Parte 2.

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Me levanto medio muerto, no sé si por el sofá, o por el sueño que me había tocado tener. Voy hacia la cocina a coger algo de beber y me encuentro con un parásito (un crío) que intenta robarme la leche, los cereales y... ¿una cerveza?

- ¡Eeh!- le grito- deja eso.

Él se asusta y deja caer el cartón de leche, que por suerte no se rompe. Me mira asustado por el simple hecho de que le he pillado intentando coger algo para poder comer, ¿Qué puedo hacer? si soy igual que este niño.

El pequeño no para de mirarme con miedo, yo, por mi parte, agarro una taza, la lleno de leche y le hecho cereales en cantidad. Repito lo mismo en otra taza y dejo las dos encima de una pequeña mesa de la cocina. Miro al niño y le doy una cuchara para que se siente a comer.

Se sienta justo delante de mí, come rápido y en silencio absoluto.

- Come tranquilo, nadie te lo va a quitar.

Él frena un poco el ritmo aunque sigue siendo rápido para alguien de su edad.

Al rato se me queda mirando, y cuando se decide habla:

- Gracias por no patearme.

- ¿patearte? ¿Cuántos años tienes? ¿8?

- Tengo 7 años, y normalmente cuando me pillan me patean.

- Tranquilo, yo no pateo a nadie que tenga menos de 14 años.

- Gracias.

- Come anda, luego puedes llevarte algo si quieres, pero la cerveza me la quedo yo ¿vale? ¿Quién te cuida?

- ¿Cuidarme? Nadie, yo vivo solo.

- Me sorprende que sigas vivo. ¿tus padres?

- En el cielo.- me dice a punto de llorar.

- Bueno, bueno...-me apuro a decir- ¿Dónde se encuentra tu orfanato?

- ¿Orfanato? ¿Qué es eso?

- Bueno, ya buscaremos algo, mientras puedes quedarte aquí.

- ¿Tus papis no se cabrean?

- ¿Tengo pinta de vivir con ellos?

- No, ¿Dónde están?

- Al lado de los tuyos.

- Seguro que se llevan bien.- me dice con una sonrisa.

No puedo evitar sonreír ante la respuesta de un niño de 7 años que me intenta animar.

- Seguro que sí, bueno entonces ¿te quedas?

- Vale pero ¿Por qué me dejas quedarme?

- Porque soy igual que tú.

- ¿igual que yo?

- Si peque, no tengo papis desde los 4 años, no tengo familia.- digo con tristeza al recordar el fatídico accidente que se llevó a mi familia al completo.

- Si quieres yo puedo ser tu familia.- me dice con la ilusión a flor de piel.

Siendo sincero, a su edad yo no era capaz de sonreír como lo está haciendo él ahora mismo, con esa cara llena de ganas e ilusión por seguir adelante.

Le devuelvo la sonrisa y asiento mientras le acaricio la cabeza.

- Hagamos una cosa, a ver si te gusta, te quedaras aquí hasta que encontremos algún sitio, y si alguien te patea me lo dices a mí en el momento ¿vale?

¿EXISTE EL AMOR IMPOSIBLE?Where stories live. Discover now