NO PUEDE SER QUE SIENTA ESTO POR OTRA MUJER

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Julia tenia una casa muy cómoda y amplia, todo brillaba. Los pisos eran como un espejo.
Las chicas se dirigieron a la cocina. Podría ser la habitación mas grande de la casa.
-Mi madre es chef, como podrás. -dijo la española señalando toda la inmensa cocina.
-Que copado que tu vieja sepa cocinar, en mi casa la especialidad es delivery- comento Nina graciosa.
Julia saco de la heladera una taper con ravioles los coloco en el microondas programo el tiempo y le enseño el resto de la casa a Nina.
-Coge dos platos de la alacena. - ordeno la Julia a Nina.
La joven tomo dos platos, dos vasos y los cubiertos. Se dirigió hacia la chica española y los puso frente ella.
-Gracias guapa.- le dijo simpatica
Nina se sonrojó al escuchar que la llamo guapa.
Ambas se sentaron a comer en silencio. Pero la mente de Nina no se callaba, miraba a la otra muchacha y pensaba lo bella que era, era verdaderamente hermosa. Sus labios carnosos, su nariz chiquita y puntiaguda. Sus enormes ojos color miel. Pero que bella mujer, sentía un extraño deseo, su piel parecía tan suave como de terciopelo. ¿Por qué la miraba de esa forma? ¿Acaso le gustaba? ¿Sentía deseo hacia otra mujer? Cuantas preguntas, nunca antes se sintió así.
-Ya acabáis.- pregunto Julia, trayendo a Nina otra vez al a tierra.
-Eh, si. Muy rico todo, tu mamá cocina estupendo.
-¿Queréis conocer mi habitación?
Nina no esperaba esa pregunta. La hizo dudar. ¿Pero que dudaba? Eran dos amigas nada más. No iba a pasar nada extraño.
-Claro me encantaría.- contesto la muchacha con entusiasmo.
Julia la tomo de la mano y se dirigieron hacia la habitación.
No estaba equivocada, su piel era muy suave. Además huele muy rico.
-Que rico perfume.- logro decir Nina
Julia solo la miro y le sonrío.
Frenaron frente a una gran puerta blanca, la joven abrió y empujo junto con ella a Nina.
Esta habitación era grande tanto como la cocina, había una ventana grande con cortinas blancas y lunares rosa, que dirigía hacia un balcón. Tenia una gran cama con alcochado rosa con corazones lilas y varios osos de peluche sobre ella. Su habitación era como ella con un toque de dulzura y aniñada.
Las chicas se sentaron en la cama y charlaron toda la tarde. Nina la paso tan bien que se olvido del tiempo. Ya era tarde y tenía que regresar a la casa. Se despidió con un beso en la mejilla y salio rumbo a casa.

Amor A La Española Where stories live. Discover now