|PARTE UNO|
«Solo espero no volverlo a ver, no por miedo a su obsesión por mi, sino a mi propio miedo por volverme a enamorar y hacer cosas que yo no deseo.»
Él la salvó sin pensar en que volveria a caer en todas esas emociones que creyó perdidas.
¿...
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—¡Lucille! —gritó Negan en plena noche.
Ya era tarde y Lucille se preocupaba cada vez mas del retorno de Negan pero al escuchar su voz, salió inmediatamente de la cabaña.
—Shhh... Negan, pueden haber caminantes o incluso otras personas...
—Lu, Lu... Tranquila mi amor. —rió—. Estas conmigo, estas con Dios...
—Dices cada tontería por el hecho de que estas ebrio... —la joven de cabellos negros ayudó a Negan a que entrara en la cabaña. Acto seguido, cerró bien la puerta y su mirada se posó en el—. ¿¡Dejaste todas las provisiones solo por las bebidas!?
—Shhh... —rió—. Ven... Siéntate en frente...
—¡Negan! —gritó no tan fuerte.
—Juguemos... —dijo mientras jalaba a Lucille para colocarla en frente de él—. Siéntate...
—Negan... Necesitas descansar... —dijo ella mientras se sentaba en el piso frente a el.
—¡Yo nunca! ¿Lo has escuchado? —la miró fijamente.
—No... —algo en ella despertó. ¿Temor?
—¿Ves esta botella Lu? —ella asintió—. Di algo que nunca hayas hecho, tomas y lo realizas... —sonrió—. Es tan... —susurró—. Sencillo...
Ambos seguían mirándose fijamente.
—Vamos empieza... —susurró el.
—Yo nunca he tomado Negan...
—¡Bien! Ahora hazlo... —comentó en un tono desafiante.
—No, esto es en serio, no estoy jugando.
La expresión de Negan cambió por completo, su mirada se quedó fijamente en Lucille, ella se sentía nerviosa y a la vez controlada, tanto así que tuvo que hacerlo.
—Yo nunca he tomado... —susurró y acto seguido cogió la botella y dio un sorbo—. Agh... —expresó asco—. Que desagradable...
Él simplemente rió ante su expresión y continuó.
—Yo nunca... —susurró—. He besado a alguien menor que yo...
La expresión de Lucille cambió... Era su oportunidad, pero no la queria de esta manera, el estaba ebrio. No era el Negan de siempre.
—O... Oye... —tartamudeó—. No es necesario hacerlo...
—Son las reglas... —apartó la botella del piso—. Del juego. —se acercó a ella.
Estaban frente a frente, Lucille sentada en el piso y Negan arrodillado.
Ella cayó de espaldas ante el impulso de salir y ambas manos pusieron resistencia para evitar un golpe, Negan agarró la mano derecha de Lucille haciendo que ahora si cayera boca arriba en el piso, dejándolo a el encima de ella. Lucille quería aquel beso, lo deseaba. Pero no de esa manera. No así.
—Oye Negan para por favor —el terror se apoderó de ella.
—He esperado tanto... —el aliento a alcohol era desesperante.
—Este no eres tu...
—¿Siempre estaremos asi Lucille? ¿Ocultando todo?... —sus narices chocaron.
—No lo quiero así... —la lagrimas salían poco a poco, y finalmente aparto la cara—. ¡Este no es el Negan cual me enamoré!
Negan se detuvo. Soltó la mano de Lucille y poco a poco se puso de pie dejándola en el suelo, echada. Tomó la botella y salió.
Lucille se sentó y secó sus lagrimas. Ese no era Negan, ese no era el hombre cual me enamoré. Este es un monstruo, abusador y controlador, queriendo todo a su alcance. Los efectos del alcohol debieron causar eso. Que diré mañana, que me dirá él. No puedo seguir así. Esta mentira terminará matándome, como ya lo empezó a hacer.
Pasaron las horas y Lucille se habia quedado dormida, al despertar en la media noche salió de la cabaña y ahí estaba él, completamente dormido. Con cuidado, ella lo agarró y lo llevó al colchón que se ubicaba en la esquina de la pequeña cabaña. Lo observó dormir, se veía tan dulce, tan inocente. Se acercó a acariciarle sus cabellos y le dio un tierno beso en la frente.
—Eres muy problemático. —susurró. Y simplemente lo dejó descansar.
«Era mi oportunidad, quizá nunca vuelva a pasar. Si, quizá lo dejé pasar pero esa no era la manera en la cual yo queria que ese beso sucediera. Pues ese no era el Negan que yo conocia.»
