Parte 4.

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A la mañana siguiente me despierto al lado de Elizabeth, miro por la ventana y aún no ha amanecido. Miro el reloj y veo que son las 6 de la mañana, con razón todo el mundo está más que dormido. Vuelvo a la cama junto a esta chica tan bella y hermosamente formada, la cual se despierta por el ruido que provoca la cama.

- Buenos días Jony.- me dice con una sonrisa.

- Buenos días Eli.- le respondo provocando un agrandamiento de su sonrisa.

¿Es cosa mía o parecemos una pareja de enamorados melosos?

- ¿Dormiste bien?- me pregunta con cara de niña buena.

Odio cuando me mira así. Sus ojos me confunden, nunca me había sentido así.

- Sí, dormí bastante bien, gracias.- respondo colorado.

- Me alegro, voy a decir que preparen el desayuno.

Se va del salón en dirección al comedor, las oigo hablar pero no las entiendo.

Bajo a ver lo que sucede y veo que la mesa está puesta y el pequeño parásito ya está sentado y listo para comer. Elizabeth tiene puesto un delantal para ayudar en la cocina, le sienta muy bien, ojala fuera mi criadita de turno, umm... sería deliciosa.

Me sirve un plato con un desayuno inglés bien servido y no sé si es por el hambre que tengo o por mi camarera, pero está riquísimo.

Termino en tiempo record y subo para vestirme, miro el teléfono, bajo de nuevo y aviso a Elizabeth de que me tengo que ir un momento, que tardaré un par de horas.

Ella asiente con la cabeza y me dice que me cuide y que llegue sano y salvo, aunque creo que no va a ser posible. A donde voy hay navajas y pistolas en cada esquina, a donde me dirijo muere gente a cada segundo. Me dirijo a mi antiguo barrio, en donde me crie cuando salí de la casa de acogida.

Tengo que hacerle un favor a un amigo, uno de esos favores que debía desde hace tiempo, mucho tiempo. Cuando lo veo casi se me saltan las lágrimas, está ahí, delante de mí, el muy cabrón que me cuidó cuando no tenía a donde ir. Mi querido amigo Hugo.

- Hola Jonatan, me alegro de que sigas vivo.- me dice cuando me saluda.

También se le nota emocionado.

- Y yo de que aún no tengas una bala en el cráneo, ¿para qué me necesitas?

- Siempre directo al grano, eras igual de pequeño, quiero que me ayudes con unos tipos que quieren mi cuello y luego quiero que me acompañes al lugar de siempre.

Nos dirigimos hacia un callejón donde nos encontramos con unos tipos enormes.

- ¿Estos son lo que quieren tu cuello?- le digo muy sorprendido.

- Sí, ¿me ayudarás?- me dice haciendo un gesto de choca los cinco.

Los choco para que sepa que ayudaré en lo que pueda y empieza la pelea.

El primero de ellos cae en poco debido a un ataque en equipo por el que el tipo acaba sangrando por la boca, otro de ellos saca una navaja con la que me hace un corte en el brazo pero logro desarmarle rápidamente y Hugo le clava su cuchillo de lanzar en la espalda. El tercero cae sin mucho problema y así acaba todo.

- Parecía más de lo que era.- le digo mientras miro mi brazo herido.

- Vamos con los demás al edificio anda, después podrás irte a donde sea que estés viviendo.

- Si yo te contara lo que he estado haciendo, no me creerías.

- Ya... tendrás que contarme.

- Oye.- le digo- ¿Cuándo es la próxima fiesta?

- Mañana por la noche.

- Bien, entonces te lo diré pronto.

Llegamos al edificio donde estuve viviendo desde los 5 hasta los 7 años, tiempo en el que me enseñaron a vivir en la calle, tiempo en el que conocí muy bien al capullo al que acabo de ayudar.

Todos siguen por ahí y no tardo en verlos, todos los amigos que hice en esos dos años en el edificio más masacrado de la cuidad.

Todos han cambiado mucho, claro que también han pasado 11 años, Alan, Nate, Rick, el Mono, están todos menos...

- Oye, ¿Dónde está el pequeñajo? ¿y Jacobo?- le pregunto a Nate, que era uno de sus mejores amigos.

- Murió poco después de que te fuiste, lo pillaron unos de otra banda y recibimos una caja en la que estaba hecho taquitos.

- Mierda.- digo afligido.

Solo tenía unos 2 o 3 años más que yo, lo que quiere decir que cuando murió tendría 10 años más o menos.

Después de estar un rato con ellos miro la hora y veo que llevo más de un par de horas fuera. Me voy lo más rápido que puedo y acaban llevándome en moto, estos momentos son en los que me alegro de conocer a Rick.

Llego y veo a Elizabeth con cara de alivio y al pequeño parásito mirando por encima de unos arbustos.

Indico a Rick que aquí me quedo, que pare en la esquina.

- Ostias, no jodas que estás viviendo aquí.- me dice asombrado.

- No, solo estoy un par de días de niñera de una niña rica.

- ¿Quieres que te ayude a cuidarla?

- No gracias ya me basto yo solo.

Se va y lo despido con la mano. Me dirijo a Elizabeth para disculparme por la tardanza pero sin dejar que diga nada me abraza:

- Estaba preocupada por ti.

Me quedo paralizado, no solo porque me esté tocando, que también, sino porque es la primera vez que alguien se preocupa porque yo esté bien.

- Estoy bien, aparta, recuerda que no quiero que me toques.

- Esa no es manera, estuvo preocupada por ti.- me dice el parásito del infierno regañándome.

- Vale, lo siento, gracias por estar atenta y cuidar de mi.- digo mirando al pequeño que ahora sonríe satisfecho.

Lo quetiene que decir uno para tener a un parásito contento    

¿EXISTE EL AMOR IMPOSIBLE?Where stories live. Discover now