» capítulo 26

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¡Era sábado! ¡Al fin era sábado! Toda la semana se me hizo realmente eterna. Quería que los días pasaran rápido y así poder pasar un buen día junto a Luke, sin gritos, o estrés o mini discusiones por su malhumor y los exámenes. Al final del día siempre terminaba disculpándose, y eso era lo que más gustaba de él. El hecho de que siempre buscaba mantenerme contenta. Aunque cuando hablábamos de él, siempre estaba contenta.

Hoy tenía permiso de irme temprano, Liz estaba de acuerdo con que fuera a la boda con su hijo. Sus palabras fueron: «Siempre y cuando tenga a alguien con quien divertirse». No estaba segura del todo sí era una clase de diversión para él, sabía que para Luke significaba algo, y aunque su madre lo amara y dijera mil cosas buenas de él, aún tenía un concepto bastante bajo de él. Como que lo subestimaba demasiado y aún esperaba mucho más de él, bueno... Todos esperamos algo más de las personas, pero era como si aún no pudiese borrar por un momento los errores y las cosas malas que ha cometido su hijo, y no aceptara que ha cambiado.

Hoy había bastantes paquetes, tal vez por ser fin de mes comenzaba a llegar todo. Despejé el carrito comencé a acomodar los sobres y los paquetes. Me gustaba acomodarlo por pisos, todas las personas del tercer piso en la primera repisa, el del cuarto en en el segundo -que casi siempre esos dos eran los que recibían más. Aquí había una carta de la Universidad. Era para Luke. ¡Sus calificaciones! Tenía que dársela. Lo puse en el carrito, tomé una caja blanca y leí mi nombre. Fruncí el ceño.

«Zazil-Ha Johnson», esta vez era Zazil-Ha y no Salsita. Lo hice a un lado y salí con el carrito para entregar los paquetes y tener tiempo libre para abrir el mío. Una vez que terminé de hacer mis deberes, entré a la oficina y vi el paquete, quité la tapa y vi la nota. Esa letra era irreconocible.

«Paso por ti a las 6pm».

Debía suponer que era Luke.

Me asomé por la puerta, él miraba hacia acá con media sonrisa. Entrecerré mis ojos y quité el papel desechable que envolvía el interior. Lo primero que pude ver fueron los brillos de esos lápices. Sonreí apenas y miré a Luke, ahora él usaba su teléfono. Cerré la caja y caminé a su oficina.

"¿Por qué eres tan malditamente terco y siempre terminas saliéndote con la tuya?", pregunté.

"De nada".

"Te dije que yo lo compraría".

"Siendo realistas Salsita, no lo comprarías y no dejaría que llevaras cualquier cosa".

Me le quedé viendo y suspiré cansada. Era inútil discutir con él.

"Gracias", dije apenas.

"¿Beso de agradecimiento?", preguntó alzando sus cejas.

Reí.

"No tienes tanta suerte Hemmings".

Él se hizo a un lado y me indicó que me sentara en sus piernas. No sabía cuál era su manía por que me sentara en sus piernas. Me puse de lado y descansé mi brazo sobre sus hombros.

"Un premio debo merecer".

"Podría considerarlo", él soltó una mirada perversa y me sonrojé. No estaba muy segura de volver a hacer «eso». ¿Sería muy atrevido? Quizá el esperaba algo diferente. "¿Es que ahora me llamarás por Zazil-Ha?", pregunté recordando las veces que escribió bien mi nombre.

"¿Quieres que te llame por tu nombre?".

Me le quedé viendo y arrugué mi nariz.

"Me gusta Salsita", él sonrió. No pude evitar besar su mejilla.

Airplanes » l.hWhere stories live. Discover now