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Jimin caminó hacia la sala de estar al escuchar la sonora risa de su novio, acompañada por un par de voces más.

Mientras bajaba la escalera, el sonido de las risas de Yoongi era más fuerte y las voces parecían multiplicarse.

¿Está en una orgía?; pensó Jimin rascando su cabeza.

Y ahí estaba, su blanquecino novio, acompañado de cinco tipos más.

Jimin enarcó una ceja y se aclaró la garganta interrumpiendo lo que sea que estuvieran haciendo esos tipos al lado de su novio.

— Ah, Jimin, despertaste. —comentó Yoongi con tono de indiferencia.

— ¿Quiénes son ustedes? —preguntó dirigiéndose a los invitados.

— Son unos amigos del club y los he invitado a desayunar.

— ¿Con el permiso de quién?

Yoongi soltó un "já"— ¿Perdón? No necesito pedirle permiso a nadie para traer invitados, esta también es mi casa.

— Quiero que ellos se vayan.

— Suga, mejor nos vamos, no queremos causar pro-

— No, Taehyung. —Yoongi le interrumpió— No causarán ningún problema.

— ¿Suga? —Jimin cruzó los brazos sobre su pecho— ¿No se supone que sólo yo te podía llamar así?

— Ya no.

— Quiero que estos tipos se marchen ahora, si no quieren que les deforme su cara de niños bonitos. —dijo Jimin entre dientes.

Los invitados estaban más que asustados, sólo esperaban a que Yoongi les diera el pase de salida para correr a sus casas.

— No se irán.

— ¿No?

— Ño.

— Se irán.

— Ño.

Jimin rodó los ojos.

¿Así de infantil sonaba cuando decía esa palabrita?

— Ustedes, —los señaló— fuera de aquí, ¡ahora!

Los chicos hicieron una leve reverencia en dirección a Yoongi. Taehyung le susurró un "perdón", para después salir corriendo cual niño de 8 años entrando a una casita del terror.

Yoongi se levantó del sillón y se acercó furioso a Jimin— ¿Quién te crees que eres para co-

Y Jimin lo calló con un beso. No uno tierno o romántico, sino más bien, pasional y de cierta forma agresivo.

Yoongi sonrió al final del beso. Jimin respiraba con dificultad.

El de cabellos grises llevó a Jimin al sofá, sentándose él encima de su regazo y comenzando a mover las caderas de atrás hacia adelante.

Ambos soltaban gemidos por el choque de sus miembros aún cubiertos por los delgados pantalones.

Jimin besaba el cuello de Yoongi, mientras este le acariciaba el abdomen por encima de su playera.

No tardaron mucho en desnudarse y unirse de todas las maneras posibles.

Al final, Yoongi estaba seguro de algo, desde ahora Jimin le iba a dar todo el amor que él le pidiera.

ÑO | JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora