Alek

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Alek

Vuelvo a mi cuarto dejándola en la puerta del suyo. Debe estar confundida y quizás frustrada pero yo estoy igual. Es tan hermosa por dentro y por fuera, con una ingenuidad y una inocencia que no vi nunca en una mujer pero a la vez tan inconsciente de su belleza y su sensualidad.

Me quito en traje mientras pienso en su dulce cuerpo moviéndose contra el mío, en la forma mágica en que bailaba ajena a las miradas voraces de los hombres de alrededor y de la envidia de las mujeres. Ella es un ángel en toda la extensión de la palabra no hay una gota de maldad ni envida en ella. Es pura. Y yo soy un maldito... todo lo que amo muere... todo lo que atesoro se desmorona y no puedo permitir que eso le pase a Érika. Debo mantenerla alejada físicamente de mí. Aunque hoy después de haber probado sus dulces labios me sea un infierno. Pero siempre me vanaglorie de mi autocontrol así que es hora de demostrarme a mí mismo que puedo mantenerme alejado de ella al menos físicamente.

Al otro día desayuno en la cocina con el diario, un rato después aparece mi ángel con una camiseta blanca y unos jeans claros sueltos y descalza

_ Buen día Big boy..._ dice con su voz más ronca de lo normal

_ buen día ángel_ contesto dándole un beso en la frente y ella sonríe_ ¿cómo está tu cabeza?_ pregunto preocupado

_ Mi cabeza está bien lo que me preocupa es mi voz está más ronca de los normal y me duele un poco la garganta_ dice y escucho porque tiene razón

_ voy a llamar a mi médico para que te revise_ le digo y ella asiente mientras marco el número de Owen para que venga a revisarla. Desayunamos hablando de la escuela de arte pero noto como a ella le cuesta tragar y hace una mueca de dolor al forzar su voz para hablar. Me le acercó y le acaricio la frente

_ estas hirviendo ángel, ve a la cama el medico está en camino_ digo y ella asiente.

Owen llega y lo llevo directo al cuarto de Érika. La revisa y dice que su garganta esta irritada y que probablemente sea una recaída de una faringitis que Érika le conto que tuvo hace poco tiempo cosa que no me extraña porque ese galpón era tremendamente frio.Dijo que nunca fue curada porque evidentemente no podia comprar medicamentos y el dolor se instala en mi pecho al recordar que ella paso hambre y frio por años...

Le receta unos antibióticos y que se quede en cama el resto del día. Despido a Owen y vuelvo con ella a la habitación

_ ¿quieres ver una película?_ le pregunto y ella asiente así que junto con James traslado la tv de mi habitación que nunca uso y el DVD para instalarlo en su habitación. Me siento en la cama con ella y se acomoda en mi pecho. Siento el  aroma a vainilla suave y flores dulces que emana de ella. Empezamos a ver la primera de las películas de la trilogía divergente y ella está atenta y asombrada. No me importa la película pero disfruto de estar con ella. Termina la película y James nos trae algo para almorzar. Ella esta callada y mira hacia cualquier lado menos a mí

_ ¿en qué piensas ángel?_ pregunto mirándola a esos hermosos y extraños ojos. Ella suspira y me cambia la mirada_ dime..._ exijo suavemente

_ Anoche... cuando te bese..._ susurra_ dijiste algo que me dolió..._ dice sincera

_ Érika... eres una de las pocas chicas que conozco a la que puedo decir que respeto sinceramente, eres dulce, tierna inteligente y con un corazón enorme... y yo.... Bueno... yo soy todo lo contrario_

_ Pero también soy una mujer..._ dice ruborizada_ aunque no en la práctica... y tú tienes un corazón hermoso aunque este herido_ susurra

_ todo lo que amo termina destruido y alejado de mi... no soportaría perderte..._ digo con tristeza y la beso en la frente. Me levanto para irme pero ella me toma de la mano, se levanta y me abraza con fuerza... _ Érika..._ susurro

_ no quiero perderte tampoco Alek... pero un día el miedo deberá irse y yo estara aquí..._ dice dulcemente_ no me dejes quédate conmigo..._ suplica y no puedo resistirme. Me quito los zapatos y me recuesto en la cama con ella. Érika se abraza a mi pecho y su cabeza descansa entre mis brazos. La miro dormir pacíficamente y de alguna forma siento que ese es su lugar.... En mis brazos...

Cuando está profundamente dormida me levanto despacio. Voy a mi estudio y comienzo a encargarme de destruir a la gente que arruino su adolescencia. Hablo con el juez Richmond de la corte suprema. Me debe varios favores así que no duda cuando le cuento sobre Érika y el hogar de acogida de los Miller. Le doy el nombre de la jueza y del oficial de familia que es cómplice en todo esto. Por lo que averigua mi investigador privado e estos días siguen con la misma modalidad delictiva de cuando Érika vivía con ellos. Richmond toma nota y promete ocuparse de todo discretamente y destruirlos. Una vez que me desocupo de eso me quedo pensando en las palabras de Érika... mi ángel me desea como yo a ella pero no puedo ceder. No a esto, debo mantenerme alejado y demostrarle que no soy el hombre que merece. Aun a riesgo de lastimarla.

Breaking pointDonde viven las historias. Descúbrelo ahora