Capítulo VIII: «De como la unión hace la fuerza.»

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Capítulo VIII: «De como la unión hace la fuerza.»




Kyungsoo.




Desde la comodidad de mi amplia habitación se escucharon unos ruidosos alaridos, haciendo que la concentración en mis tareas se fuera completa y enteramente a la mierda.

Solté el bolígrafo jodidamente cabreado, pensando en qué demonios podrían estar haciendo esos dos allí abajo. Viniendo de Luhan me podría esperar que lo estuviese intentando violar o ideas similares, por eso era mejor ir a vigilarlos.

Salí de mi cuarto hecho una furia, bajando con pesados pasos las escaleras hasta llegar al salón, encontrándome con un castaño ya no tan castaño -más bien moreno- que hacía por lo menos un mes no veía.

Bufé indignado.

Solo se dignaba a aparecer por casa cuando el incordio chino andante la invadía durante largas y martirizantes temporadas en vez de estar en su país natal.

En ese momento me estaba arrepintiendo de haber llamado a la casa de los Kim hacía dos semanas, aunque bueno, si lo pensaba bien he de decir que todo fue por una buena causa.

La tía Hyuna estaba pasando últimamente por algunas dificultades económicas, ofreciéndome a darle una pequeña cantidad de dinero por regalo de navidad. El inconveniente fue que previsiblemente esta se negó, alegando que en navidades ya le había regalado un mes entero de comida muy a regañadientes, por cierto.

Así que entre tanto yo insistir y ella declinar hicimos una especie de pacto en el que, para ella poder aceptar el obsequio monetario sin remordimientos, yo debía ir a hacerle una visita y quedarme a comer, comentando por encima y sin darme cuenta que tal vez para esas fechas Luhan ya estaría pisando tierra coreana. He ahí la explicación de que Minseok estuviera apretando entre sus brazos el menudo cuerpo de este.

Y os preguntaréis "¿de dónde han salido todos esos?"

Pues bien, la familia Kim era todo un ejemplo de fuerza y lucha para la mía propia y Luhan, ya que una mujer con apenas dinero para tratamientos de belleza o un simple corte de pelo levantó ella misma a tres muchachos tan poseedores de alabadores valores y de cálidos corazones como ella y su marido fallecido, Ilhoon.

El mayor de ellos era Yesung, el cual estaba ya en la Universidad Nacional de Seúl, entrando gracias a una extraordinaria beca por sus altísimas notas. El segundo era Junmyeon, quien tenía nuestra edad y estudiaba en un instituto de nivel medio en un pequeño pueblo de Bucheon donde vivían y, por último, estaba Minseok, el cual tenía un año menos y asistía al mismo instituto de Suho -este era el apodo que le dio Luhan un día de locura a Junmyeon y el cual el mayor odiaba-.

La historia de cómo acabé con esa grandiosa familia se podría resumir en unas cuantas frases, pues si hurgamos desde sus raíces no terminaría en la vida.

Por algunos asuntos Hyangki y yo fuimos separados y enviados a orfanatos, siendo acogidos por diferentes personas a los siete años. Pasé casi toda mi infancia con ellos y una prima muy cercana de los nombrados, Jihyun, dándome la oportunidad de compartir los mejores momentos de mi vida a pesar de tener escasos medios económicos. La época en la cual viví con ellos Ilhoon aún estaba con nosotros, manteniendo un poco la estabilidad monetaria y dejando patente su fortaleza, aquella de la que también se me pegó algo, al igual que a cada uno de ellos.

Return. Hunhan-Chansoo. EXO.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang