Capítulo 1.

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Sentí como unas manos se posaban en mi pecho y luego como mi mejilla era llenada de suaves y numerosos besos.

-Despierta- Dijo ella moviéndome con suavidad.
-Estoy despierto- Dije sin abrir los ojos.
-Tienes que abrir los ojos para estar despierto- Contraatacó.
-De acuerdo- Sonreí.

Abrí los ojos y ella estaba recostada en el otro lado de la cama de dos plazas observándome con una enorme sonrisa. Era tan hermosa que simplemente podría estar mirándola todo el día sin decir ninguna palabra.

-¿Por qué me miras así?- Se acercó para apoyar su cabeza en mi pecho.
-Porque eres muy linda- Dije viendo cómo se sonrojaba.
-Gracias- Dijo besando mi mejilla.
-De nada linda.
-¿Quiero que me lleves a un lugar?
-¿A dónde quieres ir?
-Es sorpresa- Hizo una mueca de burla.
-Entonces si no me dices no te puedo llevar.
-Está bien te diré pero primero vístete.
-Me iré a bañar primero ¿Está bien?- Ella asintió.

Me levante de la cama solo con mis bóxers rayados de color azul con blanco, ella lo hizo también con su piyama color morado, extendí mi mano esperando que ella la tomará.

Caminamos con nuestras manos entrelazadas hasta llegar a la habitación que estaba junto a la mía, ella jaló de mi brazo y metió dentro de esta y luego se tiró a la cama de un salto.

-Quédate conmigo un poco más- Se corrió dándome un espacio.
-Solo un momento- Me senté a un costado de la cama.

Ella tomó el control de la televisión y puso su canal favorito.

-¿Quieres que lo deje ahí?- Me preguntó.
-Claro, ve lo que tú quieras- Sonreí.
-¿Sabes que te quiero mucho?
-Sí, lo sé- Me eché hacia atrás- ¿Tú sabes que yo también te quiero muchísimo?
-Sí- Comenzó a jugar con mi mano sin apartar la vista de la televisión.

Se ponía tan feliz cuando veía televisión que a veces hasta llegaba a tenerle envidia a aquella pantalla. Empecé a pasar mis dedos por su cabello mientras mi otra mano jugaba con la suya, en verdad me encanta estar de esta forma con ella y lo bueno es que jamás podría cansarme de ella, nunca paso aburrimiento a su lado, sino, que cuando estoy con ella siempre es diversión.

-Iré a bañarme- Me puse de pie.
-No- Tomo mi brazo.

Me era imposible resistirme a sus suplicas, cuando ella manda no me queda más que acotar sus órdenes porque simplemente soy incapaz de pronunciar un no a aquellos hermosos y pequeños ojos color pardo.

-Un minuto más- Me recosté otra vez besando su frente.
-Me encanta que hagas lo que yo te pida.
-No te acostumbres.
-Ya lo hice- Sonrió sin mostrar sus dientes.
-Lo sé- Revolví su cabello.
-¡No lo hagas!- Quitó mi mano de su pelo.
-¿Por qué no?- Seguí revolviéndole el cabello.
-¡Basta!- Se subió arriba mío.
-Te haré cosquillas- Le advertí.
-¡No!

Se bajó de encima de mí pero ya era demasiado tarde, mis manos ya estaban atacando a su presa. Las lágrimas casi salían de sus ojos por tanta risa que tenía.

-¡Para, por favor!- Me detuve.
-Ahora sí que iré a bañarme- Me paré y camine hacia la puerta.
-¡Espera!- Gritó ella.

Me giré cuando ya estaba a centímetros de la puerta, la vi y ella no dijo nada solo sonrió y suspiro para luego abrir su boca para hablar.

-Te quiero papi- Me lanzó un beso con las manos.
-Yo también te quiero Mandy.

Cerré la rejilla para que no saliera de la puerta pero no sin antes enmarcarle una gran sonrisa que solo ella era capaz de sacarme.

DULCES SUEÑOS ϟ LIAM PAYNEWhere stories live. Discover now