Chapter 3||"Entrenamiento"

935 59 1
                                    

Corro de un lado a otro, algunas veces grito para ayudar a mis compañeros, y normalmente se las paso a Aomine para que meta canasta por mí.

Los del Seiya iban a venir a jugar un partido amistoso contra nosotros y así entrenar ambos equipos para el partido. Cosa de la que estaba de acuerdo, así podría llegar a ver cómo funcionaban Kuroko y el tal Kagami Taiga juntos y saber si eran tan buenos como los rumores decían. Había estado investigando y al parecer ese par había dado una paliza en el partido amistoso a Ryota Kise, amigo mío en el instituto, y a su equipo.

-Hana- Miro a Aomine hiperventilando por el cansancio. El Seiya todavía no había llegado pero Momoi quería que calentasemos y practicasemos un poco para ir entrando en calor, aunque nosotros somos bastante exagerados y nos pusimos a jugar en serio. -Hora del descanso.

-Dejame acertar, Momoi nos ha hechado la bronca y nos ha obligado a descansar- Aomine asiente entre risas. Se sienta enfrente mía y, por arte de magia, las palabras de mi amiga llegan a mi cabeza. <<"He notado como te mira, siempre sonríe cuando está contigo">>. Me quedo en silencio unos segundos.

-Aomine- El recién nombrado me observa atento. - ¿Tienes a alguien que te guste actualmente?

- ¿Qué? -Comienza a sonrojarse cada segundo que pasa. - ¡Claro que no! Ya sabes cómo soy, cualq- Le corto antes de que siga hablando.

-Sí, tranquilo, no necestio más detalles.

Suspiro aliviada. Momoi estaba siendo tan franca últimamente que me estaba comenzando a hacer pensar que de verdad el chico situado delante mía estaba comenzando a sentir algo más que amistad por mí, además, sus palabras al enterarse de mi "amor irreconocible" tampoco ayudaron.

Era mejor que no sintiese nada por mí, odiaría tener que partirle el corazón.

- ¿Por qué la pregunta? -Lo observo sorprendida, sin saber qué responder. -No habrá ninguna chica que te haya pedido que la ayudes aprovechándose de tu tonta amabilidad, ¿no?

-No, no hay ning- Espera, ¿¡desde cuándo mi amabilidad es tonta?! Serás maleducado- Haciendo un puchero cruzo los brazos bajo mi pecho, mientras aparto la mirada.

Aomine ríe un rato hasta que termina abrazándome.

-Venga, no te enfades, sabes que bromeaba- Me revuelve el pelo y comenzamos una pequeña pelea entre los dos. -Ahora enserio, si una chica te pide que la ayudes no aceptes, solamente estaría dándole esperanza por algo que nunca pasará.

-Eso suena cruel... Eres mi amigo y te quiero mucho pero deberías de hacer algo con esa actitud tuya de rompecorazones- Me mira algo sorprendido por mis palabras. -Créeme, esto pasa mucho en los mangas y siempre el mujeriego termina enamorándose de una chica de la que solamente quería aprovecharse y al final suelen partirle el corazón.

-Siento desilusionarte pero esto no es uno de tus mangas románticos tan clichés, estamos en la vida real y ninguna chica llegará a... -Se calla.

-Espera, ¿de verdad existe una chica así en tu corazón? -Aplaudo riendo. - ¿¡Ves?! ¡Te lo he dicho! Es el karma, amigo mío, si dañas a alguien también te van a dañar a ti.

- ¡El Seiya ya está aquí, chicos... Y Hana! Levantar los culos del suelo y prepararos para saludar.

Aomine y yo compartimos una mirada y sonreímos malévolamente.

-Oh no, la Momoi acosadora y madura acaba de salir a la luz. Que miedo da~ -Comienzo sarcástica.

-Cuidado chicos y no dañéis a su amado, nos matará en un instante~ Continua Aomine.

En aquel instante Momoi comenzó a gritarnos un montón de cosas incomprensibles ya que la risa no me permitía oírla. El sonido de las puertas del gimnasio siendo abiertas nos hicieron callar abruptamente. Momoi se repeinó y puso una sonrisa fingiendo madurez.

-Esta es la única Momoi que odio, si un chico no te quiere no trates de fingir quien no eres, eso significa que no te merece- Murmuro.

-Lo dice quien comenzó a jugar a baloncesto para reencontrar al chico que le gusta y que ni siquiera recuerda- Rebate Aomine.

Lo miro sonrojada.

- ¡Cierra el pico! Puede que una de mis razones fuesen esas pero verlo jugar era tan brillante a mis ojos que quise hacerlo, ¡y me encanta!

-Hana- Miro ahora a Momoi, asustada. -Deja de gritar, harás que todo el instituto te oiga.

Agacho la cabeza.

-Perdón... -Pego un fuerte puñetazo a mi moreno amigo, quien suelta un quejido. -Luego te mato- Susurro para que sea él el único que pueda oírme.

-Oye- Unos pies aparecen en mi campo de visión. Son grandes. Levanto mi cabeza hasta casi mirar el techo. Lo miro sorprendida. -Serás la novia de alguno de aquí, ¿no? Siento ser duro sin conocerte pero espero que no interrumpas nuestro partido.

- ¡Eres gigante, en sobre exceso! -El pelirrojo cejudo frunce el ceño ante mi comentario. -Espera, ¿quién tiene novia y no me ha dicho nada? -Todos los de mi equipo agachan sus cabezas. -Oh, se refiere a mí- ... - ¡Espera! ¡Que irrespetuoso! Soy del equipo, ¿sabes? ¡Si vas a enfrentarte a alguien al menos debes tratar de avergiuar algo sobre tus contrincantes, idiota!

- ¿Cómo vas a formar parte del equipo de baloncesto masculino si eres una chica?

- ¡Porque... ! ¡No sé todavía porqué el director decidió hacerme este favor pero le pedí si podía estar en este equipo por... un tema privado! -No iba a gritar a los cuatro vientos que simplemente era por encontrar a un chico que ni recordaba a la perfección.

El gigante se me queda analizando unos segundos. << ¿Acaso es un pervertido de gran estatura? >>

-Bueno, no eres débil- Sonríe burlonamente, haciéndome querer darle una patada en su hombría. -Espero que no me aburras.

<<Me lo cargo>>

- ¿Hana-san? ¿Aomine-san? -Sonrío ampliamente al ver al peli azul tras el gigantón que ni se había presentado.

- ¡Hola Kuroko! Mucho tiempo sin vernos- Doy aposta un codazo al pelirrojo y me pongo delante de mi amigo. Cuando nuestros ojos se conectan vuelvo a sentir aquella extraña sensación que siento siempre que lo veo. Decido no hacerle caso. - ¿Cómo te va?

-Oye, enana- Encaro al grandullón. -No vayas dando codazos a la gente sin antes presentarte.

-Eso mismo te digo, pervertido de gran estatura- Momoi se interpone al notar mi cabreo. -Tienes suerte de que Momoi sea tan madura ante Ku- Me da una colleja antes de que siga. -De que sea madura en todos los aspectos de su vida y no quiera que te parta la cara aquí mismo porque juro que lo haría.

Unos brazos me acogen cálidamente por la cintura y me colocan en un hombro.

-Venga, pequeña enfadica, no me arruines esto y pongámonos a jugar de una vez.

- ¡Cierra el pico, pervertido Aomine!

-Juguemos- La voz contundente de Momoi me calla. - ¡Bien! Calentar durante cinco minutos, luego comenzará el partido.

Iba a cargarme a... No sé como se llama, pero lo iba a matar por osar meterse con mi estatura.

-Le voy a partir el culo en el partido.

Enamorada del enemigo (Kuroko Tetsuya) [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora