Chapter 5||"Recuerdos de los milagros"

743 51 0
                                    

- ¡Vamos, pásala! -Gritaba contenta mi yo de quince años. La adrenalina del jugar al baloncesto, del correr hacia el campo de tus contrarios y usar todas tus habilidades con tal de ganar me producían una satisfactoria sonrisa. Momoi nos miraba jugar a mí y a los chicos negando con la cabeza, mientras tanto nosotros tratábamos de ganarnos los unos a los otros. - ¡Aomine, idiota, deja de ser un egocéntrico y pásame la maldita pelota! -Le grito enfadada cuando Kuroko nos roba el balón y provoca que Akashi nos meta canasta. - ¡No existen los equipos de uno!

-Venga, venga, Hana-chi, no te pongas así tampoco. -Kise trata de calmarme pero termina recibiendo una mirada de advertencia que lo echa para atrás. -Lo siento, Dai-chi, pero te dejo a esta pequeña fiera contigo.

- ¿Podríais dejar de gritar? -Nos interrumpe Midorima cuando estaba apunto de golpear a Aomine. El chico se coloca las gafas al coger de repente el balón y lanzarlo a canasta. -Debemos de concentrarnos en el partido.

-Eeh... Tirador-san, el balón no cae. -Digo con una nerviosa sonrisa.

Midorima, sudando, se queda quieto con la mano aún en las gafas.

-Midori-chi... -Kise trata de hacer que el chico se mueva pero este no reacciona. Se queda de piedras mientras el balón va bajando. << ¿Cómo se hace esto tan eterno? >> Nada más cae dentro de la canasta un brillito sale de la mirada de Midorima.

-Hay que comportarse como profesionales.

- ¿¡Qué clase de profesional eres tú?! -Rebato. - ¡Akashi, deja las tijeras ahora mismo, ninguno queremos perder un ojo! -El chico chasquea con la lengua. - ¡Y tú, Murakashibara! -Con una chuche en la boca, este gira a verme. - No, nada. Tú sigue siendo así de adorable.

Una ladina sonrisa se asoma en mis labios sin que me llegue a dar cuenta nada más llega el recuerdo a mi cabeza. Me encontraba en el parque en el que solíamos quedarnos a jugar un rato algunos partidos y en el que acabábamos haciendo de todo menos tomarnos en serio el partido. Recuerdo perfectamente las regañinas que nos daban siempre Momoi y Midorima a Aomine y a mí por siempre estar peleando. Somos los mejores amigos, antes también, pero siempre hemos tenido una amistad mezclada con rivalidad. Además, cuando volví tras que mis padres me lo permitiesen y entrase en el instituto de los chicos y vi por primera vez a los seis chicos y sus habilidades en el baloncesto, sentí que todos serían mis rivales debido a su increíble fuerza.

- ¿Recordando viejos tiempos? -Sobresaltada, giro a mirar a la persona que me hablaba. -Hola, Hana-san.

- ¡Kuroko! -Sonrío sin darme cuenta ampliamente. <<Debo de hacer algo con esto que siento... Averiguar al menos lo que es>> - ¿Qué haces por aquí?

-Pasaba, Kagami-san y yo hemos venido para cenar en el Burguer y queríamos jugar un rato.

-Oh, ¿Gigaiga? -Lo busco con la mirada pero no lo encuentro. -Kuroko, hay un pequeño problema. Ese gigante gruñón no está por ningún lado.

El peli azul señala un lugar detrás mía.

-Está ahí.

Al mirarlo abro la boca sorprendida.

-Un momento... ¡Acaba de cargarse la canasta! -Miro alarmada a mi amigo. - ¿Lo abandonamos aquí y nos vamos? Que se lleve el toda la culpa.

-Hana-san, eso ha pasado más veces. Kagami-san sabe jugar muy bien al baloncesto pero lo que mejor se le da es romper canastas.

-Eso no es una muy buena virtud. -Digo riendo. -Bueno, me voy yendo, solamente iba a estar un rato aquí pero tampoco quiero llegar a casa muy tarde.

Antes de que me vaya su seria pero dulce voz me interrumpe.

-Hana-san. -Me giro a mirarlo con una cálida sonrisa. - ¿Podríamos vernos algún día?

-Claro, Kuroko. -Le guiño un ojo al seguir hablando: -Te daré la oportunidad cuando me ganes en un partido.

Enamorada del enemigo (Kuroko Tetsuya) [EDITADA]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu