ESCLAVA DE SANGRE

LA CEREMONIA

Esa semana pasó algo... lenta. Derek me mantuvo encerrada en mi habitación, mandando a sus secuaces con sangre para que me alimentara. Al principio guardaba las bolsas debajo de la cama, resistiéndome a no alimentarme y así caer desmayada, pero las ansias me ganaron.

Siete días más tarde, entró una humana con algo liado en sus manos. Lo mismo que hizo Kiky días atrás, esta chica sacó un bonito vestido aunque algo sencillo, de la bolsa que lo envolvía.

-Dúchese y le pondré el vestido. Apenas quedan unas horas para la ceremonia -me indicó sin tan siquiera mirarme.

-¿Ceremonia? -la chica suspiró ante mi pregunta pensando que era tonta.

-La boda. ¿No lo sabía? -me quedé atónita. Claro, sabía lo de la boda. Pero lo que no sabía era que era ese mismo día.

-Pues la verdad es que no sabía que era hoy -me senté en la cama y empezé a sacudir la pierna, nerviosa.

-Pues ya lo sabe. Haga lo que le he dicho -y empezó a cepillar el vestido.

-Para -y ella, sorprendiéndome, paró.

-¿Qué sucede, señorita?

-Quiero que te vayas y que venga Kiky -me levanté y le abrí la puerta- Vamos -le indiqué cuando veía que no se movía.

-Yo... Me han dado una orden... Y no puedo desobedecerle -dijo con miedo en la voz.

-Te refieres a Derek, ¿verdad? -ella asintió mirando al vestido- Te da miedo que... se enfade... -le dije con un tono suave acercándome a ella- Pero será mejor que no me veas enfadada a mí -aparté el pelo de su cuello y aspiré su olor. Ella se estremeció y se dió la vuelta de golpe.

-¿Y qué pretende hacer? -se hizo la valiente.

-Debo decir que no he comido todavía -al levantar el rostro, tenía los coomillos asomado- Y tu sangre... -me pasé la lengua por los labios.

-¡No! Vale -dijo tropezando mientras retrocedía- Llamaré a Kiky -y salió corriendo por la puerta.

A los cinco minutos entró Kiky con una gran sonrisa en su rostro. Me levanté y la recibí con un abrazo. Me tendió una bolsa de sangre.

-Toma -yo la cogí dudando- Me ja dicho Gegy que tenías hambre -se acercó a ver el vestido.

-Oh, no. Se lo dije para asustarla -cerré la puerta para tener más privacidad.

-Pero... -cogió el vestido con el ceño fruncido- ¿Qué es este vestido?

-Feo, ¿verdad? -me posicioné al lado suyo- Encima que tengo que ir a su boda, me podían haber dado algo más bonito.

-Lo que no son es tontos -lo volvió a dejar sobre la cama- Quieren que Rose sea la estrella de noche. No tu -me llevó al tocador y me recogió el pelo en un moño- Como te pongan un bune vestido, las miradas estarán sobre ti -me guiñó un ojo a través del espejo.

-No seas exagerada Kiky -negué con la cabeza riéndome.

-¿Sabes qué? Ve a ducharte, y cuando salgas, vamos a hacer un vestido que va a hacer que se le salgan los ojos de las órbitas a todos los invitados. Incluido el amo -me dió golpecitos en el hombro.

-Con sólo joder a Rose estoy deseando hacerlo -me levanté del tocador y me dirigí al baño- En diez minutos salgo -me mostró el pulgar en modo de aceptación.