El Socio De Mi Padre

Cap 8 Nueva casa

Hola a tod@s de nuevo, estaba un poco perdida por los examenes finales en la u pero ya estoy de vuelta y con dos capitulos seguidos. 😃

Al día siguiente ya tenía lo necesario en cajas porque sabia que siempre podría volver a casa si alguna mal eventualidad se presentaba, mi cuarto estaba mas vacío, había dejado toda mi colección de peluches al único que me llevaba era a mi osito kay a el si no lo dejaba por nada del mundo.Al escuchar el claxon de un auto me asomo por la ventana,y veo una pequeña camioneta de mudanzas parqueada, cojo mi mochila y bajo.
Después de ya haber subido todas las cajas a la camioneta llego el momento de partir, nosotros partimos en el coche de mi padre y detrás iba la camioneta. Al llegar al edificio nos recibió en recepción un señor muy amablemente, quien al parecer ya sabia que veníamos ya que nos indico que era el ultimo piso, ya en el ascensor hablo mi madre.

- Sam, kerim no pudo recibirnos ya que tenia una reunión muy un importante para hoy, fue tan amable de avisarnos ayer.

-Si claro- susurre. pero mi madre me escucho.

-Sam debes ser mas considerada tu sabes que el tiene mucho trabajo y esta bajo estrés.

-ya mujer deja a la niña que ella también esta bajo estrés-me defendió mi padre, un punto para el si.

Sono el pitido del ascensor indicando que ya habíamos llegado las puertas se abrieron y quedamos al frente de una gran puerta lo que me daba a entender que el departamento era todo el piso "al menos tendré un gran cuarto" pensé.

-Ten el honor-me dice mi madre entregándome una tarjeta yo solo pensé si que gran honor, sin mas pase la tarjeta y entramos.No pude evitar sorprenderme con lo bello y al mismo tiempo sencillo que era el apartamento, a pesar de que estaba acostumbrada a ver muchos lujos el apartamento realmente me parecía elegante me gusto. Entre y nos encontramos con una pequeña antesala seguimos a la derecha y estaba la sala, mas allá la cocina, habían unas escaleras del segundo piso y otras puertas mas que luego averiguaría que tenían, aunque me imagino que alguna sera de su despacho quería saber donde estaba viviendo, proseguimos a subir al segundo piso en busca de mi cuarto, no indague en la primera gran puerta que encontré supuse seria su habitación, unos metros mas allá se encontraba otro puerta entre y efectivamente era mi habitación.

Después de unas horas con la ayuda de mi madre había organizado todo aunque mi habitación no era tan grande como la anterior tenia baño interior lo mas importante para mi, ya había recorrido la casa, unas de las habitación era una gran librería donde se encontraba un gran piano, otra un cuarto de huéspedes, otra los implementos del aseo, otra una pequeña sala de cine, otra un gimnasio y la que no abría entendí era su despacho, luego de terminar mi recorrido me fui a la cocina a prepararme algo para cenar no sabia si el señor Arslan vendría a cenar pero decidí dejarle algo preparado, al terminar mi cena salí a la terraza a comer ya que hacia una gran brisa y se tenia una gran vista de la cuidad cruze mis piernas sobre la silla y me puse a comer.

Al llevar un gran rato de hablar con mis amigas quienes se habían disculpado por no poder venir ayudarme empece a bostezar, me encamine a la cocina lave mi platos los seque y decidí irme a dormir este cansancio me tenia molida, cuando escucho la puerta abrirse, era el señor Arslan.

Fue a su despacho, dejo su portafolio, se quito el chaleco quedando en camisa y entro a la cocina a tomar no sabría que, y se encamino hacia mi.

Al pasar a mi lado soltó;

- Quiero que sepas que el que vivas aquí y el que nos hallamos casado no significa nada, solo vive sin hacer mucho ruido y mucho menos trates de actuar como mi esposa , porque el día que me hagas enojar te vas a dormir al cuarto de huéspedes y eso es poco a lo que puedo hacerte.

Quise responderle sus cuantas verdades jamas alguien me había tratado tan mal y se había salido con la suya pero este hombre hacia que mis palabras huyeran sabia que tenia que tomar el valor para enfrentarle no importa lo que pasara en la familia ningún hombre me trababa así pero cuando quise reaccionar de mi aturdimiento ya se había ido.