Parte 1.

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Es un día normal como otro cualquiera, acabo de levantarme de mi colchón roto e incómodo en el que sería incapaz de dormir bien alguna vez. Mientras me visto pienso en cómo había sido mi vida todos estos años, pienso en lo poco que me acuerdo de mi vida y de mi identidad, de lo feliz que era a mis 3 años cuando corría detrás de una mujer hermosa que supongo alguna vez fue mi madre. Recuerdo a una chica algo mayor que yo, también recuerdo cuando lo perdí todo en un puñetero accidente de coche, en el que mis padres y mi hermana murieron.

Pensaréis que mi vida es una mierda pero no lo es, soy un chico normal de 18 años el cual vive, come y duerme en la calle. Siempre caminaba hasta que me cansaba o iba a atracar alguna tienda, pero esta vez fui a dar un simple paseo. Cuando quise darme cuenta estaba en el barrio en el que vive la "clase alta", ya sabéis, todos esos pijos adinerados que no saben qué hacer con sus vidas. Justo en ese momento una chica muy linda y arreglada sale de su casa, se dirige hacia algún lado.

Acabo siguiéndola por algún motivo, lo más probable es que sea por curiosidad, lo hago desde lejos, a una distancia en la que ella no me puede notar. Gira hacia un callejón, en el que entro detrás de ella ¿Qué hace aquí? Será un atajo.

De repente aparecen dos hombres de la nada, nos pillan a los dos por sorpresa, y la agarran. Ella grita y en ese momento entiendo la situación, salto desde el muro en el que me encuentro para intentar ayudarla, al impactar contra el suelo agarro a uno de ellos y lo levanto en peso para después empotrarlo contra la pared fuerte y bruscamente. Al otro lo empujo y le encajo un golpe en el estómago gracias al cual se encorva y puedo asestarle otro en la nariz con la rodilla haciéndole sangrar. Los dos se largan rápidamente antes de que me quede agusto ya que llevaba tiempo sin un buen desahogo. Cuando quiero darme cuenta ella me mira como si fuera a atacarla yo, así que decido intentar no asustarla más:

- Hola, tranquila, ya estás a salvo, no van a volver ni nada parecido, eso te lo aseguro.

- Gracias- dice mientras me sonríe- de verdad me alegro de que aparecieras.

- De nada, cualquiera lo hubiera hecho en mi lugar- le devuelvo la sonrisa- bueno...Em.... ¿necesitas que te acompañe a alguna parte?

- Se supone que voy a casa de una amiga, hace una fiesta y...bueno...si quieres puedes venir, a no ser que ya tengas planes.

- Para nada, es decir, claro que puedo acompañarte.- le digo lo más amable posible.

Y de esa manera acabamos caminando los dos solos por la calle, hablando de todo un poco:

- Bueno y... ¿Cómo te llamas?- logré preguntarle después de un rato.

- Me llamo Elizabeth.- dice mientras escribe algo en el móvil.

- ¿Qué escribes?

- Solo aviso a mi amiga de que va a venir alguien conmigo.

- Ah, de acuerdo.- me quedo callado, ya que no sé qué más puedo decirle a una niña fina como esta.

- ¿y tú cómo te llamas?- me pregunta por fin.

- ¿yo? Pues, me llamo Jonatan.

Llegamos a una casa muy grande, posiblemente la más grande que haya visto en mi vida. Ella me frena y me señala la casa para que me dé cuenta de que la fiesta es allí.

- ¿Enserio que la fiesta es en esta mansión? – pregunto bastante confundido.

- Claro, aquí vive mi amiga.- dice mirándome perpleja- ¿Dónde esperabas que fuera la fiesta?

¿EXISTE EL AMOR IMPOSIBLE?Where stories live. Discover now