Ella, Madison Black, dejo sus sueños por un accidente
Él, Zach Davies, dejo a su familia atrás por un accidente
Ella llega,
Él regresa
El destino quiso que bailaran juntos
Muchos se oponen
Muchos los apoya...
Llevaba bastante tiempo buscando por toda la universidad y es que cierta rubia se estaba escondiendo de mi, me las pagaría.
¿En qué demonios había pensado al hacerme aquello? Aunque muy en el fondo me había encantado, estaba furiosa con Zach por confundirme de nuevo, por alterar mis sentimientos y hormonas y desear aventarme sobre él a través del piano.
— ¡Ryan y Zach Davies! Ya se que están ahí, los acabo de ver. No son particularmente pequeños— los dos hermanos asomaron sólo las cabezas por una de las puertas del salón— Vengan.
Los dos avanzaron con cuidado hacia mi, Zach se veía un poco incómodo y a decir verdad yo estaba igual
— ¿Dónde está?— Zach se encogió de hombros y Ryan evitaba mi mirada
— ¿Donde... esta... quien?
— ¡No estoy para juegos Ryan! ¿Dónde está esa rubia que tienes por novia?
— Pues verás... Maddie... yo... ¿Rubia? Yo diría un hermoso dorad... está bien... ya... yo... ella está— un celular comenzó a sonar y mire a Zach, era el suyo. Él lo saco y cuando me di cuenta Ryan ya no estaba, mire furiosa a Zach
— Es tu primo James— él simplemente— contestó ignorando mi mirada matadora— ¿Alexander? Si, Dime...— Zach me miró y sonrió mientras escuchaba del otro lado de la línea. No sabía qué hacía ahí mirándolo, bueno era muy guapo y estaba enfadada con él pero la curiosidad de que Alexander llamará del celular de James me carcomía la cabeza — ¿Sabes lo que me pides? Convencer a la fiera, está furiosa, me odia, por ser idiota — No se porque pero pensaba que se refería a mi— me va a golpear... oye no necesitas recordarme cosas innecesarias, tenía que hacerlo... no lo sé... ok, lo haré pero dile a James que cobré mi seguro de vida por si algo me sucede ¿Que más necesitas?... Ok, si me dejan lo más difícil.
Estaba cruzada de brazos esperando a que me explicara si era cierto que me había dicho fiera, Zach guardó su móvil y me sonrió falsamente
— Eh... Maddie— definitivamente me había dicho fiera me di la vuelta y lo dejé ahí
— Cállate Davies— el chico venía caminando tras de mí pidiendo que me detuviera, ahora que lo pensaba, tenía bastante que no habíamos hablado tan relajadamente, tal vez porque estábamos solos y ya no teníamos más que gritarnos, nuestro repertorio se había acabado hace bastante, más allá de que generará sentimientos hacia él, habíamos sido muy muy buenos amigos, había confiado en él más de lo que nunca confíe en nadie, y hasta ahora en ese tema nunca me había decepcionado.
Me di la vuelta en el pasillo y me detuve de golpe, ocasionando que Zach se estrellara con mi espalda
— ¡Oh por dios!— otra vez ¿que acaso era la experta en infraganti? Y me era imposible cerrar mi bocota— Lo que me faltaba ¿No podrían comerse en uno de los salones?
Zach comenzó a reírse de la cara de espanto de Nathan y de Les, los habíamos cachado comiéndose uno a otro a mitad de pasillo, como cuando lo había hecho con Eileen y Ryan
— Dios, ¿que voy a ser con ustedes?
-Ya Maddie como si nunca lo hubieras hecho, ahora si nos disculpan Les y yo nos vamos no queremos toparnos con una psicótica pelinegra y hay que buscar a una pelirroja, por cierto Mads, Eileen me dijo que no saldría de su cueva hasta que dejaras de amenazarla con tirar sus tacones.
Nathan se llevó de la mano a Les que sólo se reía de los nervios.
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