Chapter 6||"Una victoria por una cita"

729 36 5
                                    

Momoi se tiró encima mía al oírnos a Aomine y a mí meternos con ella un rato tras haber visto su mini ataque de celos al escuchar que ayer estuve un rato con su amado Kuroko.

- ¡Jo, Hana-chan, deja de ser tan mala conmigo!

Aprieto sus mejillas con cariño.

-Es que eres una dulzura, Momoi-chi. -Me burlo de ella un poco. -Pero no te preocupes, tu príncipe azul y tú siempre estaréis juntos. No en persona, ya que no te atreves a decirle nada de tus sentimientos, pero en tu cabeza moriréis juntos, agarrados de la manos ya viejitos, contemplando una puesta de Sol.

- ¡Hana-chan! -Aomine y yo reímos.

-Pero es cierto, Momoi. Creo que deberías decirle tus sentimientos a Kuroko. -Aomine apoya su brazo en mis hombros mientras habla. Noto una punzada al oír su comentario. -Vosotros hacéis buena pareja, y creo que Kuroko aceptaría salir contigo, siempre ha estado muy cómodo contigo.

Mi tripa se revuelve.

-Oh. -Mi móvil comienza a vibrar repetidas veces. -Perdonad, chicos, ahora vuelvo. Seguid con el entrenamiento sin mí.

- ¡Pero si no estáis entrenando, par de vagos! -Nos grita Shoichi-senpai sudando. A su lado, un nervioso Sakurai trata de calmar a nuestro senpai. 

Harasawa-sensei nos mira serio desde el banquillo, me acerco a él corriendo.

-Senseei, porfa, ¿puedo salir un momento y coger una llamada? -Puse un puchero. Harasawa-sensei me tiene mucho aprecio y, básicamente, soy su favorita en el equipo por mis simples agallas y fuerza como para meterme en un equipo de hombres.

Con una ladina sonrisa revuelve mi pelo.

-Ve, pero cuando vuelvas te quiero ver practicando con Aomine, ni se os ocurra comportaros como unos gandules.

- ¡Sí! -Salgo corriendo y, apoyada en la puerta del gimnasio, saco el móvil y miro quien era la persona que no dejaba de llamarme. Le devuelvo la llamada y a los tres timbres descuelgan. -Oye, Gigaiga, si querías hablar tanto conmigo podrías simplemente mandarme un mensaje. Sé que quieres que juguemos peor para poder ganarnos pero--.

-Cierra el pico, enana. -Muerdo mi labio para no soltar alguna grosería ante su apodo. -Te llamaba para retaros a ti y a tu amigo a un partido contra nosotros.

- ¿Nosotros?

-Kuroko y yo.

...

-Bien, ¿qué narices queréis, perdedores? -Doy un codazo a Aomine al oír su apodo. - ¡Au!

-Aomine, no me importa el apodo que le pongas a Gigaiga, pero a Kuroko no. -Taiga me mira cabreado. - ¿Qué? Ni que esperases que te fuera a defender.

Chasquea con la lengua.

-Comencemos el partido.

-Antes que nada. -Interrumpo a los tres hombres que ya se habían dejado controlar por sus hormonas. - ¿Qué nos llevamos a cambio cada jugador?

- ¿Qué?

-Digo yo que tendrá que haber algún premio a cambio, ¿no? Sino yo paso de jugar, jugar es divertido pero ganar algo por jugar mucho más.

Kuroko da dos pasos adelante, situándose enfrente mía.

-Si Kagami-san y yo vencemos quiero por mi parte que salgas conmigo una tarde. Los dos solos.

- ¿Me estás proponiendo una cita? -Pregunto guasona. Entonces recuerdo la promesa que le hice el día de ayer y sonrío. -Bien, acepto. ¿Qué ganamos nosotros?

Aomine nos interrumpe.

-Un momento, ¿cómo que aceptas? No pienso jugar por algo como eso.

-Aomine. -Le acaricio el brazo. -Ayer Kuroko y yo hicimos una promesa. Además, así podemos recuperar el tiempo perdido, ¿no crees? -El de tez morena aprieta los labios y aparta la mirada.

Entonces vuelvo a recordar las palabras de Momoi.

Tengo que hablar con él.

-Kuroko, ¿qué ganamos nosotros?

-Bien, Kagami-san hará lo que queráis.

- ¡Un momento! -El pelirrojo agarra con suavidad de la cabeza al peli azul. -Tú, maldito enano... ¿A caso solamente tú sales beneficiado pase lo que pase?

-Gigaiga, deja de quejarte y juguemos.

...

Pensé que este partido lo íbamos a ganar pero Aomine se notaba distraído. No estaba dando su potencial como siempre hacía a la hora del baloncesto y yo no podía con los dos sola. Sí, soy buena, pero siempre que sé que estoy jugando en equipo no puedo darlo todo (aún así, sola contra dos personas que son fuertes tampoco lo podría ganar) así que al final terminamos perdiendo.

-Aomine, ¿qué te pasa? Es raro que estés así en un partido.

-Perdona. -Se aleja de mí unos pasos. -Pero... debo irme a casa.

¿Qué narices le pasa a Aomine?

-Hana-san. -Miro a Kuroko tratando de olvidar un poco los pensamientos hacia Aomine. -Parece que hemos ganado.

-Y parece que yo no me llevo nada a cambio. -Se queja Taiga.

-No te preocupes, Gigaiga, puedo invitarte un día a tomar unas hamburguesas.

Kuroko atrae mi atención agarrándome de la mano.

-Hana-san, mañana a las cinco en punto, aquí.

Enamorada del enemigo (Kuroko Tetsuya) [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora