diez

2.7K 136 13
                                    

Nuestros cuerpos se unían lentamente algo tan placentero para los dos.

No perdía el momento para pasar mis manos por su cuerpo, sentir sus musculatura, como se contraían su hombro, tocar su abdominales era de la cosas favoritas que podía tener hacer el amor con cristiano, mis manos nunca quedaban quietas estando el encima mío.

Me encontraba aferradas a sus grandes hombros a medida que el daba embestidas en mí, tomaba aire cada vez que lo hacía. Su respiración, excitada chocaba en mi oído, creo qué escucharlo así mientras mi nombre se escapaba en algunos de sus suspiros no tenía precio.

—Cris por favor... —gemía mientras que el no bajaba su intensidad.

—Por favor roma... Dime que me extrañaste —salió entre cortado de sus labios.

—Sí, sí que lo hice —levanté la voz.

El me miro, sonrió y besó mis labios.

De pronto el ruido menos inesperado se escuchó.

—Mierda... ¿esto es una broma? —gruño ronaldo aún en mí.

—Shh. —lo calle con un beso tomando su nuca.

Cuando el timbre vuelve a sonar. No quiero hacerle casó, pero me quedó pensando.



¿Quién demonios puede ser si no es cristiano? además de ramos que él estaba con su familia, familia de pilar. Traté de no pensar, mientras me centre en terminar lo que estaba haciendo con cris.


—Espera, espera. —trate de pararlo al oír que el timbre volvió a sonar, dos veces, más insistente.

—¿Que? —musitó cristiano parando.

—El timbre cristiano.

—No lo vas a atender, ¿o sí? —pregunto el casi riendo.

Pero el timbre volvió sonar, como desesperado.

—Puede ser algo importante, nadie toca así por nada. —lo miré, el viró sus ojos suspiró y se quitó de encima mío.

—No me puedes parar justo así roma —oí a cristiano, mientras tomaba mi ropa interior apresurada—. Sabes... eso no se hace.

Reí por lo bajo, mientras tomaba la remera de cristiano para ponerme.

—No te rías romanela. —gruñó.

—No seas llorón. —dije a la vez que  trataba de arreglar mi cabello mientras iba a abrir la puerta, empezaba a escuchar golpes desesperados y no dejaba de sonar el puto timbre, me lo iban a fundir.



Al abrir la puerta me llevé una sorpresa.


—¡Por dios! ¿¡por qué coños atiendes recién!? ¿que no sabes que estoy en apuros? —levantó la voz sergio, lo que me llevó una sorpresa no era él, si no estaba con el chango de su bebe, por supuesto también estaba ahí el pequeño.

—¿Que te pasa? ¿Por que andas con tu bebe ramos?

—Escucha, debes ayudarme, eres la única que puede quedar con él ahora. Ha surgido un problema, es urgente, no puedo dejarlo solo por favor romanela —habló rápidamente lo que me asusto.

—Oye —lo miré—. Calma, claro me quedó con él, pero por dios... ¿que pasa? te vez mal. ¿le pasó algo a pilar? —pregunte asustándome.

—A ella no, a su madre, la están llevando al hospital ahora y yo tengo que ir con ella... todo esto es una locura. —tomó aire.

—¿Que? ¿como? por dios... ¿ella esta bien?

—Yo... —llevó una mano a su cabeza—. No lo se eso voy a ir a ver y yo... —quedo callado sin saber que decir su mirada se perdió, me asuste iba a hablar pero el me miro rapidamente—. Oh no...esto no puede ser.

—Sergio... —me asuste imediatamente—. ¿Que sucede?

El seguía con esa cara como si acaba de ver un muerto.

Entonces fue cuando me di cuenta de la presencia detrás mío, cerré los ojos fuertemente y pidiendo compasión a dios o ayuda.

—¿Est...? —su mirada se dirigió a mi viéndome de pies a cabeza, luego a cristiano que se encontraba en mitad de la sala sólo con sus pantalones—. ¿¡Desde cuando mierda se acuestan!? —gritó sin poder contenerse.

Me aleje por instinto, cerre mis ojos con miedo.
Esto no podía ser, no ahora.

La cara de ramos estaba hecho de desilusión y me hacía mal.

—Ramos... —trató de hablar cris.

—¿Ramos? —repitió el—. ¿Esto es en serio? —preguntó nuevamente y sabía que estaba conteniéndose por gritar más fuerte o patear algo.

—¿Cuando coño pensaban decírmelo?

—Ramos... —intente hablar, solo quería que se calme, podía despertar a su bebe.

—¿¡Desde cuando están juntos!? —gritó su mirada fue a mí—. ¿Cuando ibas a contarme que estabas con mi amigo y compañero de equipo?


Y fue cuando bajé mi vista, nunca pensé que este día llegaría.


—¿Y tú? —esta vez se dirigió a ronaldo—. ¿¡Cuando mierda me ibas a decir que estas con mi amiga maldito portugués!? —gritó—. ¡Siempre te di toda la confianza! ¿nunca pudiste decirme que salías con roma? ¡joder cristiano!

—No, espera sergio... —hablo él—. No estamos saliendo.

—¿Ah no? —contesto sarcástico—. ¿Que? ¿entonces se acuestan por diversión?

—Maldita sea, sergio, es difícil... —me atreví a hablar.

—Miren, ahora no es el momento pero cuando todo esto pase, quiero hablar con ustedes dos. —se lo veía enojado, no había visto así a ramos por años, y fue cuando se fue del departamento.

Todo quedó en silencio. Oí el suspiro que había soltado cristiano miré al bebe y dude de que estaba durmiendo después del alteramiento de su padre.


—¿Debías de salir así exactamente? —suspire dándome la vuelta.

El cerro sus ojos para luego tirar sus manos al aire.

—¿Yo que demonios sabía roma?

—¿En serio? —me alteré—. Por más que fuese quien sea esto se iba a deducir cristiano por favor, ¿que iban a pensar con vos así en cuero y yo con una maldita remera de hombre que probablemente sea tuya?

—Roma, por favor fue suficiente con sergio.

—Bien por que esto para él no acabara aquí. —lamenté todo lo sucedido y pensé que si tan solo le hubiera hecho caso a cristiano cinco minutos atrás de no abrir la puerta tal vez todo esto se podría haber evitado.

diferentes || cristiano ronaldoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt