Capítulo 7: Hazlo, Park.

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Atrapé sus labios, mordí fuertemente su labio inferior y tiré de él. Mi lengua acariciaba la de ella, el beso era salvaje, necesitado, el sabor era totalmente fascinante. Mi mano sostuvo sus dos manos sobre su cabeza, el montículo de excitación comenzaba a aparecer en mis pantalones, golpeando contra su vientre. Los botones que había desabrochado antes me daban una buena vista del valle de sus senos, principalmente. Con la otra mano libre, desabotoné su blusa, dejandome admirar sus pechos, de tamaño levemente mayor al normal, calculaba una copa C, llegando casi a la D; y su vientre, plano, blanco como la nieve, colé una mano sobre su seno izquierdo, lo masajeé, aún sobre la tela del sujetador negro. Gimió. Sí.

-No, Kim. La que va a perder el control serás tú, pidiéndome que te folle como hoy, pidiéndome que me hunda en ti, pidiéndome que lo haga rápido, fuerte, profundo, solo como yo sé hacerlo, pidiéndome ...

Sí. Así es, Kim, todas caen. Todas.
Me calló con un rudo beso en los labios. Su lengua era demandante, trataba de marcarme el paso, no dejaría que se apoderase del control. No hoy. Solté sus dos manos, que rápidas quitaron mi chaqueta. Estaba tan excitado que dolía. Dolía como nunca, moría por hundirme dentro de ella. Comenzó a desabrochar mi camisa, mis manos finalmente acunaron sus dos senos, masajeandolos, apretandolos. Bajé mis labios a su barbilla, dejé un reguero de besos en la extensión de su cuello, llegué a su clavícula y la bese. En la mente tenía dos objetivos: marcarla y hacerla mía. Continúe con mi camino de besos, finalmente había cedido, sus dedos se enredaban en mis cabellos, causandome cosquillas. Comencé a succionar fuerte, iba a marcarla. Luego de unos segundos, me separé de ella para observar mi obra de arte: perfecta. Sentí como sus manos buscaban el borde de mi camisa, al dar con él, comenzó a desabotonarla, mientras me miraba directo a los ojos, los de ella estaban oscuros, sabía que yo estaba causando eso. Pasé mis manos a su espalda. Al dar con mi objetivo, bastaron segundos para sentir como se tensaba sobre mi cuerpo. Bajé un tirante, luego el otro y finalmente liberé sus senos del incómodo e innecesario sostén. Dolor. El dolor se acumuló en mi erección al observar sus perfectos y deliciosos senos. Mis labios se entreabrieron y unas ganas inmensas de besarla me comían vivo. Obedeciendo mis instintos, la besé, exigente. Rocé mis dedos con sus pezones, los apretaba y jalaba de ellos. Sus gemidos y nuestra respiración agitada eran los únicos sonidos percibidos en su cuarto. Sin más preámbulos, bajé la cara, pasé la lengua por su pezón derecho y luego le di la atención necesaria, lo chupé, lo mordí, tiré de él un poco, lo rodeé con la lengua y pasé finalmente al izquierdo. Admiré extasiado sus gestos al hacer mi obra: totalmente erótico. Al finalizar, regresé a sus labios. Debía aprovechar al máximo, totalmente. Sentí como sus manos continuaron a quitarme la camisa, al terminar con la fila de botones, desesperada quito la camisa. Así es, Kim. Todas pierden el control. La levanté y la llevé a la cama. Aquella misma cama donde alguna vez la vi con él. La dejé debajo de mí, nuestros labios no se separaban en ningún momento. Levanté un poco la falda que llevaba, rocé mi gran bulto en su centro. Una. Dos. Tres. Mil veces. Realmente disfrutábamos. Gemidos roncos se escaban de mi boca. ¡Joder, duele, duele! Fóllala ya, Park.

-Hazlo, Park -susurró contra mis labios, bajando una mano a mi pantalón, acariciando mi necesitado pene con su mano.

¡Las palabras que tanto había estado esperando!

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No olviden pasarse por algo más romántico «Love Is Not Over» con Taehyung y Seokjin.

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Seducción • Jimin •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora