariz. Continuamos, ahora subiendo la escalera, un tramo tras otro. Otros aficionados a la música entraban por grandes puertas de madera, y la multitud empezó a reducirse.

-Ya no falta mucho, señor -Dijo nuestro guía.

Seguimos el ascenso hasta que estuvimos cerca del techo bellamente decorado con candelabros. El acomodador nos hizo pasar a través de una pequeña puerta cubierta con cortinas de terciopelo rojo. Harry me sorprendió al sacar un billete de veinte libras y entregárselo con discreción. Me pareció un gesto extraño de su parte, una acción demasiado adulta. Harry apoyó la mano en la parte baja de mi espalda y me condujo al otro lado de las cortinas. Nos encontrábamos en un palco privado, pequeño pero lujoso, situado en la zona derecha del teatro. Se alzaba muy por encima del público, como la tribuna de un rey. La vista era impresionante. El escenario estaba vacío, expectante, aguardando la llegada de la orquesta. Respiré hondo y exhalé. Harry apretó suavemente su cuerpo contra mi espalda, deslizando los brazos en torno a mi cintura.

Me incliné hacia delante tanto como me atreví.

-Vaya. Hay un palco justo debajo del nuestro. ¿Les escribimos mensajes y se los bajamos colgados de un hilo para que los lean?

Harry simplemente se rio y me besó en el cuello.

-Eres consciente de que no hay persona más hermosa que tú en este lugar, ¿verdad? -Dijo. Su beso me hizo estremecer, y mi cuerpo perdió toda su capacidad racional de controlarse. Me eché hacia atrás, apretándome contra sus labios.

-Eso es muy tierno, pero falso

Me besó otra vez en el cuello, ocasionando que un escalofrío maravilloso me recorriera la espalda.

-No solo eres precioso, sino que no te lo tienes muy creído

Otro beso.

Me disponía a responder cuando Harry me hizo girar para besarme de lleno en los labios, pero nos interrumpió la sección de cuerdas de la orquesta, que empezó a afinar. Me aparté de él, de un salto.

-Me había olvidado de que estábamos en público -dije, con el corazón acelerado.

-Creo que estar aquí ya no me convence tanto. ¿Por qué no vamos a mi casa?

Puse mala cara.

-De eso nada. Mira, creo que está a punto de comenzar

Me acomodé en mi silla grande y acolchada. Había unos binoculares pequeños delante de mí. Los tomé y me puse a observar la orquesta a través de ellos.

Destinados » LarryWhere stories live. Discover now