» capítulo 28

4K 441 239
                                    

                  

Era martes por la mañana, Liz me había mandado a hablar a su oficina. Ayer decidí faltar, realmente no me sentía en condiciones para salir de mi casa. Lo único que hice fue llorar y llorar. Con el estúpido dolor de cabeza y de todo. Ni siquiera fui a mi cita con el médico, ¿qué tan mal me tendría esto? Después de todo él estaba seguro que moriría. Ni siquiera la vez en la que me mandó a la mierda cuando venía con ¿Michael? Lloré tanto como lo hice el domingo y ayer. Incluso tuve que mentirle a mi padre que Liz me había dado el día libre para que no preguntara la razón por la que eran las 10 de la mañana y seguía en pijama y en casa.

Honestamente sentía de la mierda, necesitaba hablar con Stefany y seguir llorando, pero sabía que en cuanto le dijera me regañaría y escucharía los temibles y odiosos «te lo dije». Aunque, después de todo me lo merecía, debí decírselo cuando pude, debí ser tan honesta como él lo había sido conmigo. No era justo que él me contara todo y yo no pudiese contarle nada. ¿Qué pasó por mi cabeza al pensar que sentiría lastima por mí? Por Dios, es Luke Hemmings. Él te ama o te odia. No había punto medio. Fui tan estúpida, santos cielos.

Paré frente a la puerta de la oficina de Liz, toqué la puerta y tras hacerlo un par de veces me dejó pasar. En cuanto la abrí sentí mis piernas debilitarse al verlo sentado ahí frente a ella. Mi corazón comenzó a sentir rápida y mis parpados comenzaron a temblar. Él juntó su mirada conmigo y la desvió después de dos segundos.

"Piénsalo Luke", dijo ella y sin decir nada más se puso de pie y caminó a mi lado, miré hacia abajo para no seguirlo con la mirada y cerró la puerta detrás de nosotras.

Seguiría viniendo a la oficina.

"Buen día Zazil-Ha, toma asiento", pidió y caminé al sillón frente a ella. Aún tenía ese corte que accidentalmente le había hecho cuando conocí a Luke. "¿Cómo has estado?".

Carraspeé mi garganta.

"Siendo honesta, bastante mal", confesé.

"Quiero pedirte una disculpa por ello", respondió y me le quedé mirando.

Ya qué, no quedaba mucho qué hacer.

"No hay problema", me encogí de hombros. "Supongo que era algo que tenía que pasar en algún momento".

"Fue tan desconsiderada, debí imaginar que terminaría sintiendo algo por ti".

Sentí la estaca en mi corazón.

"Está bien, no estoy enojada con usted", dije intentando parar el tema.

"He hablado con él", asentí. "De momento, no está en la casa, se está quedando con su abuela, pero le he dicho que seguirás trabajando aquí, y que seguiré apoyándote independientemente con tu tratamientos", abrí mis ojos.

"Señora, no es necesario, de verdad. Antes sabíamos cómo arreglarnos y...", ella negó.

"Lo hago por ustedes Zazil-Ha, de verdad me importa tu salud, y la de tu padre", confesó.

"Es un gesto muy amable Liz, pero yo quiero más malentendidos".

"No será ninguno, he hablado con él y está de acuerdo con el apoyo económico", me le quedé viendo.

"Él... ¿Está de acuerdo?", pregunté.

Pensé que me odiaba.

"Luke tiene muchos problemas con su persona Zazil-Ha, siempre se ha culpado de todo lo que pasa, aunque no sea su culpa", se encogió de hombros. "Jamás está enojado con las personas, sólo está enojado consigo mismo".

Airplanes » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora