Capítulo 13

503 29 9
                                    

N/A: De nuevo ;-) Gracias por leer y por comentar.



.
Yo me mantengo inquebrantable cuando clavo mis ojos en él. Sin embargo, ahora que Rick está explotando y echándome en cara todo lo que se ha guardado, está más tranquilo que nunca.

No alza la voz, y en lugar de mirarme enfadado, o decir algo hiriente, me mira casi con lástima.

-¿Qué? ¿No piensas hablar? ¿No tienes nada que decir?

A mi me dan el alta, sin embargo, el dolor de una cesaria, de cómo te tira la piel no se lo deseo a nadie.

¿Pero como puedo quejarme de eso, cuando he estado entre la vida y la muerte con mi corazón sin latir en la mesa de operaciones tras recibir un disparo en el pecho?

Tal vez el dolor es diferente, y me duele más al saber, que tal vez el bebé que llevaba dentro ha estado apunto de morir por mi culpa. Y por la suya.

Por que no soy capaz de aceptar mi nueva situación y aun así, no comprendo como no puedo dejar de pensar que él me eligió antes a mí y que eso estuvo mal.

Y peor aun, no soy capaz de decírselo.

Trago saliva y miro el suelo que es mucho más interesante en estos momentos.

Escucho sus pasos al moverse alrededor de la habitación.

-Es pelirrojo.

Yo alzo la vista cuando pronuncia esas palabras y le veo de espaldas a mí mirando a través de la ventana. Cierro los ojos con mi rostro escondido entre mis manos sin saber si estoy preparada para escuchar eso.

-Es muy pequeñito, muchísimo ha pesado muy poco pero su pelusilla roja... dios... y su pequeño cuerpecito con su piel rojiza...-estoy segura que su cara se ilumina al hablar de él-ha tenido problemas... y seguirá teniéndolos... Pero estoy seguro que sobrevivirá... En toda esta semana... Ha estado luchando.- Noto la voz de Castle algo rota y él se detiene, haciendo una pausa bastante larga -Aún no le he visto sus ojos bien abiertos, así que no sé... No sé como son.

Yo me mantengo completamente callada, sin embargo, mis ojos van por libre y no puedo evitar llorar.

-Deberías verle.

Yo sorbo y me limpió las lágrimas antes que él se gire y me mire tras decir esa frase.

-¡ERES SU MADRE!

Él no llega a gritar, sin embargo su tono es tan autoritario que hace que de un respingo.

Claro que sé que soy su madre, pero estoy jodidamente cansada de todo, por no decir más que aterrada.

-Castle...

De nuevo su mirada de pena.

-Kate...tienes que verle. No te pido nada, sólo... Ni siquiera te pido que me perdones por engañarte... por no decirte la verdad desde un principio, pero si de verdad quieres...

Yo niego. Me doblo de dolor al sentir un pinchazo dónde me ha quedado una fea cicatriz en el abdomen a causa del parto.

-¿Puedes marcharte?

Él no se mueve. No me mira. No contesta. Simplemente se marcha.

Y eso duele más que cualquier otro reproche.

Lanie ha estado dándome la "chapa" desde la autorización de mi médico para abandonar el hospital tras una semana ingresada hasta la puerta de mi casa.

Me despido de ella con tremendo dolor de cabeza y cierro la puerta a mi espalda.

El sonido seco de la puerta retumba en toda la estancia. Hace que mi soledad se acentúe cuando todo queda en silencio.

Sweet BabyWhere stories live. Discover now