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Max se alejó de la chica cuando notó que lo miraba, en su cara se reflejaba la sorpresa.
—Crystal, yo... —se acercó a mí y me alejé, nos estábamos ganando las miradas de todos.
—No te acerques —dije con rabia entre dientes—. Vaya, estás muy enamorado de mí, ¿eh? —la ironía era mi punto fuerte.
—Yo estaba celoso, déjame explicarte —me agarró del brazo y forcejeé para que me soltara, pero no podía.
—Me estás lastimando —dije intentando de nuevo soltarme.
—Suéltala —le dijo Tyler a Max fríamente con el ceño fruncido.
—No te metas, friqui —miré a Tyler, este estaba a punto de pegarle, pero le sujeté y negué con la mirada, cuando me miró, su rostro pareció relajarse—. ¿Y tú? ¿Qué demonios hacías bailando con Tyler?
—¿Te besas con una chica y me echas en cara bailar con nuestro amigo?
—Él no es mi amigo —rodé los ojos y salí corriendo de allí en la oscuridad de la noche, no quería seguir en aquella estúpida fiesta. No me había dado cuenta de que había llegado a la playa hasta que noté la arena dificultándome el paso y tuve que quitarme los tacones. Me senté en la arena mientras veía el mar moverse lentamente y escuchaba la relajante brisa marina.
—Es un idiota —susurró alguien a mi lado, esa voz pertenecía a Tyler. Estaba sentado al lado mío, mirando al horizonte, pero sus ojos se posaron sobre los míos.
—Creí que erais amigos... —dije para romper el hielo.
—Tras la muerte de Fred, Ryan intentó integrar a su primo Max con nosotros, incluso consiguió que se apuntara a nuestro instituto, pensó que funcionaríamos mejor siendo de nuevo tres, pero se equivocó —bajó la vista.
—¿Qué paso? —se relamió el labio inferior.
—Max al principio no era aceptado en el instituto, yo me llevaba bien con los del equipo e intenté que lo integraran entre ellos, que lo invitaran a fiestas... Y así fue hasta que Max se convirtió en el quarterback y en uno de los chicos más populares del instituto, gracias a esto, conoció a Sam, una de las animadoras. Él se enamoró de ella, al igual que yo, ella no era como las demás —negó con la cabeza—, ella me eligió a mí, y Max enfureció, nos peleamos y dimos muchos golpes, siempre estuvimos enfrentados hasta que Sam se fue del país. Desde entonces nunca me perdonó que ella me eligiera a mí en vez de a él, el chico "perfecto" —hizo comillas en esto último.
—Vaya... —asimilé la historia—. No tenía ni idea —asintió con la cabeza—. Pero, aquella vez en el centro comercial, cuando el coqueteó por primera vez conmigo, estabais vosotros dos...
—Fue por culpa de Ryan, el nos engañó para quedar. Por cierto, si vosotros solo sois amigos... ¿Por qué te afectó tanto que besara a otra chica? —lo tenía más o menos claro.
—Él parecía de verdad estar interesado en mí e intenté convencerme a mí misma de que le quería para darle una oportunidad, pero después de esto... —posó de nuevo su vista en mí y tragué saliva.
—¿Alguna vez tuviste novio?
—No —sonrió cabizbajo.
—Lo he notado —fruncí el ceño—. Cuando quieres a alguien, lo sabes, desde el primer momento notas algo, hay una conexión especial, sabes que ese alguien está hecho por y para tu medida, no necesitas convencerte de nada —me estaba perdiendo en sus brillantes ojos cuando algunas piezas me empezaron a encajar. Desde el primer momento que nos miramos, sentí esa conexión, las escasas veces en las que él sonreía, la alegría rondaba mi cuerpo, teníamos demasiados gustos en común. Notó mi ausencia y poso su mano sobre la mía para intentar llamar mi atención—. ¿Crystal? —parpadeé y su vista bajó a mi muñeca, tragó saliva—. ¿Cuántas veces...? —se refería a las cicatrices de los cortes que se encontraban en mis muñecas.
—Muchas —su mandíbula se tensó, intenté no llorar pero irremediablemente, una lágrima rodó por mi mejilla, él la apartó con su pulgar y posó su vista en mis labios, yo miré los suyos, entreabiertos, rosados, perfectos... Poco a poco la distancia se fue cortando entre nosotros, su respiración chocaba con la mía y sus labios cada vez estaban más cercas de los míos. Nuestros labios se rozaron y cerró fuertemente los ojos mientras bajó la cabeza, agarrando salvajemente sus negros cabellos.
—No quiero hacerte daño —se giró a mirarme—. No a ti.
(...)
La trayectoria a la casa de la playa fue incómoda, permaneció callado, mirando al frente, yo aún seguía asimilando todo en mi cabeza, incluso cuando llegamos y fuimos cada uno a nuestra habitación.
Nos estuvimos a punto de besar...
Inconscientemente mis dedos se fueron a mis labios, recordando el pequeño roce que tuvieron con los suyos, suspiré cayendo sobre la cama.
—¿Crystal? —sentí como alguien se sentó a mi lado en la cama—. ¿Crystal? —Sophia me tocó repetidas veces con su dedo índice y bufé—. ¿Estás dormida? —abrí un ojo y fruncí el ceño con enojo.
—No, ya no —rodé los ojos y me incorporé sentándome en la cama. Ella ya estaba vestida, miré el reloj y eran la una de la tarde.
¿Cuánto he dormido?
—Yo... me lie con Wyne anoche —jugueteó con las sabanas mientras ponía cara de culpabilidad.
—¿A qué te refieres? —alzó una ceja—. ¿Os besasteis?
—Ajá —asintió—. Y... creo que me gustó.
Hola cosas con ojos!
¿Qué tal les va? A mi pésimo, pero no importa :D siempre voy a tener tiempo para escribir <3
