11 | room 510

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Room 510

Algo que no sabían antes de vivir juntos: celos irracionales.

10:44 pm

—¿Debería tomar un baño?

Luhan miró a Sehun a través del espejo y asintió a la vez que exfoliada su cara con esmero.

—¿Cómo es que ahora tomas la iniciativa para bañarte? Normalmente tengo que golpearte para que lo hagas.

—Oh, bueno...

—¿Quieres sexo, no?

—Ya me conoces, abuelo.

—Estoy algo cansado, de todas formas.

Sehun salió de la cama rápidamente y se aproximó a su novio. Se arrodilló junto a él y puso su mejor cara de suplica, a la vez que sollozaba como un cachorro. Ese niño estupido estaba derritiendo el corazón de Luhan.

—Esta bien, pero tienes que esperar a que termine.

—Puedo esperar...

Y se retiró de la habitación.

11:01 pm

Sehun estaba silbando de felicidad. Salió del baño con su toalla sobre los hombros y dispuesto a saciar sus necesidades de hombre con Luhan.

Y como estaba de buen humor, decidió buscar el resto de los condones que brillaban en la oscuridad. No es como si los estuviera escondiendo, estaban en la infame caja de los condones. Los contó, nueve. Los contó de nuevo, definitivamente nueve.

Fue una sorpresa, debería tener doce, ya que sólo había usado tres con Luhan. Y no recordaba haber tenido sexo desde que Luhan se disfrazó de niña.

Se sentó en el suelo y por más que no quería hacerlo, revisó la papelera junto a la caja de los condones. Escarbó un poco y ahí estaba uno, luego el otro y finalmente, eran tres.

¿Qué debía pensar? Además de que su Luhan lo estaba engañando con otro hombre del Congo, uno mayor y con un trabajo, probablemente.

Estuvo observando los paquetes vacíos hasta que escuchó el celular de Luhan a su lado. Era demasiado tarde para una llamada normal. Quizás, fue el miedo de confirmar sus sospechas, pero cuando lo tomó ya la llamada se había perdido. Miró y era un número no registrado, aún más sospechoso.

Entró a la habitación y dejó el celular de Luhan sobre su tocador.

—Tuviste una llamada.

—¿Quién era?

—Era un número desconocido. ¿Ha venido alguien mientras no estaba? —sehun se envolvió en las sábanas y observó a Luhan.

—Mm... Bueno, siempre hay gente entrando y saliendo.

—¿Quién?

—Pues el chico de los paquetes.

—¿Algún amigo tuyo?

—No, no lo creo... Bien, estoy listo para ti.

—Ya no quiero hacerlo. Estoy cansado.

—¿Qué? No, incluso estoy usando lencería...

—¡Dije que no quiero hacerlo! —saltó de la cama y estaba a punto de cerrar con un portazo, pero entonces se devolvió hacia Luhan—. ¿Crees que te haces más joven poniendo eso en tu cara?

Incluso sonrió, una sonrisa cínica, cuando estaba bastante dolido por la infidelidad que estaba pintando en su mente.

—¿Qué mierda le pasa? —preguntó Luhan para sí mismo.

12:25 am.

Sehun estaba frustrado, ni siquiera había preguntado directamente donde estaban los condones.

Intentó encender un cigarrillo y una gota de agua cayó en su nariz. Alzó la mano, no habían goteras, así que lo ignoró. Luego otra gota, y otra. Hasta que miró bien hacía arriba.

Ahí, estaban, los típicos guantes llenos de agua para ahuyentar a las moscas y más hacia un lado, tres condones llenos de agua. Los contó unas cuatro veces y luego se golpeó la frente.

—Maldición... —dejó el cigarrillo y corrió hacia la habitación—. ¡Lo siento, hyung, ya estoy listo, quiero hacerlo!

Rooms | KaiSoo • Chanbaek • HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora