CAPÍTULO NUEVE

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[ THE WOMAN OUT OF TIME ]

CAPÍTULO NUEVE

❛no estaba todo tan mal❜

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❛no estaba todo tan mal❜


    ÉL ESTUVO PARA MÍ DURANTE HORAS, sin suspirar de cansancio al seguir llorando o recriminándome que dejara de hacerlo. Se dedicó a abrazarme, a dejar que me desahogara y que me las lágrimas con el cuello de su camiseta. No sé cuándo llegamos al sofá del salón, pero el caso es que estaba hecha un ovillo entre su regazo. Tampoco sé exactamente cuándo dejé de llorar, pero lo único que tenía claro era que nos enfrascamos en una conversación sin fin. No tocamos ningún tema delicado, no nos quejamos por perder la vida que hubiésemos tenido después de la guerra, no hablamos de soldados siendo manipulados mentalmente ni secuestros. No hablamos más que de nosotros mismos y nuestra familia. Las carcajadas sustituyeron las lágrimas y los miedos e inseguridades pasaron a ser mariposas en el estómago. No sé quién fue el primero en quedarse callado y dar por finalizada la charla, pero el caso es que ambos nos quedamos dormidos en el sofá durante toda la noche y, aunque este no fuera el más cómodo, ninguno de los dos se movió.

Desperté, sin saber bien qué hora era. Era de día y la ciudad ya estaba en movimiento, pues en la lejanía se escuchaban los primeros cláxones de la mañana hacia el trabajo.

Me dolía el hombro, pues no había dormido en la mejor de las posturas y mucho menos en el mejor de los sofás, pero la vista era espectacular.

Steve estaba a mi lado, encogido a más no poder para cederme el mayor sitio posible y abrazando un cojín contra su pecho. Su cabellera dorada era una auténtica maraña de enredos y los primeros rayos de sol se mezclaban contra la oscuridad del salón, creando así una máscara de extrañas sombras en su rostro.

Sonreí enternecida, reprimiendo un sonoro bostezo que pudiera despertarlo. Lo miré y casi pensé que mi mirada pesaría sobre él, que acabaría dándose cuenta de ello. No tenía ni idea de cómo había podido aguantar tanto tiempo -¡setenta años!- alejada de él. Mis dedos picaron por querer tocarle. Nunca me había sentido tan estúpida como en ese momento. Mi estómago se revolvía inquieto y dolía como cuando tomabas muchos dulces.

Me incorporé sobre mis rodillas, hincando el codo en el sofá y sujetando mi cabeza mientras admiraba desde más cerca la belleza matutina de un Steve dormido. Era increíblemente precioso. No pude evitar la tentación y alargué el dedo índice hacia su pómulo. Fruncí el ceño, aguantando la respiración, cuando su nariz se arrugó, temiendo despertarlo. Deslicé la yema de mi dedo por la línea de su mandíbula, volviéndolo a subir y trazando un lento patrón en su mejilla, ascendiendo la caricia hasta la sien y frente.

Pronto me vi pasando los dedos por su cabellera, tirando hacia atrás los mechones de oro que se habían rebelado y salido de su sitio. Atrapé mi labio inferior entre mis dientes, reprimiendo una tonta sonrisa de adolescente, pues me sentía como las primeras veces en que conocí a aquel chaval de Brooklyn; tan nerviosa e inquieta, tan poco propio de mí.

THE WOMAN OUT OF TIME | CAPTAIN AMERICA 2 ✔Where stories live. Discover now