Capítulo 13

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22 de Enero de 1816

- ¡Oh Georgie! Que bueno que ya estás aquí. - Habló Lady Griffin mientras dejaba de lado su taza de té.
- Si, me han dicho que me llamaba.
- Así es mi niña, no habíamos tenido mucho tiempo para hablar.
- Bueno, usted me mandó a descansar.
- ¡Es cierto! Lo siento mucho mi niña, puedes irte a descansar.

Antes de que saliera, paso frente a un espejo donde vio su aspecto cansado, su peinado deshecho y la mirada cansada, necesitaba urgentemente descansar.

- ¿Srta. Griffin? - Conocía aquella voz.
- Oh... Sr. Chapfleury, un gusto volverle a ver. Y ahora soy la Sra. Rumsfeld.
- Disculpame milady, no me había enterado... - Se acercó más allá mientra hacía una reverencia. - Está usted hermosa como la última vez.
- Como dije anteriormente, un placer volverlo a ver, tengo que irme, con permiso. - Hizo una reverencia y lo más rápido que puso se fue, incómoda por su comentario.

Llegó a su alcoba y se tiró en aquella cama para dormir.

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- ¿Georgiana? Debes de levantarte, ya es hora de la cena.
- Déjame Juliet, necesito dormir más. - Contestó con la voz adormilada sin moverse.
- Abajo está su padre... - Habló con miedo la doncella esperando su reacción.

Como si le echaran un balde de agua fría, se levantó de un salto y con expresión ahora asustada se dirigió a su balcón para confirmar que había un carruaje donde había viajado su padre y su tío la última vez que los había visto.

- ¿El está abajo? - Preguntó armandose de valor.
- Si, creo que espera verla.
- Oh... Bueno, me cambiaré de vestido.

Juliet la ayudó a cambiarse de vestido, la hizo otro peinado y cuando estuvo lista, bajo lentamente las escaleras.

Cuando iba en los últimos escalones, escuchó del salón principal algunas risas. Se armó de valor y entró con la cabeza en alto a aquel salón que al darse cuenta de que Georgiana había entrado, se quedaron en silencio.

Vio como su padre la miraba atento y con la mirada de arrepentimiento, su tío la miraba con cara de sorpresa y su tía le dedicó una sonrisa.

- ¡Georgie! Que bueno que ya estás aquí querida.
- Oh si, me dijeron que bajara a cenar, sólo que está tipo de sorpresa no me la esperaba. - Dijo mientras le dedicaba una breve mirada a su padre.
- Georgiana, que gusto que estés aquí. - Se levantó su tío y le dio un pequeño abrazo.
- Gracias tío.
- Georgiana, te extrañe tanto mi cielo. - Caminó William hacia ella.
- Hola padre. - Le dijo y recibió su abrazo pero se separó rápidamente.
- Vamos al comedor. - Intervino su tía.

Todos caminaron al comedor donde la cena pasó en silencio, sólo se escuchaban los cubiertos y eso era todo.

Antes de pasar al salón para que las damas conversaran y los caballeros tomarán una copa de oporto, Georgiana se levantó de su silla.

- Me siento indispuesta para acompañarles, por lo que me despido y espero pasen una agradable noche.
- ¿Quieres que llamamos a un médico? - Preguntó su tía con preocupación.
- Oh no, sólo sigo cansada. Buenas noches.

Se fue de allí sintiendo aún la mirada de arrepentimiento de su padre sobre ella. Cuando dio la vuelta, escuchó a su tía hablar con su padre.

- ¿Dónde está Elizabeth? - Escuchó la conversación atentamente.

En verdad le intrigaba aquello, desde que su padre se fue a España junto con Lady Elizabeth Pierre, quien era su prometida, no volvió a saber más de ellos, si se habían casado o no.

- Vuelve en una semana más, le gustó mucho España que se ha quedado un tiempo más a comprar telas para sus vestidos.
- Me encantaría ir, me han dicho que allá hay unas joyas preciosas.
- Y son preciosas.

¿Aún no se han casado? Esa era la pregunta de Georgiana, pues Lady Elizabeth se había quedado a comprar más telas.

Se dio la vuelta y fue a su alcoba. Cerró la puerta detrás de ella y observó en silencio aquella habitación. Recordó cuando estaba allí, que aún no sabía nada de Christopher y recordó lo triste que se la había pasado allí, que no bajaba para no encontrarse con su padre, recordó cuantas veces lloró en aquella cama, se le hizo que había pasado una eternidad sin estar allí cuando en realidad ni un año había pasado.

Caminó a una de las mesitas de allí y sacó papel para mandarle una carta a Christopher.

"Querido Christopher

He llegado con bien a Jardin Verdoyant junto a mi tía Meredith, lo siento por no haberte enviado carta anteriormente, había estado fuera de París con una amiga mía.

Estoy aquí en Jardin Verdoyant, es mi primera noche y he visto de nuevo a mi padre, el volvió y no sé que hacer en realidad, lo he visto pero... No puedo tratarlo de la misma manera que lo trataba, es difícil asumir que está aquí, después de como me trató.

Me gusta mucho estar en París, pero nada como estar en Londres, y más a tu lado, te hecho de menos. Espero y pronto termines tus asuntos es Bath para poder regresar.

Te amo Christopher.

Georgiana Rumsfeld."



Always Yours (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora