XXVI

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-Eh, bueno la verdad es que de algo me sonaba pero no había caído en que era él la verdad- digo un poco nerviosa. Toda esta situación es muy rara y no se cómo actuar. Al final resulta que Adrián siempre ha sido mi primer amor. Es irónico que me haya gustado en el pasado y que nos hayamos reencontrado de esta forma.

Ahora sí que parece que nuestra historia está sacada de una película. Demasiadas coincidencias.

Estas situaciones son las que me hacen creer en el destino, en que al final todo lo bueno acaba pasando y que simplemente las cosas pasan por una razón.

-Bueno, dejemos de charlar y vámonos a casa. Adri, ¿quieres que te llevemos y te quedas a cenar? ¡Hace mucho que no sabemos nada de ti!- dice mi tía cogiéndome el bolso y dirigiéndose hacia el aparcamiento.

Yo miro a Adrián para ver su reacción. Esta nervioso porque no para de tocarse el pelo y me parece un gesto adorable. Río para mis adentros y entonces me mira.

Yo asiento un poco avergonzada y entonces él dice -Claro, ¡si no es ninguna molestia!- y entonces se acerca y entrelaza sus dedos finos y delgados con los míos y tira de mi hacia el coche.

Como extraños en un trenWhere stories live. Discover now