Capítulo 18: Su cielo

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Es la primera vez que entro en la biblioteca del instituto, ya que supongo que allí podré estudiar mejor para mis exámenes.

Es una gran sala más fría de lo que imaginaba: las paredes son grises y de ladrillo, las mesas también son grises, y las estanterías tienen una forma un tanto antigua. Me llama la atención de que los libros de los estantes bajos están perfectamente colocados, a diferencia de los libros del estante superior, los cuales están desordenados.

Me siento en una de las mesas grises y saco los libros para empezar a estudiar. El bibliotecario me observa desde su mesa unos segundos, para luego volver a fijar su vista en el libro que está leyendo.

No hay mucha gente, tal vez unas tres o cuatro personas más. Me fijo en una placa dorada que hay en la entrada de la biblioteca, aunque no le tomo mucha importancia.

Después de casi dos horas de estudio, recojo mis cosas y echo un vistazo por los pasillos llenos de libros a los lados. Cojo un libro que nos ha recomendado la profesora de literatura para subir nota (aunque no suelo hacer esos trabajos extras).

-Hola, me gustaría llevarme este libro- hablo al bibliotecario, quien sigue sentado en su mesa leyendo un libro con muchísimas páginas.

-¿Es el de literatura? varias personas han preguntado por el.

-Sí, es este libro-lo enseño.

-Esa edición no es la buena, pero tranquila, tengo la edición que vuestra profesora quiere que leáis-responde.

Mis ojos se posan en el bibliotecario, que sale de su mesa sentado en una silla de ruedas.

Llegamos hasta uno de los pasillos y el señor me da de un estante bajo el mismo libro, pero con la tapa algo más vieja.

-Muchas gracias-le digo y este me sonríe-. Siento mucho...

Digo refiriéndome al echo de que no puede andar.

-Ya, yo también lo siento-responde, dándole unos golpecitos a la rueda y volviendo a su mesa.

Media hora más tarde llego a mi casa, donde Moira está en el comedor limpiando cubiertos y mi padre en su despacho; atendiendo a un señor un tanto desaliñado y gordo.

Subo a mi habitación y vuelvo a preparar las cosas para estudiar.

Minutos más tarde suenan unos golpes a mi ventana, y desde abajo aparece Tate.

Hago una señal para que suba a mi habitación, y mientras lo hace, me pregunto por qué no tiene un teléfono móvil por el que poder hablar para quedar.

-Tengo muchos exámenes esta semana, voy a tener que estudiar-hago un puchero. Tate rompe nuestro abrazo y se acerca al escritorio, observando mis apuntes.

-No me acuerdo de nada...-gruñe.

-No deberías haber dejado el instituto

-Lo sé-responde apenado-, fui un auténtico gilipollas.

Estudio mientras Tate esta tumbado en la cama, leyendo el libro de literatura que he cogido horas antes de la biblioteca.

Hora y media más tarde, se acerca a mí y se queda de pié a mi lado, observándome escribir.

-¿Tú crees en fantasmas?-pregunta.

-¿Por qué me preguntas eso?-su pregunta hace que deje de escribir, pero no levanto la vista para mirarle, a pesar de que sé que su mirada no se aparta ni un momento de mí.

-No lo sé, solo creo que este lugar es una porquería, y que todo el mundo se va a su cielo.

-¿Su cielo?

-Sí. Pienso que cada persona, al morir, pasa el resto de la eternidad en su propio cielo. El lugar donde se es libre y feliz.

-¿Crees eso?

-Lo hago, Vi. Tiene que haber un lugar mejor que este, al menos para personas como tú.

-¿Y tú?

-Desde que llegastes aquí, este es el mejor lugar donde puedo estar-responde, erizando mi piel y haciendo que gire mi mirada para encontrarme con la suya, sincera y penetrante.

-Te quiero Tate-hablo agarrando su mano-, realmente lo hago.

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Desde mi cielo  (Tate & Violet Fanfic)Where stories live. Discover now