'Se supone que Samuel está en Francia' pensó. '¿Por qué lo veo correr? ¿Por qué no se detiene? ¿Por qué no me oye gritarle?'
Guillermo estaba parado en la estación de metro mientras veía a Samuel hacerse espacio entre la gente, corriendo y alejándose, pero nunca perdiéndose de su campo visual. Intentaba correr para perseguirlo, sin embargo, tenía la extraña sensación de estar aferrado al piso, como si sus pies estuviesen clavados a la Tierra. La gente transitaba por su lado pasándolo a llevar en más de una ocasión, pero él nada podía hacer. Samuel seguía corriendo sin detenerse.
-¡Samuel! –intentó gritar, pero su voz no salió.
Se sintió vacío, sintió una profunda tristeza que no pudo contener. Quería llorar, pero tampoco conseguía expulsar las lágrimas desde su interior. Podía percibir hasta el dolor causado por un nudo en la garganta. Recordó haber tenido esa sensación antes pero no supo muy bien cuándo. De pronto, sin previo aviso, todo a su alrededor se detuvo, incluido Samuel. Sólo conseguía ver su espalda ya que él no se volteaba a verle, sin embargo, podía saber que era él.
En un intento por volver a llamarlo, Samuel comenzó a darse vuelta muy lentamente. Su corazón se aceleró y sus pies comenzaron a moverse, ya no estaba pegado al piso. Su paso se hizo más rápido cuando se percató de que Samuel estaba llorando. En el camino hasta él recordó la sensación de vacío y tristeza que había sentido anteriormente. Se vio en la cama justo antes de irse a dormir esa noche, pensando en que Samuel estaba lejos. 'Lo extraño. Lo extraño muchísimo' se dijo.
-¡Samuel! –volvió a gritarle. Parecía que cada vez estaba más lejos y que jamás podría alcanzarlo- ¡Te extraño! ¡No sigas llorando, Samuel!
-Despierta –se limitó a responderle él muy suavemente, en un tono de voz que sólo él podía percibir.
Guillermo se detuvo, aún con unos metros de distancia entre ambos. También estaba llorando pero no podía sentir las lágrimas recorrer sus mejillas. Intentó gritar otra vez pero ya no era capaz de emitir sonido alguno. Sólo pudo leer los labios de Samuel que le decían nuevamente 'Despierta'.
Con ambas manos se tapó los oídos, cerró los ojos y comenzó a agitar su cabeza.
-Fue sólo un sueño –despertó y se sentó inmediatamente en la cama. Estaba agitado. Su respiración era tan rápida que hasta se ahogaba. Intentó calmarse tomando agua y, sólo cuando volvió a estar más o menos estable, encendió su lámpara de mesa, tomó su libreta y lápiz y comenzó escribir.
'Han pasado sólo dos días. Sabía que sería difícil estar lejos de él, pero el primer día hasta me había olvidado de que estaba en Francia. Me lo pasé tan bien con los chicos que no me percaté que ese día no vería a mi novio. Estaba tan sumido en la idea de que no era posible extrañar a alguien a tal punto que doliera hasta que me sentí vacío. No quiero creer que esto es dependencia, no quiero creer que lo extraño sólo cuando no tengo más compañía porque sé que no es así. Tengo claro que quiero a Samuel con cada partícula de mi ser. Tengo claro que lo amo y que simplemente por ser él, por ser Samuel, me hace feliz.
No puedo negar que mi vida ha cambiado radicalmente, que me he vuelto diferente, que me he transformado y que todo a mi alrededor se ha visto modificado también. Tener nuevos amigos como Rubén, Alex y Mangel es, sin duda, un hecho que jamás creí que iba a pasar. Frank fue siempre mi único amigo, la única persona que creí sería capaz de mantenerse a mi lado –aunque alguna vez lo haya puesto en duda-, pero, ¿extrañar a alguien como extraño a Samuel?
Tiempo atrás para mí era impensable la idea de ser alguien cálido, emocionalmente abierto, meloso. Creí que sería siempre alguien frío. Tenía asumida la idea de que me había convertido en hielo, en un enorme témpano de hielo imposible de romper, incapaz de derretirse. Pero bueno, volví a equivocarme, como es recurrente en mí.
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De Azúcar Y Nieve (wigetta)
FanfictionGuillermo, un chico que oculta una etapa oscura de su vida, se ha acostumbrado a vivir consigo mismo y las pocas personas que lo rodean. Sujeto a la rutina y a su cuaderno que lo ha acompañado desde siempre, intenta sobrevivir cada día de su vida. F...