Llego a mi casa con una medalla rodeando mi cuello y una renovada sonrisa en mi cara. ¿Han visto cuando sienten una gran satisfacción por lo que acaban de hacer? Así es. Saco mis llaves y entro. Dentro mi mamá está esperándome con cara de expectación en frente de la puerta, me río por su cara de ansiedad.
-Gané, mamá- Digo con orgullo.
Mi mamá se limita a correr hasta mi y darme un fuerte abrazo; ella es más así como una mejor amiga que una madre, me estuvo acompañando a cada campeonato que tenía durante todos estos años, pero justo a este no había podido ir porque su trabajo no se lo permitía. Aún así me había jurando que iba a estar aquí en cuanto llegara, y aquí estaba, abrazándome.
Luego de unos segundos nos separamos y vamos a la cocina, allí le empiezo a contar lo nerviosa que estaba, cuánta calificación tuve, las chicas que se calleron que tan mal terminaron y demás cuchilleadas propias de un momento después del torneo.
Mi casa es perfecta: tengo una habitación propia para mi, una sala de estar enorme, muuuy enorme y una cocina en donde encuentras todo tipo de manjar hechos por Jocelyn, la ama de casa. Entablé una gran relación con ella desde pequeña, es algo así como una tía-abuela.
Como decía, los colores de mi casa están en una gama de celestes y naranjas en otros sectores, salvo mi habitación que es azul oscura y con varios posters de famosos y muy buenas ice skaters. Mi mamá a veces dice que yo debería estar también entre esos posters, yo digo que ni le llego a los talones a ellas. Bueno, quizá algún dia...
Mi teléfono suena con la canción "Better Man" de Jamie Campbell, quizás una canción rara para una adolescente, pero a mi me encanta. Le sonrío a mi madre y me dirigo hacia mi habitación para hablar con un poco más de privacidad, allí miro la pantalla. "Llamada entrante: Babbie<3". Babbie es mi mejor amiga desde que ambas descubrimos que íbamos al mismo club de patín, eso pasó como hace diez años y aún nos seguimos siendo fieles. Ella sabe todos mis secretos y yo los de ellas, pasamos la mayoría del tiempo juntas. Ya saben, es más como una hermana para mi. Solíamos competir en el mismo nivel pero ella sufrió una quebradura de rodilla y estuvo un año sin poder patinar, aún así yo solía ir a su casa para contarle las nuevas noticias y chismes.
Ambas somos del tipo de chicas que no destacan en la escuela, a las que los demás les gusta burlar y molestar. Supongo que está bien, a ninguna nos molesta que hablen cosas a nuestra espalda, ya que no tienen idea de nuestro mundo secreto sobre hielo.
Presiono el botón "contestar" y sonrío inmediatamente al escuchar el griterío entre ella y su hermano:
-¡CÁLLATE! ¡Estoy hablando por teléfono!- Grita Babbie mientras por detrás se escucha una televisión prendida y barullo que probablemente provenía de su hermano y sus amiguitos de 10 años.
-¡No quiero!- Responde su hermano con el mismo tono de voz de ella.
-Aaaaaaagh.- Emite un gran suspiro que me llega a toda la oreja y parece que se va hacia otra habitación, ya que la voz de su hermano se escucha más baja. Río y me acomodo el celular entre el hombro y mi oreja para poder preparar las cosas del entrenamiento.
-Buenos días mi amor.- Susurro al teléfono con una voz muy mal actuada de hombre, ella ríe a través del teléfono.
-Hola Kat, ¿quieres venir a dormir hoy? Mamá sale de viaje. - Su madre trabaja en una empresa de Moda, así que pasa la mayoría del tiempo fuera.
-Claro que sí, ya estoy arreglando la ropa. ¡Nos vemos en una hora!- Nos saludamos y ella corta, termino de arreglar mi ropa para ir mañana a patín y comienzo con el pequeño bolso: Ropa interior, una remera suelta con un estampado de Estados Unidos, un short cómodo y mis Vans. Tenía cepillo de dientes en su casa, así que no me preocupé de eso. Voy hacia mi baño y me desmaquillo para luego ponerme delineador, base y un poco de color en los labios. No me gusta maquillarme si no es para patín.
Bajo las escaleras de mi casa hacia mi mamá. -Mami, nos vemos mañana. Me voy a la casa de Sabbie- Su nombre es Sabbana, lo sé, es rarísimo. Pero me encanta. Ella asiente con la cabeza y me da un beso en el cachete, correspondo a el y salgo corriendo por la puerta. Su casa queda a tres cuadras de la mía así que puedo ir caminando sin preocuparme.
Luego de diez minutos me encuentro tocando la puerta de su casa, ella atiende casi al instante y nos damos un gran abrazo y entro a su casa.
Su casa es realmente enorme, completamente blanca con detalles dorados en algunos lados. Y es mi segunda casa, quizá paso mas tiempo aquí que en mi verdadera casa. Sonrío al oler el aroma a jazmines que hay por todo el comedor. Nos dirigimos a su cuarto riendo por algunas ocurrencias y luego nos sentamos en su cama.
-Verás, tengo una cosa muuuy interesante que contarte.- Está sonriendo, de esas sonrisas sinceras que tiene, y espero que se algo muy bueno. Sonrío yo también y me acerco más hacia ella para no perderme de nada.
-Anda, cuenta ya- Intento aguantarme la curiosidad que me muestra su cara, estoy sospechando: o patín o colegio. Alguno de esos dos están en la noticia, y quiero saberlo ya.
