[Corazón de melón] Te amo. (Kentin)

Capitulo 33: "¿Chantajeado?"

No entiendo, no entiendo a Sebastian.

Las única dos relaciones que tuve en mi vida, fallaron tan rápido como pudieron, es como si la vida se burlara de mi, prácticamente es cierto, Ken me promete siempre estar conmigo luego de nuestra primera vez y al día siguiente desaparece sin decirme nada, todo iba bien con Castiel pero descubrió lo que sentía por Ken y todo se fue a la mierda, Kentin vuelve y se apodera de mi vida y sentimientos de una manera única y cuando creó y me confió que todo esta bien, me embarazo y un solo momento todo se va a la mierda, pero no culpo al bebe, él/ella no tiene la culpa.

Luego de que aquel beso con Sebastian, que él comenzó, no le dirigí la palabra en ningún momento, ni siquiera para comer solo asentía y negaba con la cabeza, lo que al parecer, lo frustra.

(...)

Me levante pesadamente y con más flojera de lo habitual, fui al baño y me cepille los diente y luego me duche, tarde alrededor de unos 15 minutos, salí del baño envuelta en la tolla en mi cuerpo y otra en mi cabello, busque la ropa mas cómoda que pude, un Jean grande y desgarrado en los muslo con una remera ancha roja y las amadas botas militares que me había regalado él Coronel hace algunas semanas, seque mi cabello y lo deje suelto.

Al salir de la habitación me encontré con Sebastian, este me miro y sonrió amablemente, aunque no quiero le correspondí a la sonrisa.

-Buenos días. -Dijo por fin.

Solo asentí y me encamine a la cocina.

-Hice tostadas con manteca y dulce de leche junto con jugo de naranja recién exprimido. -Explico mientras se sentaba en la mesa junto conmigo.

-Ya, gracias -Dije- Le mandare un mensaje a Castiel que dentro de treinta minutos estaremos en su departamento -Explique- Pero conociendo a Rosalya se que llegara antes que nosotros, o tal vez durmió ahí.

Reí, tengo razón, Rosa es capaz de llegar a esos limites, amo tanto a esa chica.

Sebastian solo asintió y un silencio incomodo se produjo, hasta que él habló.

-Tiene que llevar una toalla de mano -Lo mire extrañada- Para cuando le ponen la crema para él ultrasonido.

Solo musite un "Ah" y la conversación quedó ahí, es decir, él me beso dos veces y sin motivo aparente para luego actuar como si nada ¿Que mierda le pasa? Quien sabe, pero para mi es incomodo.

Luego de comer, Sebastian busco mi toalla de mano, un pequeño bolso y las llave de departamento junto con las del auto y salimos del departamento, en él ascensor cruzamos miradas, yo las desviaba y él sonreía.

-No te entiendo. -Dije en susurro.

-Yo tampoco. -Me susurro de la misma forma.

Lo vi de reojo y esta sonriendo, el ascensor se abrió y salimos fuera del hotel, subimos al auto y le di la dirección del departamento del pelirrojo.