Las alarmas de los automóviles comenzaron a sonar al igual que el cuchicheo de la gente acercándose para ver lo que había ocurrido.
Alguien golpeó el hombro de Jimin, obligándole a abrir los ojos.
Sacudió su cabeza y limpió las lágrimas que resbalaban por su mejilla. Se acercó tembloroso hacia el accidente y suspiró.
El auto que iba a toda velocidad, se había estrellado contra uno que salió de la nada justo detrás de su novio.
Y frente al gran choque, Yoongi se encontraba sentado con la mirada perdida mientras una señora le hablaba y sacudía para que reaccionara.
Jimin caminó hasta él y le cargó en brazos.
— Joven, debería llevarlo a un hospital para que le den algunos calmantes —aconsejó la señora.
Jimin asintió y volvió a su auto para subirlo al asiento trasero y emprender la marcha hacia el hospital más cercano.
[...]
Yoongi abrió los ojos.
¿En dónde estaba?
¿Estaba muerto?
¿Por qué todo era blanco?
De pronto recordó el choque en el estacionamiento.
Había estado muy cerca.
Suspiró y se incorporó en la camilla.
— Despertaste —dijo alguien a su lado—. ¿Estás mejor?
Yoongi se giró y vio a su chico con la cara roja.
Sonrió a medias y asintió.
— No creas que por este pequeño incidente ya se me olvidó el hecho de que estoy molesto contigo —puchereó y cruzó los brazos.
Jimin exhaló—. ¿Puedo saber por qué estás enojado?
— Ñ-no —gruñó—. Ya me pegaste tu palabrita... —murmuró con molestia.
— ¿Puedo hacer algo para que me perdones por lo que sea que haya hecho? —se levantó de la silla en donde se encontraba y se inclinó sobre Yoongi.
— Nada funcionará.
— ¿No? ¿Estás seguro? —acercó su cabeza al pálido cuello de su novio.
— Park —se estremeció—. No... —intentó alejar a Jimin.
— Min —besó su mandíbula—. Sí... —pasó la lengua sobre su cuello con lentitud.
— Ah —jadeó—. J...imin, ¿puedo meterla yo?
Yoongi y sus ocurrencias.
— Ño —rió y mordió el lóbulo del mayor.
Gruñó—. Después de esto seguiré enojado contigo. No importa cuánto gima, recuerda que en el interior te odio mucho.
— Vale —sonrió y procedió a quitar todas sus prendas con rapidez.
[...]
— ¿Sabían que puedo mandarlos a la cárcel por tener relaciones sexuales en una habitación de Hospital? —preguntó el Doctor.
— Todo el mundo lo hace —habló Yoongi cruzándose de brazos—. Nunca he visto que alguna pareja vaya a cárcel por eso —miró a su novio—, ¿tú sí, Jiminnie?
Negó con la cabeza—. Jamás.
El Doctor abrió la boca, pero la cerró al instante.
— Hasta la vista, baby —Yoongi palmeó el hombro del uniformado y tomó la mano de Jimin para salir del lugar.
— ¡No pueden regresar a este hospital! —les gritó.
— Menos mal —el pálido se detuvo y miró al Doctor—. Sus camillas son incómodas para tener sexo, no disfruté el hecho de que mi chico me la metie-
— ¡Fuera de aquí, par de raritos!
Yoongi elevó su dedo medio en dirección al "profesionista" y jaló a Jimin quien reía sonoramente para correr hasta llegar a casa.
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