One Shots Nalu

One Shot 12 No me dejes

Era una noche más en Magnolia en la cual Fairy Tail estaba inmerso en una de sus fiesta.

Por suerte, ésta había llegado ya a su fin y los magos que de alguna manera aún seguían en pie se marchaban poco a poco a sus casas.

Entre ellos, Natsu y Lucy.

Lucy solía estar siempre sobria y no solía beber. Pero esta vez había sido engañada para participar en una competencia que la había dejado K.O

Natsu también estaba algo borracho porque entre Gray, Gajeel y él siempre competían en cada fiesta.

Así que la pareja de magos iba dando tumbos por la calle cogidos de los brazos para no caer de plancha al suelo.

-Nat..su..-murmuró Lucy.-No me encuentro nada bien...

Las mejillas de la rubia estaban encendidas y el calor se acumulaba en su cuerpo.

-¿Se va por... aquí... a casa?-volvió a preguntar.

Pero Natsu no respondía y la rubia lo miró enfadada. Él mientras miraba al suelo, estaba despierto y caminaba a su lado como ido.

-Oye... Natsu... sé que estás borracho pero no sordo.

Ninguna respuesta.

-Na..tsu...

Nada.

-Nat..su

Silencio.

-¡NATSU!

Lucy se paró en seco cansada de parecer estar hablando con la pared en vez de con su compañero de equipo.

-¡Si.. sigues así.. te .. dejo aquí... y me... voy a.. casa sol.a...!

A Lucy le costaba hablar. Se sentía como un globo y que todo lo que había bebido peligraba con salir cada vez que decía algo. Nada que ver con Natsu, que aun estando parados seguía mirando al suelo sin hablar.

-¿Me... has oído?-inquirió Lucy.-Voy... a dejarte aquí solo.

Pero en ese momento algo pasó.

Natsu reaccionó.

El pelirosa se movió tan deprisa que Lucy no fue capaz de ver lo que había pasado hasta que se dio cuenta que estaba siendo empotrada contra la pared de un callejón aledaño a la calle por la que transitaban. La persona que la amordazaba y que estaba inclinada sobre ella en el suelo no era otra que Natsu.

Lucy forcejeó, pero el pelirosa simplemente le tapó la boca con más fuerza. La luz de la luna iluminó el callejón y por fin la rubia pudo ver el rotro de su amigo.

Estaba....

¿Llorando?

Lucy dejó de moverse y le observó. Natsu la miraba mientras derramaba lágrimas sin cesar. ¿Tan mal le sentaba la bebida?

-No...-musitó él.

"No, ¿qué?"-se preguntó Lucy a si misma.

Pero no tuvo tiempo de pensar en mucho más ya que el pelirosa se acercó a Lucy. Sus ojos jade la miraban fijamente, su cara no reflejana emociones y las lágrimas se acumulaban en sus párpados.

Se acercaba, lentamente, muy despacio.

Lucy se estremeció. Sentía que algo iba a pasar. Natsu actuaba más extraño de lo normal.

-Sue..l...ta...me...-intentó decir.

Pero su voz no fue escuchada por el pelirosa y él apretó aun más su fuerza. A la rubia le costaba respirar. Es más, su respiración era rápida y sonora. Su corazón se aceleraba y Natsu no parecía tener la intención de dejar de acercarse a su rostro.

-Tú.-masculló él.-No puedes dejarme.

Lucy abrió los ojos como platos.

Después, sintió cómo sus labios eran atrapados por los de Natsu.

Él la estaba besando. Sí. Él. Natsu.

"Voy... a dejarte aquí solo."

Eso es lo que ella había dicho. ¿Tal vez ese idiota se lo había tomado enserio?

Lucy no sabía qué hacer pero por alguna razón, presa del momento y de sus emociones ahogadas por el alcohol, acabó cediendo y correspondió a aquel beso.

Natsu pareció alegrase pues persistió y abrazó con fuerza Lucy.

No quería soltarla.

No quería dejarla ir.

No quería ser abandonado por ella.

No quería volver a estar solo.

Tras cierto tiempo, Lucy abrió los ojos cuando sintió que el cuerpo se Natsu se vencía hacia ella. Aún estaban unidos de los labios y se sorprendió al ver que Natsu tenía los ojos cerrados y que un rastro de lágrimas se veía en su mejilla húmeda.

Había caído dormido.

Y sonreía.

Lucy se separó de los labios de Natsu y lo mantuvo en la posición en la que estaban, aunque esta vez, era Lucy la que abrazaba a Natsu.

Después, la rubia empezó a acariciarle el cabello con dulzura mientras miraba las estrellas. La luna ya había dejado de alumbrar el callejón y en él solo quedaban ellos dos.

-No voy a dejarte.-susurró Lucy.-Nunca te dejaré solo Natsu.

Muy provablemente, al día siguiente ninguno de los dos recordaría lo sucedido debido a su borrachera... Pero lo que sí era seguro es que Lucy cumpliría su promesa.