Capítulo 10: Miedo

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Bianca se encontraba en el suelo con la cara empapada de lágrimas, y con la nariz mocosa. Sin moverse solo observaba a Envidia, debido a que la nube de polvo solo dejaba ver su cabeza, tapando el resto del cuerpo.

—Eso fue todo Alegría, hasta aquí llegaste —dijo mientras lo observaba, antes de terminar con su vida.

De pronto Envidia saca una gran hacha, la cual tenía sujetada en su traje por la espalda y la levanta encima de Alegría.

—¿Últimas palabras? —dijo con una voz muy grave.

Pero Alegría no podía hablar, se encontraba muy lastimado; todos sus huesos estaban fracturados por culpa del colosal cuerpo de Envidia. Se encontraba inmóvil e indefenso, lo único que podía hacer era ver como lo asesinaban.

—¿No dirás nada? Perfecto. Envidia acabará con esto rápido.

Envidia sin pensarlo levantó el hacha con una mano y con gran potencia la dejó caer directo a la cabeza de Alegría, de pronto una gran nube de polvo aparece nuevamente. A causa de los corpúsculos en el aire Bianca es incapaz de ver lo ocurrido. Un minuto después la densa nube desaparece y ella puede ver la escena otra vez, el hacha había sido detenida por Amor que apareció de la nada; todo fue tan rápido que su vista no lo pudo captar. A pesar que Alegría no le caía muy bien, ella se alegró al saber que no había muerto y muchos menos frente a ella. Sentía un aprecio por él, pues había sido su salvador hace unos instantes.

—Se puede saber... ¡¿Por qué intentas asesinar a Alegría?! —preguntó Amor bastante exasperado.

—Envidia hace lo que quiera, y no necesiao el permiso de nadie para asesinar, simplemente lo hace y ya —respondió él soltando una risa espeluznante, o al menos el intento de una.

Mientras Amor sostenía la gran hacha con sus dagas, miraba a Envidia fijamente con odio en sus ojos; ya lo odiaba, pero esa era la gota que había derramado el vaso, tenía que acabar con ese parasito de una vez por todas, no quería próximos enfrentamientos ilógicos.

—¿Crees que eres el más fuerte solo por ser un experimento? Pues estás equivocado —comentó Amor apartando el hacha y lanzándola lejos.

«¿Experimento? ¿A qué se refiere?», pensó Bianca al escuchar eso, estaba un poco confundida.

Con gran velocidad Amor lanzó sus dagas a los pies de Envidia, dejándolo inmóvil, luego salió corriendo con Alegría entre sus brazos, agarró a Bianca por la mano y se los llevó a los dos fuera de aquel cuarto, el cual se había convertido en un rin de pelea y muerte.

—¡Amor! ¿A dónde vamos?! —preguntó Bianca un poco nerviosa.

—Tranquila. Los llevaré a un lugar seguro, donde no puedan ser lastimados.

Enseguida los llevó hasta un ascensor situado entre el pasillo, esperó que a que terminase de abrirse y luego entraron con gran rapidez, ya dentro Amor apretó el botón rápidamente, con la intención de que las compuertas se cerraran, al cerrarse este subió lentamente y ellos de inmediato se relajaron sentándose en el suelo, pensando que ya el peligro había pasado, pero no era así. De pronto sienten un estruendo, el ascensor se detiene y baja a gran velocidad, ellos se asustan debido a que no sabían lo que estaba sucediendo. A los pocos segundos el ascensor se detiene y se escuchan unos grandes golpes provenientes desde el exterior. De pronto el aluminio de la puerta se hunde hacia adentro, debido a que Envidia lo estaba golpeando con sus puños; Amor no tuvo otra opción y así que decidió cortar los cables que sostenían el ascensor, esto hizo que cayeran a gran velocidad hasta el fondo, provocando que la cabina chocara contra el piso, colapsando y dejándolos lastimamos. Sin mirar atrás salieron de los escombros y se dieron cuenta de que estaban en un cuarto totalmente blanco, sin ningún objeto, solo había un niño encadenado a la pared con una ropa negra rasgada, su cuerpo era delgado de piel blanca, no muy alto y de cabello negro, tipo honguito.

Secuestro Experimental ©Where stories live. Discover now